Las mujeres con discapacidad en Extremadura pueden llegar a enfrentarse a una triple discriminación ‘interseccional’: por el hecho de ser mujer, persona con discapacidad y vivir en un entorno rural. Algo que dificulta su inclusión en el mercado laboral, en el que solo una de cada cuatro personas de este colectivo en edad laboral tiene empleo.
Así lo ha asegurado la investigadora en género y discapacidad Mercedes Cerrato, que ha participado en la Jornada “Discapacidad y Empleo” de la Diputación de Cáceres. El foro ha reunido en la capital cacereña a ayuntamientos, asociaciones y empresas que trabajan por su integración.
Han analizado experiencias como el programa Diputación Integra, por el que 227 personas del colectivo han obtenido empleo en cada uno de los dos últimos ejercicios anuales en la provincia, y el restaurante El Alfar de Consuegra (Toledo), cuya plantilla al completo tiene algún tipo de discapacidad.
“Es necesario que las mujeres con discapacidad nos empoderemos, no es solo cosa nuestra, pero hacen falta también políticas específicas para mujeres con discapacidad”, ha aseverado Cerrato. Para ella la lucha del colectivo ha mejorado la situación, aún queda “mucho por hacer” en la obtención de empleos cualificados e inclusivos con las capacidades de estas personas.
Población con discapacidad
En Extremadura un ocho por ciento de la población tiene algún tipo de discapacidad, un colectivo en el que la tasa de paro es diez puntos superior a la media y la tasa de empleo está tres puntos por debajo de la media, informa la Agencia Efe.
Su tasa de actividad es de un 32 por ciento, es decir, un 68 por ciento de personas con discapacidad no trabaja ni busca empleo, según ha expuesto la directora del SEPAD.
Dentro del foro la directora del Servicio Extremeño de Promoción de la Autonomía y Atención a la Dependencia (SEPAD), Consolación Serrano, ha abogado por orientar los servicios y la metodología hacia el apoyo a un empleo personalizado.
Visibilizando sus capacidades, así como por buscar métodos para que no solo se acceda al trabajo sino que se disponga de los apoyos necesarios para mantenerse en empleo, algo en lo que el empleador juega un papel importante.