La 'falsa sequía' de Valdecañas: Iberdrola exprime el embalse y deja sin agua a los municipios del entorno

Los camiones cisterna han llegado este verano hasta varios municipios de la comarca de Campo Arañuelo, en el norte de Cáceres, a pesar de que no ha sido un año especialmente seco. Pero una de sus principales fuentes de abastecimiento, el embalse de Valdecañas, explotado por Iberdrola, está bajo mínimos, con una caída histórica de su nivel de almacenamiento.

Según los datos de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), el pantano tiene una capacidad total de 1.446 hectómetros cúbicos y en la actualidad alberga 305,76, es decir, está al 21% de su capacidad. La reserva media de los embalses extremeños del Tajo se encuentra al doble de esa cota, el 43,9 %, con más de 2.777,5 hm3.

Algunos alcaldes han denunciado que Iberdrola, que asegura estar cumpliendo la normativa, ha llegado incluso a bajar el nivel de Valdecañas hasta los 290 hectómetros, lo que ha provocado el desabastecimiento de agua, tanto para el consumo humano como para la agricultura y la ganadería, en municipios como Almaraz (1.726 habitantes), Belvís de Monroy (733) o Saucedilla (852). En todos los casos, la 'sequía' llegó a los grifos sin previo aviso.

“En la vida nos habíamos encontrado con esta situación en Almaraz”, asegura su alcalde, Juan Antonio Díaz Agraz. Desde el pasado lunes hasta la madrugada del miércoles estuvieron sin agua en este pueblo, que alberga una central nuclear. La CHT tuvo que poner en marcha una nueva acometida asociada al plan de regadíos de Valdecañas. Pero mientras tanto, fueron necesarios dos camiones cisterna, que llegaron desde Navalmoral de la Mata, para atender las necesidades de los vecinos.

“No es lógico que el embalse haya llegado al límite para que no tengamos agua. Hay otros pantanos para producir”, denuncia Díaz Agraz. La capacidad del siguiente pantano, el de Torrejón, está por encima del 90%.

El alcalde de Belvís de Monroy, Marcos Pascasio Granado, también ha alzado la voz ante esta 'falsa sequía' y aunque las reservas hídricas de este municipio han evitado cortes de agua en los domicilios, no se puede decir lo mismo de la agricultura y la ganadería.

Los responsables de los municipios afectados señalan directamente a Iberdrola, al igual que la portavoz de Unidas Podemos en Extremadura, Irene de Miguel. El alcalde de Almaraz considera “increíble” que la compañía no tenga en cuenta el interés general mientras que su homólogo de Belvís ha acusado a la empresa de “negligencia” por dejar sin suministro a tres localidades “para producir energía más barata”. En una carta enviada a un medio local, Pascasio Granado califica de “vergüenza” que la empresa “turbine para la producción de energía más barata y nos cobren el kilovatio más caro de la historia”.

Por su parte, la dirigente extremeña de Unidas Podemos ha usado sus redes sociales para denunciar el “desembalse salvaje” de Valdecañas por poner el peligro el “abastecimiento de numerosos municipios”, además de la actividad de agricultores y ganaderos.

Según De Miguel, el objetivo de Iberdrola es conseguir “mucha energía hidráulica a muy poco precio”, mientras esta semana, con una nueva ola de calor, “la factura de la luz vuelve a alcanzar récord histórico”. “Iberdrola nos seca, Iberdrola nos roba”, ha añadido.

En respuesta a elDiario.es Extremadura, Iberdrola defiende la gestión que está realizando en el embalse y pone en valor la utilidad de la energía hidroeléctrica para generar electricidad más barata. Es más, defiende que Valdecañas “ha cumplido su función en el momento más necesario”, que es producir energía para desplazar a tecnologías más caras.

Unas explicaciones que no han resultado suficientes para el Gobierno. La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha anunciado una investigación por el vaciado de los embalses explotados por Iberdrola y ha advertido que su departamento podría aplicar limitaciones en la explotación de esas masas de agua.

Un tesoro arqueológico

Pero lo cierto es que la caída de la cota del agua es especialmente llamativa este verano. Respecto al año pasado, Valdecañas tiene 292,76 hectómetros menos, a pesar de que no ha sido un año especialmente seco. En el verano de 2019, la última vez que bajó de forma tan considerable, alcanzó el 26% de su capacidad, lo que permitió que emergiera uno de sus muchos tesoros arqueológicos: el dolmen de Guadalperal, también conocido ya como el Stonehenge español. El mundo conoció uno de los secretos que escondían las aguas pero que ya conocían los lugareños, que habían jugado entre los menhires antes de que la política hidráulica de Franco lo hundiera en 1964 con la construcción de esta infraestructura.

Ahora, con los niveles actuales, aunque ya están aumentando, han aflorado numerosas joyas: un convento, estelas funerarias, monedas romanas, verracos vetones, un puente romano, hitos con grabados de época prehistórica... y todo lo que aún permanecerá bajo el poco caudal del pantano. Todo ello está siendo documentado y analizado por un equipo arqueológico del Ministerio de Cultura y la Junta de Extremadura antes de que las aguas vuelvan a engullirlo todo.

Se desconoce cuándo sucederá, por lo que la asociación cultural Raíces de Peraleda ha pedido que se extreme la vigilancia del entorno. Su portavoz, Ángel Castaño, ha alertado de la probable aparición de cazatesoros ante el valor del patrimonio que está saliendo a la luz y el eco que está teniendo en los medios de comunicación. De hecho, los paseos por el embalse seco de Valdecañas se han convertido en una atracción turística.