Se han agotado todas las opciones. Las obras del 'Cubo' de Badajoz seguirán adelante tal y como estaba previsto. El Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx) ha descartado conceder el indulto a este edificio que forma parte de la Facultad de Ciencias de la Documentación y la Comunicación, en el campus de la Alcazaba pacense.
El intento de indultar al inmueble fue una iniciativa de la asociación de vecinos del Casco Antiguo de Badajoz, que contó con el apoyo del Colegio de Aparejadores y de Arquitectos, entre otros órganos, y que estaba basado en una sentencia firme dictada en Cádiz, donde por primera vez se 'salvaba' a un edificio.
“Pero el auto del TSJEx dice que quien tiene que indultar es el Ministerio de Justicia y que los indultos son para las personas, no para los edificios. Y yo me pregunto, ¿entonces qué pasó en Cádiz?, ¿los jueces allí son diferentes?”, expresa José María Soriano, presidente vecinal del Casco Antiguo. “Hemos hecho lo posible, con fe, con trabajo, con argumentos, con tesón pero sin dinero”, añade.
El derribo de las dos plantas del 'Cubo' empezó el pasado 14 de junio (de la mano de la empresa Acciona por un importe de alrededor de 380.000 euros) y provocó que profesores y alumnos de la facultad tuvieran que mudarse a aulas prestadas de la Escuela de Ingenierías Industriales para terminar el curso.
La idea es que en septiembre la comunidad educativa vuelva al recinto de la Alcazaba, donde está previsto que los 22 despachos que desaparecen con el rebaje del 'Cubo' se reubiquen en la Biblioteca Regional, cuyos trabajos de acondicionamiento aún no han sido adjudicados. De manera que durante los primeros meses del próximo año académico habrá falta de espacio.
De hecho, el director de la Oficina de Información y Comunicación de la Universidad de Extremadura (UEx), Agustín Vivas, tiene claro que tanto su facultad como la Biblioteca Regional son dos instituciones que irán creciendo y que necesitarán más hueco. “Y las dos no caben en la Alcazaba”, afirma.
Por su parte, José María Soriano apostó por esta última posibilidad para salvar al 'Cubo' porque considera que tirarlo supone que la facultad, tarde o temprano, se traslade al campus principal.