El cauce del Guadiana está literalmente invadido por el jacinto de agua, el camalote, con el aumento de las temperaturas.
Las cuadrillas de trabajadores de la Confederación Hidrográfica del Guadiana retiran a diario decenas de toneladas de esta planta invasora. Una planta que procede de Amazonas, que antaño se vendía en tiendas de jardinería, y que alguien tiró al agua hace una década sin medir las consecuencias.
En agosto se reproduce a todo gas, de manera espectacular. Desplaza a especies autóctonas, afectando a toda la cadena trófica del río, a las conducciones hidraúlicas y regadio. Además, podría afectar (de no controlarse) a la calidad de las aguas por la denominada eutrofización. Todos estos elementos hacen afirmar que se trata de un verdadero desastre natural.
Hasta ahora no había una solución
Todos los esfuerzos se han centrado hasta ahora en intentar controlarla. No existía una solución para acabar con el jacinto de agua, sin dañar al resto del río y la biodiversidad de la cuenca. Hay que tener en cuenta que se trata de unas aguas que suministran a muchas poblaciones, y a las que no se les puede someter a más elementos químicos.
Un trabajo de investigación coordinado por la Universidad de Extremadura y el Instituto de Investigaciones Agrarias Finca La Orden, dependiente de la Junta, aporta los primeros visos de luz a este desastre natural. Ha sido en un trabajo multidisciplinar donde ambas instituciones han logrado desarrollar el primer bio-herbicida del mundo capaz de secar al camalote.
Los investigadores no solo han encontrado un remedio que elimina de manera natural el camalote, sino otras plantas invasoras que flotan en el agua, como el helecho de agua (que ya se ha dejado ver en el Guadiana a su paso por Badajoz). También podría aplicarse como remedio contra la lenteja de agua.
Se obtiene de una planta silvestre
El antídoto que han encontrado tiene acento extremeño, ha sido desarrollado por científicos de la región, en centros de investigación de esta comunidad. El herbicida se obtiene de la base de una planta que crece de manera natural por todo el Mediterráneo y en el sur de Badajoz -por ahora los investigadores prefieren mantener el secreto de la planta-. Y la patente está en proceso de ser obtenida. Se trata según transmiten, de una planta autóctona muy común, que ha tenido tradicionalmente otros muchos usos.
El proceso de patente, internacional, sigue en proceso desde 2011. Los expertos apuntan a que el herbicida funciona, y que se podría haber utilizado, independientemente de que la patente no esté registrada.
Hay que tener en cuenta que la planta puede dar un giro al problema del camalote. De hecho en los últimos 10 años se ha destinado para la eliminación de camalote una inversión de 24 millones de euros, y aproximadamente 500.000 euros para los años 2014-2016 en proyectos INVASEP (otras especies invasoras vegetales y animales), según los datos que ha facilitado la Confederación Hidrográfica del Guadiana a este diario.
Juan Francisco Vázquez, investigador de la Finca La Orden, explica que este herbicida natural ha sido probado de manera experimental. Se ha probado ante diferentes temperaturas y antes diferentes situaciones climáticas, y sus resultados son positivos. Es capaz de secar el camalote, y acabar con la planta.
Y lo más importante, lo hace sin dañar a otros organismos del río. Por ahora se ha probado en condiciones reales en charcos, y funciona.
Hay que aplicarlo en condiciones controladas
Este investigador aclara que el herbicida natural debe aplicarse en los primeros estadíos del camalote, entre los meses de mayo y julio, cuando está en sus fases iniciales.
En la actualidad el jacinto de agua se ha desbordado, ha eclosionado y se extiende por todo su cauce a su paso por Extremadura, hasta Portugal. Es por ello que no se dan las mejores condiciones ahora para ser aplicado, porque inunda todas las márgenes, está en cualquier rincón y recoveco, y forma masas que se expanden sin complejos.
En una etapa más adulta, el camalote puede desarrollar hasta tres capas consecutivas, de manera que aplicar el herbicida sobre estos ejemplares más adultos solo secaría la capa primera. Pero no las otras dos siguientes.
El camalote causa estragos en Sudáfrica, donde fue combatido durante un tiempo de la mano de un insecto, que se comía los brotes que se desarrollaban. Decidieron desistir en esta idea, porque lógicamente el insecto también se comía otras plantas autóctonas, de manera que se estaba creando un fuerte impacto sobre el ecosistema, explica el científico de la Finca la Orden.
La investigación de Extremadura tiene un interés por muchos motivos, el primero por la capacidad de generar desde la región protocolos que permiten controlar y erradicar una planta muy invasiva.
Además, el científico destaca el hecho de que Extremadura cuente con personal investigador capacitado para liderar un estudio pionero en el mundo.
Advierte no obstante que antes de aplicarse en condiciones naturales, es necesario un plan que forme a los profesionales de herramientas y las técnicas necesarias para aplicar el herbicida. También hay que hacerlo de manera planificada.