Dos jóvenes detenidos por el uso de animales en peleas de gallos

Dos hombres, de 24 y 35 años, vecinos de Madrid, han sido detenidos en un área de servicio de la Autovía de Extremadura, en Navalmoral de la Mata, por un supuesto delito de maltrato animal. La Guardia Civil halló en el interior del vehículo en el que viajaban un gallo gravemente herido que podía haber participado en una pelea de gallos.

La detención se ha llevado a cabo por agentes de los puestos de Casatejada y Navalmoral de la Mata durante la madrugada del pasado día 2 de febrero, cuando la Benemérita identificó a los dos ocupantes de un vehículo. Éstos levantaron sospechas por la forma de actuar a la hora de observar la presencia de los agentes.

Una vez identificados los guardias observaron que en la parte trasera del coche llevaban un cajón tapado con telas donde se comprobó que había un gallo con graves heridas en la cabeza. Los dos ocupantes en ningún momento indicaron el lugar de donde procedían, si bien confirmaron que habían estado en una pelea de gallos, en la que el animal había participado, lo que le había causado las heridas.

De forma inmediata se realizaron las gestiones oportunas para la intervención y posterior traslado del animal hasta un Centro de Recuperación, donde ha quedado depositado para recibir el tratamiento y curas adecuadas a las lesiones que presentaba, informa la Agencia Efe.

Los ocupantes del vehículo fueron detenidos y puestos a disposición de la Autoridad Judicial como supuestos autores de un delito de maltrato animal, con la agravante de la participación de un gallo en una pelea, hechos que puede conllevar penas de prisión.

Según recuerda la Guardia Civil, las peleas de gallos están prohibidas, perseguidas y penadas por el vigente Código Penal como un delito de maltrato animal, con la agravante de exponer al ave a recibir múltiples heridas, ya que en la mayoría de las peleas clandestinas en las que suelen mediar apuestas el combate suele ser a muerte.

Se les dota para ello incluso de espolones metálicos para causar el mayor daño al oponente, una práctica sumamente brutal, cruel y devastadora para los gallos, pero que reporta importantes cantidades de dinero a los entrenadores, propietarios y público que participa en las apuesta.