Ecologistas temen que el Gobierno autorice un almacén de residuos temporal en Almaraz

Es un secreto a voces, forma parte de algunas conversaciones entre políticos y ecologistas: el Gobierno podría autorizar la instalación de un Almacén Temporal Individual (ATI) en la Central Nuclear de Almaraz.

Varias fuentes han transmitido a eldiarioex que el Ejecutivo central podría conceder en las próximas semanas la autorización para la construcción del Almacén Temporal, que albergaría combustible gastado.

Esto permitiría guardar más residuos, y ampliar la vida útil de los dos reactores de la central cacereña. Ecologistas en Acción, Equo, la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético y el Foro Extremeño Antinuclear, permanecen en alerta, a la espera de la llegada “inminente” de la aprobación. De hecho esperan reunirse en breve para hacer piña.

Todos confirman que la información sobre el almacén ha sido filtrada y contrastada desde dos fuentes autorizadas, que mantienen en el anonimato por motivos de seguridad.

Juantxo López de Uralde, coportavoz de Equo, es una de las voces que indican que las sospechas corren con fuerza dentro del mundo de la ecología. Piensa que el objetivo del Gobierno sería alargar la vida útil de esta central hasta los 60 años en lugar de los 40 iniciales.

Según los datos de Enresa, de 2006, el grado de ocupación de los residuos de Almaraz I era entonces del 61 por ciento, y en Almaraz II del 57 por ciento; mientras que la saturación de los residuos radiactivos acumulados está prevista para los años 2020 y 2022, respectivamente.

Explica Uralde que la idea que corre por todos los foros es que el Gobierno, teniendo en cuenta que la capacidad de acumulación coincide con el fin de la vida útil de Almaraz, planifica en la actualidad un aumento de su vida útil, y por lo tanto su actividad.

“Nuestra apuesta es ir hacia un nuevo modelo energético, por fuentes renovables, apostamos por una desconexión de las no renovables de manera progresiva”, transmite a eldiarioex el líder nacional de Equo.

Igualmente denuncia que se estén basando en datos de 2006 para planificar la construcción de un Almacén Temporal Centralizado en Villar de Cañas, una idea que estaba prevista hasta ahora, pero que ha encontrado el obstáculo del nuevo Gobierno de Castilla-La Mancha.

¿Una alternativa al Almacén Temporal Centralizado?

Es precisamente el proyecto fallido en Villar de Cañas el que hace pensar a los ecologistas que el almacén de Almaraz podría tener otro propósito. Advierten de la posibilidad de que la central, con sus nuevos depósitos, fuera el lugar de almacenamiento temporal de todos los residuos radiactivos que acumula España en Francia, y que tienen que volver de nuevo a la península.

Ecologistas en Acción es una de las fuentes que plantea la posible hipótesis de que el objetivo, en último término, podría ser aparcar durante algunas décadas el debate sobre el famoso ‘cementerio nuclear’, utilizando mientras tanto Almaraz.

De lo que sí que están seguros es de que, si los depósitos de Almaraz se llenan en los años 2020 y 2022, “está claro que lo que quieren es alargar la vida útil de esta central: tontos no somos”, según transmite Francisca Blanco, coordinadora del área de Energía de Ecologistas en Acción federal (es la activista que se enfrentó también a la urbanización Marina Isla de Valdecañas).

Una opinión que comparte la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético. Cote Romero apunta que Almaraz “ha dado problemas” a lo largo de su vida útil, “y desde luego que alargarla, es una mala noticia”.

Las renovables produjeron más del 40 por ciento de la energía durante el pasado año, “y el mercado eléctrico ha demostrado que ha estado suficientemente atendido en los momentos en que varias nucleares han estado desconectadas de la red”, añade.

Una de las cuestiones que defiende es que hasta que no se anuncie el cierre completo de las nucleares, no pondrán encima de la mesa las alternativas que se pueden buscar a los residuos que generan las nucleares.

Informe de Greenpeace

La organización ecologista Greenpeace ha hecho público un nuevo informe sobre la seguridad de las centrales nucleares en Europa, en el que analiza los planes de acción nacionales a través del ejemplo de diez plantas, entre ellas la cacereña de Almaraz, a la que suspende. El resultado de ese informe es muy negativo para la seguridad de la planta extremeña y en esas circunstancias solicita el cierre de la planta por motivos de seguridad.

Según este informe, la central extremeña suspende el test de resistencia nuclear en la evaluación encargada por la organización ecologista a la experta independiente Oda Becker en ocho puntos destacados. El documento se basa en la serie de “pruebas de resistencia nuclear'' que se establecieron a raíz del desastre nuclear de Fukushima (Japón) en marzo de 2011 y que Greenpeace ha evaluado sistemáticamente. Así, señala que no cuenta con válvulas de seguridad para prevenir una explosión de hidrógeno, como tampoco las tenía Fukushima, y su instalación no está prevista hasta finales de 2016, ni cuenta con medidas eficaces de gestión de accidentes para asegurar la integridad de la contención de la radiactividad durante un accidente grave en ninguna de las dos unidades de la central.

No hay evaluación de riesgos naturales 

También echa en falta evaluación de los riesgos naturales y añade que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) no se toma en serio el riesgo sísmico, ya que ha tardado casi 5 años en comenzar la evaluación sísmica que le exigió la UE, y alerta de la inexistencia de sistemas de ventilación con filtro y de que la implementación de un sumidero final de calor alternativo ni siquiera está previsto Añade que la debilidades de diseño continúan, ya que el edificio del reactor y el de la piscina de combustible gastado no tienen ninguna protección especial y por lo tanto son relativamente vulnerables frente a eventos externos. 

Asimismo, señala que se ignora el hecho de que la energía térmica de ambas unidades se ha incrementado y esto acelera los procesos de envejecimiento, un tema cada vez más relevante en una central que en su cuarta década de vida operativa.