Menor credibilidad, miedo a perder vínculos que proporcionan cuidados e imposibilidad de acceder a los recursos de forma autónoma son algunos de los “hándicaps” a los que se enfrenta la mujer con discapacidad que sufre violencia de género y que ahora un estudio, el primero que se ha realizado en España, ha sacado a la luz.
El informe, titulado “Situación de la violencia contra las mujeres con discapacidad en Extremadura 2020”, demuestra que “existe menor capacidad para defenderse ante una situación de violencia y mayor dificultad para expresarse”, según ha advertido este lunes el presidente del Comité de Entidades de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) de Extremadura, Jesús Gumiel, durante su presentación, en la que también han participado la consejera de Igualdad, Isabel Gil Rosiña, y la representante del grupo de trabajo de mujer y discapacidad del CERMI, Belén Trianes.
En el estudio han participado 70 mujeres con discapacidad de Extremadura. y se ha centrado en los cinco ámbitos clave de la violencia de género: la psicológica de control, con la mujer permanentemente controlada “en todo lo que dice y lo que hace”; la psicológica emocional, como insultos delante de otras personas; la violencia económica, negándole a manejar dinero para actividades esenciales; la física y la sexual
Y pone ejemplos como el de las mujeres con trastorno mental, que sufren una “menor credibilidad” en el relato cuando sufren violencia, miedo para perder vínculos que proporcionan cuidados e imposibilidad de acceso a recursos de forma autónoma, lo que constituye “hándicaps añadidos” en la situación de maltrato, ha señalado Gumiel. Como consecuencia, en los “pocos” casos en los que se da el paso a denunciar se vive un estrés emocional “muy fuerte” que en ocasiones lleva a dudas y a la retirada de la denuncia o a ni siquiera formularla, ha lamentado.
A ello ha sumado que “en muchos casos” el Ministerio Fiscal entiende que no hay pruebas suficientes para sustentar esa denuncia, por lo que ha considerado necesario concienciar a los empleados públicos, la judicatura y la política porque “cuando todo esto falla se da una situación de impunidad y de invisibilidad”.
Gumiel, que ha subrayado la importancia de que la mujer sea capaz de identificarse como víctima de la violencia de género para poder salir de esa situación, ha destacado la importancia de este estudio porque permite demostrar la “gravedad” de la situación para solicitar una solución.
Mediación
Respecto a ésta, ha pedido a la Junta de Extremadura que habilite un protocolo de intervención que se concrete en la creación de la figura de mediadora entre la mujer con discapacidad y las instituciones públicas.
Ello ayudará a la víctima, ha resaltado, a saber “que va a haber alguien cercano a su lado para apoyarle” y para evitar que esa vulneración de derechos no se lleve a cabo.
La consejera de Igualdad, por su parte, ha valorado la idoneidad de esta investigación porque pese a que España es un país “a la vanguardia” en este ámbito, “hay violencias invisibles todavía y víctimas que lo son doblemente”.
Por ello, ha considerado que sus conclusiones “obligan” a la Administración pública a reescribir algunas de sus políticas para introducir cambios que permitan atender “de manera más específica” a las mujeres con discapacidad que son víctimas de la violencia de género y “sobre las que hasta ahora hemos hablado probablemente poco”.
En esta línea, la representante del grupo de trabajo de mujer y discapacidad de CERMI Extremadura ha recalcado la “trascendencia” de este estudio para la defensa y protección de las mujeres con discapacidad al haber radiografiado “una dramática realidad que hasta hoy estaba siendo invisible”.
Pese a encontrarse en una situación de mayor vulnerabilidad, ha apuntado, “la mayoría de los recursos de protección y defensa eran inaccesibles a un gran número de mujeres por el hecho simplemente de tener una discapacidad”.
Belén Trianes ha afirmado además que el estudio evidencia la violencia de género sufrida por este colectivo de la población “no solo dentro, sino también fuera de la pareja”.
Según ha apuntado, la última macroencuesta de violencia de género del Gobierno de España revela que una de cada dos mujeres ha sufrido algún tipo de violencia de género en su vida solo por el hecho de ser mujer, con una mayor prevalencia en el caso de las que tienen discapacidad, con un porcentaje del 20,7 frente a un 13,8 %. Y a ello ha sumado que más del 50 % de mujeres con discapacidad nunca cuentan su situación “a nadie”, ni siquiera al entorno más cercano.