El partido animalista PACMA ha afirmado este martes que la declaración de la montería y la rehala como bien de interés cultural (BIC) en Extremadura, con carácter de patrimonio cultural inmaterial, se sustenta en un expediente “caducado”, por lo que el procedimiento administrativo que se tramitó a continuación es “nulo”.
La vicepresidenta del partido y abogada Cristina García ha explicado que la resolución del 24 de marzo de 2021 de la Consejería de Cultura, por la que se inicia el expediente de la declaración BIC se basa en solicitudes de fechas 31 de enero de 2018 y 10 de julio de 2020, “por lo que a efectos de prescripción, el expediente incoado caducó mucho antes de la resolución de 24 de marzo de 2021, no ajustándose a la legalidad vigente”.
En este sentido, ha defendido que cuando se dictó esta resolución, ya el expediente empezado por las solicitudes de fechas 31 de enero de 2018 y 10 de julio de 2020 estaba caducado y, por lo tanto, el procedimiento administrativo sería “nulo”. A los tres meses de la solicitud inicial -esto es desde el 31 de enero de 2018 y 10 de julio de 2020, lo que significa, a más tardar, a 11 de octubre de 2020- ya no podía dictarse resolución en otro sentido que el de la desestimación, según el partido.
En estos supuestos y según marca la legislación, ha explicado, la Administración deberá empezar de cero y efectuar todos los trámites desde un inicio, ya que lo actuado en expedientes caducados no podrá utilizarse en un procedimiento posterior.
PACMA presentó un recurso de alzada que habría sido estimado por silencio administrativo, por lo que la citada resolución de 24 de marzo de 2021 “estaría revocada y en estos momentos la Administración solo podrá emitir una resolución confirmatoria de la estimación”. En consecuencia, según el partido animalista, los hechos supondrían la anulación de la inclusión de la montería y la rehala como BIC en Extremadura o, en su defecto, su retraso al precisarse el inicio de un nuevo procedimiento “desde cero”.
PACMA ha reiterado además su oposición a la concepción de esta actividad con el carácter especial propio de los BIC debido a motivos “éticos, sociales y económicos”.