El próximo lunes España inaugura una nueva fase de la pandemia en la que ya solo se contarán los casos graves y en entornos vulnerables. ¿Qué pasará a partir de entonces si me contagio? ¿Me tengo que aislar? ¿Y si no tengo síntomas o son leves? ¿Me harán la prueba? ¿Tendré que avisar a mis contactos?
La nueva “Estrategia de vigilancia y control frente a la covid tras la fase aguda de la pandemia” que alumbró ayer la Comisión de Salud Pública abre otra etapa que implica “aceptar un cierto nivel de transmisión” entre la población vacunada, joven y sana para pasar a centrarse solo en las personas más frágiles.
“En muchos aspectos, pasar a una fase centrada principalmente en la gestión de casos graves y ámbitos y grupos vulnerables es una decisión de gestión de riesgos”, basada principalmente en evaluar qué niveles son “aceptables para la sociedad sopesando el impacto social de las medidas de control y la disminución” de la gravedad de la enfermedad“, reconoce el documento que acaba de publicarse.
Y que añade que “no se puede suponer que ómicron será la última variante de preocupación”, por lo que “es importante tener presente esta reversibilidad de la estrategia en caso de necesidad”.
De esta forma, deja claro que esta nueva situación solo se mantendrá con esta condición: que todos los indicadores de utilización de servicios asistenciales se encuentren en riesgo bajo a nivel nacional y en más de la mitad de las comunidades y ciudades autónomas y que los mismos muestren “una tendencia descendente durante al menos dos semanas” en las autonomías necesarias para cubrir al menos al 80 % de la población.
Lo cual significa que las hospitalizaciones en planta por covid no pueden superar el 5 % y en las ucis el 10 %, cosa que de momento se cumple: la incidencia está en 436 casos por cada 100.000 habitantes, al tiempo que las camas ordinarias están al 3,7 % y las unidades de cuidados intensivos al 6 %. Solo Canarias cuenta con una carga hospitalaria del 7,11 % y Cataluña roza el 12 % de críticos.
Evitar saturar la sanidad
Así, en un contexto de alta cobertura vacunal y una elevada inmunidad adquirida tras la sexta ola, cuando además han proliferado los autotest domésticos que han afectado “de forma importante las capacidades del sistema sanitario” para controlarlos, se hacía necesaria una nueva vigilancia centrada en grupos vulnerables y en los casos graves.
“La disminución observada en la gravedad de los casos notificados y la necesidad de garantizar una asistencia de calidad” pone de manifiesto la necesidad de generar otro tipo de vigilancia que no busque exhaustividad en la detección pero que permita observar cambios que requieran medidas adicionales “sin saturar el sistema sanitario”, justifica la Comisión.
Bajo estas premisas, la nueva estrategia centra su objetivo en los ámbitos vulnerables -centros sanitarios asistenciales, sociosanitarios y de día que prestan asistencia sociosanitaria, prisiones y otros lugares con personas institucionalizadas- y grupos vulnerables -mayores de 60, inmunodeprimidos y embarazadas-.
¿A quién se les va a hacer pruebas ahora?
- Mayores de 60 años, inmunodeprimidos por causa intrínseca o extrínseca y embarazadas.
- Personas que residen, acuden, están ingresadas o trabajan en centros sanitarios asistenciales, sociosanitarios y de día, prisiones y otros lugares con personas institucionalizadas, así como trabajadores que prestan apoyo y cuidado a personas vulnerables.
- Personas con un cuadro de infección respiratoria aguda de vías bajas que requiera ingreso hospitalario (preferiblemente PCR).
- Personas de las que se tiene constancia de que ha estado en los últimos 14 días en una región en la que esté circulando una variante de interés o de preocupación.
- No obstante, el profesional sanitario podrá indicar la realización de una prueba bajo criterio clínico, aunque la estrategia lo desaconseja para los que tienen un resultado positivo en un test de autodiagnóstico si no está en uno de los apartados anteriores.
- Quienes sí están y tengan síntomas leves, les recomienda contactar con el sistema sanitario de su comunidad y permanecer en su domicilio hasta que obtenga el resultado que, de ser positivo, se manejará como un caso confirmado y, de ser negativo, deberá seguir las instrucciones que le indiquen los profesionales.
¿Qué pasa si se confirma el positivo?
- Todos los casos confirmados con síntomas leves ya no tendrán que aislarse, sino “extremar las precauciones y reducir todo lo posible las interacciones sociales utilizando de forma constante la mascarilla y manteniendo una adecuada higiene de manos durante los 10 días posteriores al inicio de síntomas”.
Evitarán especialmente el contacto con personas vulnerables y la participación en eventos multitudinarios y, “siempre que sea posible y en caso de que no sea susceptible de una incapacidad temporal por su sintomatología”, teletrabajarán.
- No así quienes trabajen en ámbitos vulnerables o presten apoyo y cuidados a estas personas: en este caso no acudirán a su trabajo durante los primeros 5 días desde el inicio de síntomas o de la fecha de diagnóstico y, pasado este tiempo y siempre que hayan transcurrido 24 horas tras la desaparición de los mismos, se hará una prueba de antígenos. Si es negativa, podrá volver a su trabajo.
Por el contrario, si es positivo, podrá repetirse el test cada 24 horas hasta obtener un resultado negativo.
- Quienes estén hospitalizados deberán estar aislados durante el ingreso hasta obtener una prueba negativa o una PCR positiva compatible con cargas virales bajas, aunque los profesionales podrán adaptar estas recomendaciones tras la valoración de cada situación.
¿Y con los contactos estrechos?
- Solo se identificarán los contactos estrechos en los ámbitos considerados vulnerables, a los que se les indicará la realización de una prueba a los 3-5 días del seguimiento.
- Como ya se estableció a principios de marzo, los contactos estrechos no realizarán cuarentena, si bien se les aconseja extremar la precaución en los 10 días posteriores a la última exposición y reducir al máximo las interacciones sociales, sobre todo el contacto con personas vulnerables.
Ámbitos concretos
- Residencias y centros sociosanitarios: además de lo expuesto en cuanto a pruebas y aislamiento, la estrategia señala que en estos lugares se aplicarán medidas de intervención y control específicas ante la detección de un solo caso en residentes o de tres casos en trabajadores.
- Prisiones: Se seguirá lo establecido en el protocolo específico ya existente.
- Centros educativos: no establece actuaciones ni medidas específicas; los aspectos organizativos ya están descritos en el Documento sobre medidas de prevención e higiene de los centros educativos.
- Otros centros de trabajo: tampoco se implementarán medidas concretas más que las que ya recoge el Procedimiento para los servicios de prevención de riesgos laborales.
Centros sanitarios: No se considera necesaria, de manera general, la realización de cribados previos al ingreso o a determinadas actuaciones asistenciales. En cualquier caso, los centros hospitalarios podrán considerar hacerlos en situaciones específicas para proteger a los pacientes vulnerables.
Declaración obligatoria
Los servicios de vigilancia epidemiológica de Salud Pública de las comunidades notificarán todos los casos confirmados, que siguen siendo de declaración obligatoria, tanto en atención primaria como en hospitalaria del sistema público y privado así como de los servicios de prevención y de los laboratorios de diagnóstico públicos y privados.
Desde las unidades de salud pública autonómicas se notificarán al nivel estatal dos veces a la semana a través de la herramienta de vigilancia SiViEs, al igual que los casos de reinfección, que también son de declaración obligatoria y deben comunicarse con los mismos criterios que el resto de los casos confirmados.
Por último, la estrategia insta a reforzar la secuenciación genómica y su integración en la vigilancia ya que ésta es necesaria para poder detectar, caracterizar y monitorizar las variantes del SARS-CoV-2.