El riesgo de tener la casa de apuestas enfrente del cole
Las casas apuestas han proliferado como la 'espuma' en los principales municipios de la región. Pueden verse en todos los barrios, en los pueblos, pero también junto a los centros educativos.
El juego está al alcance de todos los chavales, doblando la esquina. A ello se une un bombardeo constante de publicidad que anima a las apuestas con los referentes del deporte de élite como reclamo.
Es una situación que preocupa a la Federación Regional de Asociaciones de Madres y Padres de Centros Públicos (Freampa), que alerta de la cercanía de las casas de apuestas a colegios e institutos y de la creciente publicidad en medios de comunicación e Internet de las apuestas online, una situación que puede crear “potenciales ludópatas”.
En Extremadura no hay una normativa específica que prohíba su presencia frente a los centros educativos. La Ley del Juego en Extremadura, que data del año 1998 (cuando este fenómeno no existía) recoge en el artículo 3.8 que no pueden otorgarse autorizaciones a los establecimientos de juego en la zona de influencia de centros de enseñanza. No especifica de cuántos metros se trata, de modo que esa zona de influencia resulta un concepto abstracto.
“Los menores están apostando”
Los menores no tienen acceso a estos centros, aunque el Consejo de la Juventud extremeño advierte que resulta tan fácil como pedirle a un mayor de edad que acceda y apueste por ellos. En otras ocasiones no se pide el DNI y el control es bastante laxo. El resultado es una afluencia constante de chicos en horario de mañana, aprovechando el momento del recreo.
Es una situación que ha podido confirmar la Unión de Consumidores de Extremadura, que el pasado año hizo un estudio en el que acompañó a un joven de 17 años a varios establecimientos. El resultado fue que sí pudo jugar en el 25 por ciento de casas de juego, gracias a que le acompañaba un mayor de edad.
En este sentido el organismo juvenil alerta del peligro de normalizar estas actitudes, y de que el juego se relacione desde edades muy tempranas como parte del ocio y el tiempo libre. Es una adicción que se genera con el tiempo, no en la primera apuesta de un euro, donde pueden llegar a recibir la gratificación de un premio gracias al azar y la ‘suerte del principiante’.
“Los jóvenes son carne de cañón”
El problema llega más tarde, sin avisar, cuando se ha convertido en un hábito frecuente. Hay un momento en el que adicto pierde el control y se ha gastado la beca o el dinero que les dieron sus padres.
Puede que incluso estén dispuestos a cometer un hurto para seguir jugando, según explica la Asociación Cacereña de Jugadores de Azar en Rehabilitación, que cuenta que las personas con ludopatía pierden la conciencia de honradez y del valor del dinero. “Hacen cosas impensables, que antes no hubieran hecho, como robar. Incluso pueden llegar al suicidio. El adicto es mentiroso, cobarde y manipulador”.
Denuncia la ‘impunidad’ que existe en torno a la proliferación de las casas de apuestas y del mundo de la publicidad con mensajes dirigidos a los más jóvenes, que resultan ser ‘carne de cañón’. Desde la asociación alertan que existe un vacío legal y que los controles de edad se pueden saltar al mismo ritmo que crece el problema.
Los hábitos han cambiado por completo y el nuevo adicto al juego en la región es un joven de entre 20 y 25 años enganchado a las apuestas deportivas. Hoy día los chavales lo tienen muy fácil. No sólo desde las casas de apuestas, también con el juego online desde un teléfono móvil o una tableta, “donde no es difícil saltarse los controles de edad y acceder a las páginas”.
Propuestas políticas
El pasado año se aprobó en la Asamblea de Extremadura por unanimidad una propuesta de Podemos que abogaba por prohibir las nuevas instalaciones de casas de apuestas a menos de 200 metros de colegios e institutos, así como un plan para personas con ludopatías.
La formación morada reclamó una estrategia para la prevención de la ludopatía, con especial incidencia en los sectores de población más vulnerables. Hay que tener en cuenta que las casas de apuestas están proliferando especialmente en los barrios más populares y junto a los centros de enseñanza. Se trata de una preocupación que comparten todos los grupos parlamentarios, y frente al que la Junta ya prepara una batería de medidas para abordar el problema.
La Junta de Extremadura traslada a este diario que es sensible con el tema de los menores y el juego, y que comparte la preocupación sobre la conducta de los jóvenes ante la práctica del juego, especialmente el relacionado con las apuestas deportivas, tanto presenciales como online.
Dice que corresponde a la Administración “buscar un equilibrio entre la libertad de empresa y el derecho al ocio responsable, velando para que un tiempo de ocio y de disfrute no se convierta en un juego problemático-compulsivo y, por tanto, patológico, con los consiguientes problemas personales, familiares, sanitarios y económicos para las personas implicadas”. En este sentido apunta que la Unión Europea incluye la actividad de juego dentro de sus políticas comunitarias relativas a la salud pública y la protección del consumidor.
Diferentes competencias
Tanto el Estado como las Comunidades Autónomas tienen delimitado el ámbito de actuación en materia de juego de valor monetario. Al Estado le corresponde la regulación de las actividades de juego online, y a las comunidades el presencial.
“Así en los juegos presenciales de ámbito autonómico nuestra normativa prohíbe la entrada a los establecimientos de juego a los menores de edad y a los inscritos en el Registro de limitaciones de acceso”. Por lo que se refiere concretamente al juego de apuestas, la norma reguladora exige que los locales y las áreas de apuestas la identificación de los usuarios, impidiendo el acceso de menores.
El Ejecutivo regional explica que en la Ley extremeña del Juego está tipificada como infracción muy grave permitir el acceso a los establecimientos de juego y apuestas a las personas que lo tengan prohibido en virtud de esta Ley (los menores lo tienen prohibido) y esa conducta está sancionada con multa de hasta 600.000 euros. Cuentan con el apoyo de la policía para el control.
Incide en que las Administraciones Públicas se están realizando campañas publicitarias y que la orientación sobre el juego responsable “no solo es tarea de las Administraciones, sino de toda la sociedad y en relación con los jóvenes menores de edad la responsabilidad principal es de los padres”.