Si mujeres y hombres comparten la condición humana, ¿por qué la sociedad nunca ha actuado y pensado como debería? ¿Por qué la sociedad no nos ha tratado como iguales?
Uno de los resultados de esta desigualdad social entre mujeres y hombres es la violencia de género. Uno de los abusos de derechos humanos, desafortunadamente, más frecuentes en nuestra sociedad y que adopta múltiples manifestaciones a través de la discriminación, la marginación, la exclusión, la violación o el asesinato. Cualquier mujer por el mero hecho de serlo es susceptible de ser objeto de algún tipo de agresión o discriminación.
Por desgracia, los asesinatos por violencia machista están a la orden del día en las páginas de sucesos. No quiero pensar que la sociedad se está inmunizando ante este problema, no quiero creer que la sociedad se esté insensibilizando ante esta lacra. Estamos hablando de ASESINOS.
¿Cuál sería la alarma social si un asesino en serie matara a mujeres casi a diario en España? Lógicamente provocaría psicosis, ¿por qué los asesinos de sus parejas o ex parejas no? Hablando de probabilidad, tendríamos más posibilidades de sufrir en algún momento violencia de género en nuestras propias carnes como víctima, familiar, amigo, compañero, vecino o conocido.
La sociedad del siglo XXI, debe avanzar en una sociedad segura y libre de violencia de género. Para poner fin a este tipo de actos violentos hacia las mujeres es necesario trabajar en pros de cambios sociales transcendentales. Esto demanda un compromiso por parte de los poderes públicos para condenar, prevenir y castigar su comisión y es obligación de la ciudadanía exigir a los poderes públicos que cumplan con esta obligación.
Porque para acabar con esta violencia no debemos aplacarnos en el aplacimiento ni combatirla con indiferencia, este atentado contra la integridad de las mujeres exige acción.
La existencia de esta lacra debe hacernos plantear la presencia de grandes desafíos y obstáculos que hacen, todavía, insuficientes las medidas para prevenir esta barbarie hacia las mujeres.
Por ello, son muchos los agentes y colectivos que deben implicarse en la lucha para erradicar la violencia ejercida contra las mujeres, desde las instituciones pasando por los partidos políticos, organizaciones no gubernamentales y movimientos sociales hasta la sociedad en general.
El PSOE ha venido reclamando, a través de iniciativas parlamentarias, un gran Pacto contra la Violencia de Género, con medidas urgentes que permitan actuar sobre las causas y sobre los factores de riesgo para acabar con este tipo de violencia.
Además, estas acciones urgentes deben servir de apoyo a la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de medidas de protección integral contra la Violencia de Género, vinculando a todos los partidos políticos, a los poderes del Estado y a la Sociedad Civil en un firme compromiso en pro de una política sostenida para la erradicación de la violencia de Género.
El pasado 15 de noviembre, a iniciativa del PSOE, se aprobó en el Congreso de los Diputados la creación de una Subcomisión, en el seno de la Comisión de Igualdad, con el fin de articular dicho Pacto, que deberá estar constituida antes del 31 de diciembre.
En dicha iniciativa, los socialistas exigimos una dotación presupuestaria suficiente, la puesta en marcha de juzgados especializados, el refuerzo de las Unidades de Coordinación y de Violencia sobre la Mujer, la activación del Plan Nacional de sensibilización y prevención, la incorporación en Educación de formación específica en Igualdad y la formación especializada para los cuerpos y fuerzas de seguridad, magistrados, jueces, trabajadores sociales, así como, personal sanitario.
En Extremadura, el Gobierno socialista de Guillermo Fernández Vara está trabajando para luchar contra esta lacra a través del fomento de políticas de igualdad como herramienta transversal y multidisciplinar y, a su vez, pilar fundamental para tomar conciencia y lograr una sociedad más justa y libre que permita desafiar la violencia de género.
También desde el Instituto de la Mujer de Extremadura se han puesto en marcha diferentes mecanismos como la activación de un protocolo para agilizar la adjudicación de viviendas de protección pública a víctimas de violencia de género o la edición de una guía para dar a conocer los recursos sociales y asistenciales de la región a las mujeres víctimas de la violencia machista.
Además, no nos podemos olvidar del papel que desarrollan las entidades locales, que representan la administración más cercana y eficaz en materia de protección a las víctimas. Por ello, debemos devolver las competencias a los municipios en materia de violencia de género a través de los servicios sociales, porque éstos son la herramienta de socorro más próxima a las víctimas.
Y tampoco podemos dejar de hacer hincapié en el papel fundamental que ejercen los diferentes medios de comunicación, es indiscutible que son agentes movilizadores y conformadores de opinión. Respecto a este drama, se hacen eco de la violencia contra las mujeres como nunca antes lo habían hecho pero el mensaje no termina de calar en la sociedad.
Es por ello que debemos adoptar medidas concretas que permitan frenar estos atentados machistas y poner fin al silencio que viven las víctimas. Por ello, debemos seguir adoptando políticas que fomenten y promocionen la igualdad de género como eje articulador para mantener el compromiso, no solo contra la violencia ejercida contra las mujeres sino contra la discriminación sexista que la alimenta.
Lola Becerra, Secretaria de Igualdad de la Comisión Ejecutiva Provincial del PSOE Badajoz y Diputada del Grupo Parlamentario Socialista-SIEX en la Asamblea de Extremadura.