¿Qué quieren decir cuando dicen tren digno?

Muchas personas me preguntan si el 18 de noviembre estaré en Madrid. Lo hacen porque saben que no tengo pereza en acercarme a la capital para manifestarme por todo aquello que considero justo.

Y en este caso me gustaría ir, sinceramente me gustaría mucho ir y creer que es verdad que esta manifestación organizada (y financiada) institucionalmente persigue el bien común y desea un tren digno, un tren social, un tren que sea útil para la mayoría de la población extremeña y que nos ayude a encarar las dificultades que la desertización del territorio nos están anunciando.

Pero no voy a ir a Madrid a manifestarme porque comparto la visión que me llega desde el Movimiento Tren Vía de la Plata. Hay poca claridad en la información, las propuestas de la manifestación del 18 de noviembre a favor de un tren digno, no define “digno”.

¿Digno como proporcionado al mérito y condición de nuestra región? o ¿qué tiene un comportamiento mesurado? o ¿que nos permitirá transportarnos y transportar mercancías con dignidad?

Si nos atenemos al “Pacto Social y Político por el Ferrocarril en Extremadura” de marzo de 2016 y leemos sus puntos 1, 2, 4 y 5 vemos que antepone el desarrollo de la línea de alta velocidad frente al mantenimiento o creación de líneas ferroviarias de tren convencional electrificado. Y eso significa apoyar un modelo de tren que solo utilizará aproximadamente el 4% de la población, pero que necesita el 75% del presupuesto destinado al ferrocarril.

Creo que esto responde a la primera y segunda pregunta. Lo que consigan no va a ser proporcionado a la condición de nuestra región, ni será mesurado. Nadie gastaría las ¾ partes de su presupuesto en transporte en un solo viaje al año, cuando en realidad necesita ir a trabajar cada día y tiene que pagar impuestos para que le traigan lo más cerca posible comida, ropa, muebles, electrodomésticos y otras cosas.

La tercera pregunta la responde esta noticia: La Junta de Extremadura ha firmado un pacto con ADIF, lo que le va a suponer un desembolso de cuatro millones de euros en 20 años, no para la reapertura, sino todo lo contrario, para convertir el trazado entre Baños de Montemayor y Plasencia en vía verde. Esto contradice el quinto punto del Pacto por el Tren donde se dice que se estudiarán soluciones para la reapertura de la conexión ferroviaria Plasencia-Astorga. No se está invirtiendo, por tanto, en reabrir la línea, sino en destinarla a hacer un camino que dicen “natural”, uno más de los que tenemos en Extremadura.

En Extremadura somos a grosso modo, un millón de personas, pero nuestra densidad de habitantes por kilómetro cuadrado es muy inferior a la media del estado; nuestro dato es 25h/km2. Somos una región que necesita para lograr un desarrollo sostenible una buena planificación, que tenga en cuenta nuestras dificultades, que sea honesta con nuestra población (somos una gente muy inteligente) y que no se nos venda vanidad. Los usuarios potenciales de un AVE se han calculado en 40.000 personas extremeñas, y eso no puede estar por encima de las necesidades de 960.000 que somos el resto, y que somos quienes necesitamos conectarnos dentro de la región.

Desde el Movimiento Tren Vía de la Plata nos proponen una semana de Lucha por un tren público, un tren que conecte Extremadura internamente y que conecte Extremadura de norte a sur y de este a oeste, y será esta semana hasta el 19 de noviembre. No dejen de acudir si les queda cerca porque les darán una información veraz, digna de nuestra inteligencia.