Campamento Dignidad termina su encierro: “Me llevo grandes amigos, mucha solidaridad y lucha”
Fin del encierro de Badajoz. Los Campamentos Dignidad concluyen este domingo su protesta tras 12 días. Bajo el lema de “pan, trabajo y techo” han aguantado el frío, la lejanía de sus seres queridos en días tan señalados como Nochebuena o Fin de Año. También la dureza de dormir en colchones y sacos de dormir de manera ininterrumpida, a ras de suelo.
El año pasado fue en la Concatedral de Santa María de Mérida y esta ocasión han trasladado sus reivindicaciones a Badajoz. Los motivos no han cambiado 12 meses más tarde, siguen siendo los mismos: la renta básica y la lucha contra los desahucios son sus tarjetas de bienvenida.
Un encierro solidario
Si en algo coinciden todos los activistas que han pasado por en esta protesta es en repetir la palabra “solidaridad”. La solidaridad de todos aquellos vecinos de Badajoz, y de otros puntos, que se han acercado para llevarles una manta, unos churros, una tortilla de patatas o una sopa bien caliente. “Toda la solidaridad ha sido abrumadora, nos dan de todo”, según destaca Juan Antonio Laso, que también agradece al párroco de la iglesia que les haya dejado quedarse allí todo este tiempo.
De hecho se trasladaron a la Parroquia de San Juan Bautista después de que el vicario de la Catedral de Badajoz les desalojara. “Hay gente que no quiere que estemos aquí, está claro, pero con el paso de los días se han dado cuenta de que nuestra lucha es pacífica”, añade este joven activista.
También han sido muchos quienes han echado dinero en la 'hucha solidaria' del campamento. Los integrantes de este movimiento acumulan más de 180.000 euros en multas por diferentes acciones a favor de la renta básica y de la vivienda.
Además se enfrentan a varios juicios. Entre ellos un juicio multitudinario en el que 18 integrantes del campamento, todos en paro y algunos de ellos solicitantes de la renta básica, declararán ante el juez por irrumpir en el Centro Territorial de TVE de Mérida mientras se emitía el informativo. Por ello han iniciado una recogida de fondos mediante el portal de Internet 'goteo.org', para hacer frente a parte de las multas pendientes.Por ello han iniciado una recogida de fondos mediante el portal de Internet 'goteo.org', para hacer frente a parte de las multas pendientes.
“La experiencia ha merecido la pena”
“Me voy a llevar lo mismo que en las Marchas de la Dignidad del 22-M: grandes amigos, mucha solidaridad y lucha”. Este es el resumen que hace Pilar Rodríguez de su paso por el encierro. Esta madre de Villafranca, desempleada y con tres hijos a su cargo, ha convertido su casa en una pequeña salita contigua a la parroquia, un espacio en el que duerme junto al resto de compañeros.
Allí hacen vida en familia. El espacio es pequeño, pero suficiente para preparar todos los trabajados de logística que se han realizado durante estos días en el campamento.
Rodolfo Jaime, vecino de Badajoz y desempleado desde hace años, es otro de los integrantes que ha pasado por la protesta. Pone de manifiesto la dureza de un encierro de estas características, el cansancio acumulado que supone permanecer allí. “Pero lo hemos vivido con mucho ánimo, y vamos a terminarlo con el mejor ánimo”.
A este hombre no le faltan los motivos para apoyar la lucha del campamento. Vecino de Suerte de Saavedra pone el acento en la “multitud” de familias que se han quedado sin trabajo a causa de la crisis y que permanecen a la espera de la ansiada renta básica. “Aún hay gente esperando cita, con unos servicios sociales colapsados y con problemas para hacer frente al pago de la luz o el agua”.