Suceso Portales, la anarquista extremeña precursora de la emancipación de las mujeres

Fue una firme defensora de los derechos de las mujeres en un momento en que la izquierda y los movimientos progresistas perpetuaban actitudes machistas que quería transformar.

Suceso Portales (1904-1999), natural de Zahínos (Badajoz), fundó junto a un grupo de compañeras un movimiento pionero en la liberación de la mujer, Mujeres Libres. Vinculado a la CNT, nace en la primavera de 1936, primero como una revista y después como colectivo. Llegó a sumar a 28.000 afiliadas, con cientos de agrupaciones en todo el país.

Su aportación es muy importante en la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres y para todo el movimiento feminista posterior. Fundan un grupo de ‘afinidad’ entre mujeres, un concepto ligado a la actual sororidad, por el que se cuidaban y crecían juntas hacia su emancipación.

Ante todo eran revolucionarias, creían en la lucha de clases y pensaban que tenían que librarse de su una triple esclavitud: por el hecho de ser mujeres, por su educación y por la dependencia económica que les ataba a seguir dedicadas a los cuidados del hogar. Defendían su autonomía y el derecho a incorporarse al mercado laboral.

Ya por entonces, 80 años atrás, promulgaban el amor libre y la libertad sexual. También el lesbianismo o la cuestión de la prostitución.

Eran defensoras del aborto, aunque como último recurso, apostando por el uso de los métodos anticonceptivos. Ellas lo denominaban la ‘maternidad consciente’.

Consideraban que la prostitución era la máxima esclavitud sexual y económica de la mujer. Por ello montaron los ‘liberatorios de prostitución’, en los que se daba apoyo económico, una educación y un cambio cultural a las prostitutas.

Suceso Portales

Maestra de profesión, era una mujer libre y una firme defensora de la justicia social. Quienes la conocieron la definen como una revolucionaria que inspiraba ternura, pero que al mismo tiempo sacaba su temperamento cuando se trataba de cuestiones de la organización.

El final de la guerra le sorprendió en Valencia, donde estaba con el subcomité de defensa de la República en representación de Mujeres Libres. Tras unas negociaciones con el cónsul británico lograron la evacuación de unas 200 personas desde las playas de Gandía a través de un buque escuela que los esperaba en la mar.

Se trataba de una operación peligrosa, porque las tropas de los golpistas de Franco bombardeaban cualquier objetivo que se acercara a la playa. La solución del comité fue el traslado de todos los refugiados mediante barcas. Los primeros elegidos en embarcar fueron los hombres importantes y venerables que allí aguardaban, seguidos de los ancianos, los niños y las mujeres.

Era algo que Suceso no estaba dispuesta a consentir, y que le llevó a tomar dos pistolas y cortar el paso de la comitiva. Logró que se montaran primero los niños, seguidos de las mujeres y los ancianos. Más tarde fue el turno de los hombres importantes, mientras que la última persona en montarse fue ella, Suceso Portales.

Homenaje en Mérida

Una plaza de la ciudad de Mérida lleva su nombre desde el pasado mes de septiembre en homenaje a su figura y su aportación al feminismo. Se trata de un reconocimiento llevado a cabo por el Ayuntamiento en atención a las peticiones de una docena de organizaciones, incluida la asociación de vecinos Zona Sur, donde se encuentra el parque.

Su hija Hortensia destaca que es un gesto que enorgullece a toda la familia. La define como una persona luchadora que lo dio todo en la defensa de los derechos de las mujeres. “Un río de fuerza”.

Habla de ella como una persona infatigable, siempre activa. Regresó del exilio en 1977 tras la muerte del dictador y ya siendo una anciana mantuvo una frenética actividad militante.

Era una excelente oradora que también se encargó de la organización de manifestaciones, mítines o festivales para enviar paquetes a los presos políticos.

Orígenes en Badajoz

Nació en Zahínos, en el seno de una familia de maestros relacionados con el mundo intelectual y acomodada para la época. Sus familiares habían estado también relacionados con los primeros grupos anarquistas que surgen en Badajoz desde la Primera Internacional.

Era una ‘devoradora’ de libros que cada noche acudía con su hermana Luisa a la buhardilla para leer con un candil todos los periódicos y revistas que acumulaba su padre. Desde la distancia, en los años de exilio, este pequeño pueblo rodeado de naturaleza salvaje fue su fuente de inspiración. Un espacio que le evocaba recuerdos de añoranza y felicidad. “Era su cuna, su lugar de tranquilidad y también donde comenzó a beber del mundo libertario”.

Desde su edad más temprana defendió una sociedad más justa y participativa, con un marcado discurso en defensa de una igualdad real entre hombres y mujeres. Su madre llegó a tener 14 embarazos y Suceso mantenía encendidas discusiones con su padre. Le reprochaba que permitiera que su esposa se limitara a ser una ‘incubadora’.

“Siempre ha defendido las capacidades de las mujeres, para las que reivindicaba que eran algo más que unas meras cuidadoras o incubadoras. Defendía que un papel que les correspondía como mujeres en la sociedad”, cuenta su hija.

Mujeres Libres

Desde sus orígenes Portales lleva adelante el proyecto de Mujeres Libres junto a compañeras como Lucía Sánchez Saornil, Mercedes Comaposada y Amparo Posch y Gascón. Estuvieron presentes tanto en el frente de la guerra como en la retaguardia con sus ideas revolucionarias y libertarias. También en las colectividades anarquistas.

Para ellas la educación era la base del cambio. Luchaban contra el analfabetismo convencidas de que la cultura y la formación de las obreras las haría libres. Fue uno de los ámbitos a los que más esfuerzos dedicó Suceso Portales por su formación como maestra.

Allá donde iban ponían en marcha toda clase de talleres de torneras o conductoras. Querían copar los oficios 'masculinos' porque aspiraban a acabar con la dependencia económica que les imponía el sistema patriarcal.

Eran militantes de la CNT, aunque no todas las mujeres de este sindicato tenían por qué estar afiliadas al grupo de ‘afinidad’ entre mujeres. Conformaron un espacio no mixto, sólo para mujeres dentro del anarcosindicalismo, porque defendían que eran ellas las que tenían que alcanzar sus derechos en un mundo desigual.

Ana Toro, actual militante del movimiento Mujeres Libres, explica que aunque el anarquismo no marcaba distinciones entre hombres y mujeres ellas sí entendían que una revolución social por sí sola no iba a liberarlas de las ataduras que sufrían por el simple hecho de ser mujeres.

En aquel momento no se declaraban feministas porque era un concepto que asociaban a las clases más burguesas que reivindicaban tan sólo --a su juicio-- el derecho al sufragio. “Ellas pensaban que el voto por sí solo no las iba a liberar, eran conscientes de que tenían que dar un paso más para salir de su condición de esclavas”.

El exilio de Suceso Portales

Una vez en el extranjero, como refugiada, se instala en Londres. Allí es acogida por refugiada rusa también anarquista, Marie, aunque eventualmente estuvo con una pareja británica con la que entabló amistad.

Llega a Inglaterra el 4 de abril de 1939, aunque sólo disfrutó de seis meses de paz, porque de inmediato comenzó la II Guerra Mundial. Durante ese periodo se sacó el carnet de tornera para la fabricación de los condensadores de los aviones de la RAF, la fuerza aérea británica. También trabajó haciendo uniformes para las tropas inglesas, al mismo tiempo que se dedicaba a alfabetizar y dar clases de español a hijos de refugiados y de inmigrantes en el local de la CNT en Londres.

Hortensia, que es hija única, no nacerá hasta el final de la guerra en septiembre de 1946. Para entonces Suceso y su pareja, el anarquista Acracio Ruiz (natural de Constantina de la Sierra-Sevilla), se instalaron en un piso en la capital británica.

La hija de ambos recuerda el ajetreo constante del piso, donde las reuniones se repetían un día sí, y otro también. No había para comer, “pero siempre había gente comiendo”. Un ambiente de efervescencia, bajo constantes asambleas y encuentros en el seno de una familia acogedora y solidaria. Comenta su hija que no tenían ningún lujo porque todo el dinero era para la CNT y para los presos que estaban en las cárceles.

“Como hija de refugiados tengo que destacar el compañerismo, el cariño y el amor de toda la gente. Personas nobles y buenas que han sido un ejemplo para ella y para sus hijos. Con una serenidad y un convencimiento que se sumaba al compañerismo y la unión”.

Su actividad continúa, desde el exilio en Inglaterra y más tarde en Francia, siendo una cara esencial del movimiento libertario. Cuenta la activista e investigadora Celes Pérez González, en un artículo dedicado a Suceso Portales, que en Londres participó en numerosas manifestaciones contrarias al régimen franquista, por ejemplo frente a la actuación de los coros y danzas del Ministerio de Información y Turismo. A lo largo de las décadas serán muchas otras, como las protestas contra la visita del ministro de Asuntos Exteriores Castiella en 1960, o la de Fraga Iribarne en 1963.

En esa misma década llegará a participar en calidad de delegada en Limoges (France), en representación del grupo de personas españolas exiliadas en Londres, mientras que retoma junto a otras compañeras libertarias una edición especial de la revista Mujeres Libres, detalla la investigadora.

Una vez de vuelta a España, en 1977, continúa su lucha con la fundación de la CNT de Guadalajara y su participación activa como organizadora y oradora en los grandes mítines que congregaron a miles de personas, entre ellos el organizado en San Sebastián de los Reyes en 1977.

Era una persona muy querida y admirada. “Pero no era una persona que buscara admiración, sólo pensaba que había que trabajar. Era una luchadora nata, y con una gran capacidad para organizar grandes eventos”, cuenta su hija.

Su actividad frenética no paró hasta el último momento. Ya siendo una octogenaria se desplazaba a manifestaciones convocadas a lo largo de todo el país.

Finalmente fallece en Sevilla en 1999, con la satisfacción de haber asistido unos meses antes a la celebración del 60 aniversario de Mujeres Libres. Por entonces se mantenía fiel a sus convicciones, y en una entrevista concedida a Martha A. Ackkelberg, que publicó un libro sobre Mujeres Libres, abogaba por el apoyo mutuo y la lucha común: “Es preciso que trabajemos y luchemos juntos. Porque si no, no habrá revolución social”.