Es prácticamente imposible viajar una noche por la comarca de las Vegas Altas del Guadiana, muy cerca del límite entre las provincias de Badajoz y Cáceres, y no ver los colores de la bandera LGTBI tiñendo el horizonte. Desde hace varias noches, poco antes de las 22 horas, se enciende una torre de 23 metros de altura en una de las zonas más llanas de esta fértil zona de Extremadura para defender la diversidad sexual y los derechos de las personas de este colectivo.
Pero no es una torre cualquiera: es el campanario de la iglesia de Vivares, una entidad local menor perteneciente a Don Benito que, según el último dato del Instituto Nacional de Estadística (INE), tiene 700 habitantes exactos. Y a juzgar por las redes sociales del Ayuntamiento, la inmensa mayoría de ellos celebran la iniciativa del alcalde, Jairo Pino (PSOE), de iluminar el edificio con los colores de la bandera LGTBI.
Sin embargo, y como era de esperar, la Iglesia no ha visto la iniciativa municipal con los mismos ojos. La Diócesis de Plasencia, a la que pertenece Vivares, tiene cedido al Ayuntamiento hasta 2029 los edificios eclesiásticos a cambio de hacerse cargo del mantenimiento y poder hacer uso de ellos, como la antigua 'casa del cura', que se ha convertido en un centro de emprendimiento con oficinas para empresarios y autónomos. No obstante, los oficios religiosos se celebran con regularidad: los domingos a las 11 horas hay misa en la parroquia, al igual que cada año por el patrón San Miguel (29 de septiembre) y por San Pedro (29 de junio, día siguiente al Orgullo), que es el antiguo patrón, pero cuya festividad se eliminó porque coincidía con el auge de la campaña agrícola en un pueblo que vive eminentemente de la tierra y los agricultores y jornaleros en esa fecha aún no han cobrado por su trabajo.
Sin embargo, al parecer, la cesión no es motivo suficiente para que la corporación municipal, formada únicamente por concejales del PSOE, adopte decisiones sobre las instalaciones de forma unilateral. Poco después de colorear al torre, la Diócesis reprendió al alcalde por no consensuar la medida y también le llamó la atención por hacer coincidir el estreno de la nueva iluminación con esta efeméride. Ahí quedó todo, según Pino, que subraya las buenas relaciones que hay entre ambas partes.
Referente LGTBI en Extremadura
Vivares es uno de los pueblos de colonización que durante el franquismo se crearon en Extremadura a la sombra del Plan Badajoz. En ninguno falta su iglesia con su campanario, por lo que “la torre es una seña de identidad para todos los vivareños”, explica el alcalde. Por ello, Pino llevaba tiempo con la idea de instalar un sistema de iluminación que sirviera para conmemorar algunos días, como sucede en otras localidades. Pero su intención no era estrenarla cualquier fecha, sino en la semana del Orgullo “porque en Vivares apostamos por el reconocimiento de los derechos de las personas LGTBI y sabemos que aún queda mucho por hacer”.
La decisión ha contado con el respaldo de los vecinos, como puede leerse en las redes sociales del consistorio y en las del alcalde, donde hay varias decenas de comentarios que dan la bienvenida a la iluminación por el apoyo que supone para todo el colectivo y la originalidad de la iluminación en un edificio tan sobrio.
Pero la verdad es que esa defensa por los derechos de la comunidad LGTBI no es nueva en Vivares. A pesar del tamaño de la entidad local menor, hace años que se ha convertido en un referente en esta lucha. De hecho, pertenece a la Red Extremeña de Pueblos Libres de LGTBIfobia, tiene un mural contra los delitos de odio y, desde hace muchos años, la agenda municipal se llena de actividades en junio por el Orgullo. Por ejemplo, el programa 'Vivares por la Diversidad' ha incluido este año la 6ª edición del torneo 12 horas de fútbol-sala y la segunda edición de un campeonato de pádel para adultos. El 28 de junio, el día de la efeméride del Orgullo, se proyecto en la plaza del pueblo la película 'Una mujer fantástica', la historia de una mujer transexual que lucha contra la discriminación de la familia de su novio fallecido.
Los colores del arcoíris seguirán iluminando la torre de la iglesia al menos hasta mediados de mes. Para que después el Ayuntamiento pueda seguir conmemorando otras efemérides deberá buscar financiación. Ese es el próximo paso que va a dar Vivares después del éxito y la repercusión que ha tenido esta reivindicativa experiencia piloto.