Un trabajador del Centro Penitenciario de Badajoz, agredido por un interno

Un trabajador del Centro Penitenciario de Badajoz ha sido agredido por un interno de la institución al propinarle “un bofetón con mano abierta” en la zona de la Unidad Terapéutica, un hecho por el que el funcionario no ha requerido ninguna atención posterior.

Así lo ha señalado la Delegación del Gobierno en Extremadura, que ha explicado que el hecho fue el martes a las seis de la tarde

Tras esto, el agresor fue reducido “con la fuerza mínima” y se aplicó el protocolo fijado para estos casos: su aislamiento provisional y la puesta en conocimiento del hecho al Juez de Instrucción del Juzgado de Guardia y a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias.

La Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip) había denunciado en una nota que el hecho se produjo en el Aula de Informática después de que un interno del módulo 3 sin mediar palabra agrediera a otros presos y al funcionario cuando realizaban actividades en ese aula.

El trabajador le llamó la atención para que se tranquilizara pero el agresor (F.J.P.G.) se abalanzó sobre él para propinarle golpes en la cara, de los cuales tuvo que ser atendido por los servicios sanitarios del centro, asegura el colectivo profesional.

Heridas

Como consecuencia de la agresión, el funcionario sufrió hematomas y lesiones en la cara.

El interno fue reducido y conducido al módulo de aislamiento, donde se encuentran los internos que no se adaptan al sistema penitenciario.

“El módulo UTE es un departamento especial donde se realizan actividades especiales y muy comprometidas con el tratamiento penitenciario y la reinserción de los internos mientras cumplen su condena”, ha señalado Acaip.

Esta agresión es “una más”, reprochan, de las producidas este año en los centros penitenciarios del país, donde ser trabajador penitenciario “lleva consigo sufrir golpes, cortes, hematomas y señales de todo tipo que pueden ser ocasionadas por las agresiones en el ámbito laboral”, todo ello con consecuencias “mínimas” para los infractores.

Debido a esto último las agresiones son habituales, y la estadística “sube año tras año”.