La entrada de las legiones romanas a la ciudad ha abierto este viernes las puertas de la fiesta Emerita Lúdica, con la que Mérida vuelve a los tiempos de su fundación en el año 25 a. C. para celebrar el solsticio de verano, como lo hacían sus primeros habitantes hace más de 2.000 años.
Durante ese fin de semana gladiadores, eméritos de las legiones V y X, matronas, esclavos o sacerdotisas volverán a compartir su destino por las calles de Mérida, que este año, en la VII edición de esta fiesta recreacionista, hace un especial hincapié en la cocina romana debido a que la ciudad celebra la Capitalidad Iberoamericana de la Cultura Gastronómica 2016.
Por ello, en el entorno del Templo de Diana, centro neurálgico de la fiesta, en el mercado y en las tabernas romanas, los emeritenses, ataviados o no de romanos, podrán degustar vinos y platos típicos de la cocina de aquella época.
Con la misma filosofía que inspira la confección de los trajes, en los que se huye del disfraz y se busca la mayor fiabilidad histórica, en esta edición ha habido reuniones preparatorias y de formación con los arqueólogos del Consorcio de la Ciudad Monumental, para que los empresarios del sector de la hostelería alcancen el mayor rigor posible a la hora de elaborar los platos de la cocina antigua.
Cocina romana
También habrá cocina romana en vivo a cargo del chef J.Sanguino y degustación de “mvlsvm”, el vino romano. En este mismo apartado, se celebrará la III Ruta de la Tapa Romana “Sentia Amarantis”, en la que participarán 17 establecimientos hosteleros de la ciudad, que también estarán ambientados con decoración romana.
De igual forma, como novedad, este año habrá concursos en decoración de estancias hoteleras, habitaciones o patios y, además, los pubs ubicados en la zona centro ofrecerán ambientación de la época evocando el ocio nocturno al más puro estilo romano.
Tras la recreación de un funeral romano por parte de la Asociación Ara Concordiae, continúan nuevas recreaciones de distintas escenas de la vida cotidiana durante el Imperio Romano, como un ritual propiciatorio de la aprobación de los Dioses a cargo de la Asociación Emerita Antiqva. Durante las mañanas del fin de semana la actividad se concentrará en el entorno del Puente Romano y de la Alcazaba, donde está instalado el campamento romano y donde entrenan las legiones.
Además, habrá, como en años anteriores, combates de gladiadores, ventas de esclavos y otras recreaciones, como la de una boda romana, el ceremonial posterior al nacimiento de un niño y de implantación de la toga viril, así como exhibiciones de prácticas de medicina, magia, elaboración de perfumes o juegos de mesa. Cinco asociaciones recreacionistas de Mérida, a las que se suman colectivos de otras ciudades romanas, hacen posible la celebración de esta fiesta a la que cada año se suman más ciudadanos vestidos de romanos.
Estos confeccionan sus trajes en el taller que se habilita meses antes y que cuenta con el asesoramiento de arqueólogos y técnicos del Consorcio de la Ciudad Monumental, quienes también asesoran a las mujeres de como peinarse o pintarse para que su estética no difiera de se usaba cuando Mérida era la Colonia Iulia Augusta Emerita y llegó a convertirse en la capital de la Lusitania Romana.