En Extremadura hay un montón de senderos. Tantos que podrían sumar hasta 12.000 kilómetros. Sin embargo muchos ni se conocen y la mayoría no cumple con los criterios de calidad y seguridad oficialmente fijados para estos caminos, que están más de moda que nunca entre los aficionados al deporte y el turismo de naturaleza.
La Junta se ha propuesto poner orden en ese mapa para caminantes con el objetivo de incluir solo los mejores en un nuevo paquete turístico: la Red de Senderos de Extremadura, que tendrá una sus grandes bazas en la promoción nacional e internacional y en la creación del senderismo a la carta, con itinerarios ornitológicos, micológicos, botánicos, geológicos, para familias o personas con movilidad reducida.
Con ese propósitose está trabajando sobre 304 senderos, que no son todos los que existen pero que se han elegido porque al menos cuentan con una señalización de inicio y algún material promocional. Analizados el 80 por ciento, los datos reflejan que esta tarea era más que necesaria porque menos del diez por ciento cumplen las condiciones que marca la Federación Española de Montaña y Escalada (Fedme).
Entre otras cosas fallan porque no ofrecen información suficiente para asegurar una práctica segura y eficaz del senderismo; no cumplen tampoco con la frecuencia y mantenimiento de la señalización, ni con las recomendaciones de códigos, según se indica desde la Consejería deTurismo que tutela el proyecto. Además se está revisando su promoción, fijando la vista en aspectos como si aparece en distintos idiomas o si ofrecen descarga de archivos de geolocalización. La lupa se ha puesto también en si se han trazado sobre itinerarios de interés turístico, patrimonial o medioambiental y en su capacidad de atracción para posibles participantes, nuevos baremos añadidos por el Gobierno regional al hilo de esta revisión.
Los que no superen el examen no estarán en la Red ni se beneficiarán de la promoción de la Junta. Los que quieran incorporarse por ser nuevos o reengancharse tras haberse readaptado a la nueva ficha de evaluación podrán hacerlo, pero las mejoras correrán por su cuenta porque el proyecto no prevé dinero para mejorarlos.
La identificación y revisión de senderos se está haciendo con grupos de acción local, mancomunidades, ayuntamientos y diputaciones que son los que llevan el grueso de este trabajo desde hace años. Sin embargo ese esfuerzo ha tenido desigual resultado, según la Junta,por el desconocimiento de la propia actividad, la falta de recursos o de mantenimiento. De ahí que haya decidido ahora tomar la batuta.
“Salvo excepciones, las actuaciones sobre senderos se han abordado con indudable buena voluntad pero con poco conocimiento. Se necesita formación en planificación, señalización, interpretación turística, manejo de cartografía y tecnologías GPS… Muchas de las actuaciones analizadas son esfuerzos fallidos antes incluso de llegar a ejecutarse”, aseguran sus técnicos.
Mejoras en transporte y hostelería
El patrimonio senderista extremeño es, a pesar de ello, tan importante que el Ejecutivo lo quiere poner en valor, una iniciativa que ha sido bienvenida por los expertos de la comunidad autónoma.
“Hay muchos senderos que no somos conscientes de que están porque no se ha trabajado sobre ellos. Más del 33 por ciento de Extremadura está protegida por la Red Natura 2000 y eso por sí mismo ya es todo un aliciente para esta práctica. Tenemos además un parque nacional, reservas naturales, de la biosfera… Un perfecto caldo de cultivo, en definitiva, para atraer turismo. Lo que hace falta es la promoción”, apunta Domingo Fernández, responsable de Senderismo de la Fexme (Federación Extremeña de Montaña y Escalada).
Escasa población
Otras ventajas a favor de la comunidad son la baja población y su densidad, que permiten disfrutar con garantías de los espacios naturales mientras se camina. O sea, sin ruidos de carreteras y sin contaminación principalmente. Pero además de centrar esfuerzos en promocionarlos hay que ponerse las pilas en la oferta de servicios.
“Conocemos al senderista nacional y al europeo –apunta Fernández- y demandan transporte y hostelería, dos campos en los que aún pecamos. A veces acuden en temporada alta a una zona donde no hay suficiente alojamiento para absorber la demanda y otras van en temporada baja y se encuentran con que muchos establecimientos están cerrados o necesitan autobuses y no los encuentran”.
Carencias que habrá que pulir para atraer a los cada vez más incondicionales del senderismo, una práctica en boga porque no requiere imponentes condiciones físicas, porque la meta y el ritmo los marca uno mismo, se puede practicar en solitario o con compañía, a cualquier edad y, además, es barato.
Los caminantes que se mueven por una zona comerán en sus restaurantes y se quedarán a dormir en sus hoteles y eso debe servir como revulsivo para crear empleo tanto directo como indirecto: formación de guías, desarrollo del turismo deportivo, creación de empresas de senderismo, de líneas de transporte… Además de lo que supone de cara a la desestacionalización turística porque el senderismo se puede desarrollar en cualquier época del año.
Un compendio de bazas a las que hay que sacar provecho.