Alberto Casero Ávila dejará en las próximas semanas la alcaldía de Trujillo tras ser elegido este domingo próximo miembro del Congreso de los Diputados por Cáceres y el Partido Popular.
Casero, de 40 años de edad, es licenciado en Derecho por la Universidad extremeña y con 18 años, en 1996, el año de la victoria de José María Aznar, se afilió a las Nuevas Generaciones del PP. Siete años después, en 2003, es elegido diputado en la Asamblea de Extremadura, el más joven de los 65, escaño que conservó hasta 2011 en que gana por mayoría absoluta las elecciones municipales y se convierte en alcalde de Trujillo, mayoría que repitió en 2015; también fue senador por Cáceres entre 2011 y 2015.
Durante ese viaje político trabó amistad con quien luego se ha convertido en presidente nacional del partido, Pablo Casado, quien en el último congreso le incluyó como secretario de medio ambiente en su comité ejecutivo nacional.
Casado y Monago le han llamado para encabezar la lista de Cáceres al Congreso.
-De alcalde, a diputado nacional, ¿esto cómo ha sido?
Llevaba cuatro legislaturas en el Ayuntamiento, dos de alcalde, dos de concejal en la oposición, y aunque yo quería seguir pues hay una decisión del partido a nivel nacional y regional que me pide que encabece la candidatura como diputado por la provincia de Cáceres. Una renovación que el presidente nacional quería en algunas cabezas de lista y por lo tanto siempre a disposición del partido, luchando por conseguir buenos resultados en la provincia para el Partido Popular
-Pero podría haber sido que en vez de ir a Madrid al Congreso, hubiera ido a la Asamblea de Extremadura. No se descartaba una proyección suya en la política regional, y esta decisión ha sorprendido
Yo en política nunca me he puesto metas, hago lo que en cada momento el partido ha decidido. Han pensado que podía hacer un buen papel en Madrid pues en Madrid, y si hubieran decidido Mérida, pues Mérida. El criterio interno es que no haya duplicidad de cargos y en cualquiera de los dos casos habría tenido que dejar la alcaldía.
Nunca he pedido nada, creo que el trabajo siempre tiene recompensa y bueno han pensado que debo ir a Madrid y ya está. ¿Por qué no a la Asamblea? No lo sé
-No descarta en cualquier caso la política regional
Nunca puedes descartar nada. No pensaba cuando al final de febrero era candidato a la Alcaldía que unos meses después iba a decir que iba a ser candidato al Congreso. En política siempre hay que estar a disposición del partido, siempre y cuando no te falten ganas, ilusión y la voluntad, ya que tienes que creer en las cosas que haces. Has de dedicarle mucho tiempo y tu vida es escrutada hasta el último detalle, cosa que me parece normal, y por lo tanto cuando vas a un cargo tienes que ir con la seguridad la tranquilidad y el conocimiento de que así tiene que ser.
- ¿Cuál es su relación con Pablo Casado? Creo que se conocen de Nuevas Generaciones del PP, desde jóvenes y tienen una amistad personal
Somos amigos desde hace muchos años, en una relación muy larga muy intensa, tenemos muchas cosas, pensamientos e ideas en común. Estamos por lo tanto muy cercanos en lo político y también en lo humano, somos amigos que hemos pasado muchos momentos buenos y malos juntos a nivel personal y a nivel político, y por lo tanto mi relación con él es personal pero también profesional por llamarlo de alguna manera. La amistad nada tiene que ver con vinculaciones políticas pero yo no le llamo constantemente. Algunas veces cuando hablo con él me pregunta cosas y me dice por qué no me lo has dicho, pues porque entiendo que precisamente por ser tu amigo tienes suficientes cosas que hacer como para que encima te pregunte, te cuestione o te diga determinadas cosas. Pero todo eso no es óbice para que cuando yo crea que se equivoca pues le diga que se ha equivocado, ya que con el tiempo hemos forjado una amistad personal y por tanto intensa.
-¿Esta designación para el Congreso de Diputados la podemos asociar entonces a esa afinidad?
Puede ser, él me conoce evidentemente, sabe de mi trabajo en el Ayuntamiento, conoce mis planteamientos ideológicos y políticos, y haya dicho que quiere contar conmigo en su equipo dada la confianza personal que existe evidentemente.
-Ante el resultado electoral de este próximo domingo 28, y la posibilidad de que con Ciudadanos y Vox sumaran ustedes unos números suficientes, y dada la comunidad ideológica con el primero, ¿qué posibilidad habría de pactos?
Ambos partidos y especialmente Vox están formados por muchos compañeros que han sido compañeros de partido, con lo cual no sólo hay afinidades ideológicas sino que en muchos casos afinidades personales, a mí me sorprenden algunos del Partido Socialista que se rasgan las vestiduras con Ciudadanos o Vox, cuando con esas personas, siendo antes militantes del PP, tenían unas relaciones personales buenísimas.
¿Cuáles son las barreras con Vox? El respeto a determinadas cuestiones como son la Constitución, nuestro sistema autonómico, las autonomías…, nosotros defendemos con toda rotundidad este tipo de cosas, como los derechos de las mujeres, el respeto a la diversidad de todo tipo, el respeto a la disparidad de criterios y opiniones. Vox tiene mucho de postura para una fotografía en un momento determinado, pero a la hora de la verdad, cuando hay que gobernar y tomar decisiones uno se enfrenta a la cruda realidad, y la realidad es que España necesita de la inmigración para crecer y para desarrollarse económicamente, y eso quien lo niegue está mintiendo.
Hacen un acto en Covadonga y me sorprende de que se sientan orgullosos de la historia de la Reconquista, porque a lo mejor no tienen conciencia de que en el 37 fueron árabes los que con Franco reconquistaron a los republicanos Covadonga.
La historia es tan diversa y el mundo tan diverso que no puede unificarse en un solo criterio, de ahí los límites con que se ha hecho en Andalucía respecto a las propuestas más estridentes que pueda tener Vox. Pero es un nuevo caso como el de Podemos, que también iban a asaltar los cielos en 2015 en el 2016, y el cielo se les ha caído encima. La realidad es la que es, como les pasó a los griegos con Syriza, que no iban a aceptar ningún plan… Al final Vox es un partido con el que si hay que llegar a algún tipo de acuerdo habrá que hacerlo siempre dentro de los límites que ha marcado alguno, pero que tienen que ser muchos más
-¿Cree que darán esos números de diputados, con Ciudadanos y Vox?
No lo sé, yo lo que espero es que el Partido Popular sea la opción mayoritaria votada por los ciudadanos. La mayoría absoluta está muy lejos pero que seamos la opción más votada y que podamos formar un gobierno alternativo al de Pedro Sánchez
-Monago ha realizado el fichaje, para las listas de la Asamblea de Extremadura, del deportista Javier Cienfuegos en un lugar destacado, ¿ qué le parece este tipo de incorporaciones a la política, que crean recelos entre los que estaban, qué aportan?
Es un cambio positivo. Evidentemente hay gente que ve que se puede sentir desplazada porque llega alguien nuevo frente a tu trabajo de mucho tiempo, pero uno tiene que saber que la política tiene fecha de caducidad y el que se incorpore gente de la sociedad civil a los partidos políticos es una muestra de buena evolución social, que no hay miedo a significarse ante determinadas situaciones, y que además hay que hacerlo porque el que una cara pública por decir de alguna manera, o de una cierta influencia pública pueda mostrar lo que piensa, no es malo.
La gente siempre tiene ideología y en una sociedad moderna los personajes que tienen cierta relevancia pública deben manifestarse en un momento tan complejo como el que vivimos.
-Se están conformando dos bloques políticos en España, sobre todo tras las elecciones andaluzas, entre derecha e izquierda. Sin embargo hay mucha gente en la sociedad de a pie que vistos los problemas que tiene el país reclama, no vamos a hablar de los Pactos de La Moncloa, pero sí una plataforma de acuerdos básicos amplia que rompa esa dinámica de bloques
Es terrible la política del bloque, que volvamos a hablar de bloques en España es como haber retrocedido 80 años en la historia. A mí me duele profundamente en el alma y yo soy partidario de grandes acuerdos de Estado, mi tranquilidad como ciudadano es cuando hay alternancia, que es sano para la democracia. Había ciertas cosas que eran comunes y que no iban a cambiar, mi miedo es que no el PSOE sino el dirigente que tienen ahora pacte con determinados partidos que ponemos en cuestión, esas cosas básicas. Y a la inversa. No podemos caer en esa trampa, hay cuestiones básicas para el país, pactos de Estado que deben hacerse sobre la educación, los derechos sociales, la política exterior. Tenemos por consenso de todos los españoles una Constitución aunque sea modificable, y un sistema social y económico, pues ese consenso debe recuperarse y para eso necesitamos valentía ambos partidos políticos.
Para defender eso yo no tengo ningún enemigo sino que debemos plantear PP y PSOE, partidos centrales mayoritarios, acuerdos importantes y ante determinadas peticiones de ciertos partidos plantarnos y decir no, hasta aquí hemos llegado, y no pasa absolutamente nada porque el bipartidismo ha acabado. Ciudadanos defiende básicamente lo mismo y entre los votos del PSOE, PP y Ciudadanos estamos hablando de una inmensa mayoría de españoles.
Cierto es que la crisis social y económica de 2008 que se arrastra durante casi siete u ocho años ha dividido mucho a la sociedad, ha fragmentado muchas ideas, ha enojado mucho a la sociedad, y por lo tanto hace que sea difícil ese gran acuerdo porque quien vende mensajes más rupturistas parece que es el que tiene más que ganar.
Días atrás ha habido una prueba clarísima de que estamos en un país donde la democracia funciona, un presidente del Gobierno que ha intentado utilizar un medio público para su beneficio y al final los propios trabajadores y la presión social y de la prensa han hecho que eso no suceda. Está muy claro que este país funciona y que hay que llegar a esos acuerdos para evitar ciertas tensiones que son innecesarias, y dejar de hablar de bloques, que a mí me horroriza.
-Todas estas tensiones precisamente han llevado días atrás a que en una fiesta se tirotee un muñeco de Puigdemont, o a la inversa limpiar con lejía el sitio por el que había pasado Inés Arrimadas
-Estas cosas te rompen como político. Son fruto de la irresponsabilidad política, tenemos que ser muy conscientes de que lo que decimos tiene consecuencias, y una vez dichas las cosas no tienen marcha atrás, por eso no me gustan los insultos de cobarde, y lo que sigue y no voy a decir, entendido como que no se defiende el interés general. En este país no ha habido cobardes, ha habido dos partidos, PP y PSOE, que han sufrido la lacra del terrorismo y enterrado a muchos compañeros por defender la libertad. Gente que ha pagado muy caro el enfrentarse a lo nacionalistas de Cataluña, donde no ha habido muertos pero sí acoso. O compañeros de otros partidos que han defendido su mensaje.
El problema es que se ha impuesto un criterio, lo que hace por ejemplo el PSOE en Baleares de plegarse a las tesis nacionalistas, o del PSC en Cataluña, no olvidemos que Celestino Corbacho va el tres en la lista de Valls y Ciudadanos en Barcelona. La sociedad se ha cansado de ceder ante ciertas pretensiones, pero que son fruto también de 40 años de dictadura, a los nacionalismos se les ha dado una legitimidad de la que carecían, recuerdo los años en los que el Partido Socialista ganaba las elecciones en el País Vasco pero gobernaba Ardanza y Rosa Díez era vicepresidenta y consejera en los gobiernos autonómicos.
Y al final son malas las consecuencias. Cuando dicen que el PP no quiere desenterrar a Franco… Yo no tengo nada que ver con Franco, tengo familiares represaliados por Franco pero no tengo nada que ver con esa etapa, me desentiendo absolutamente de ella. Pero tampoco creo que debamos utilizar eso como arma política permanentemente, hay que tener unas leyes que permitan a las familias de las víctimas recuperar a sus muertos que estén en fosas comunes, totalmente de acuerdo, pero no hay que utilizar eso políticamente como enfrentamiento. El revanchismo nunca fue sinónimo de éxito y creo que tampoco debe serlo ahora.
-Es usted secretario de medio ambiente en la ejecutiva nacional del PP y sabe que aquí estamos en debate sobre la aparente contradicción entre desarrollo y conservación ambiental. Recordemos la refinería, el parque de ocio de Castilblanco, la mina de litio en Cáceres o la urbanización Marina Valdecañas por ejemplo.
Meterlo todo en el mismo saco sería francamente difícil. Lo que sí creo es una cosa, y es que hay que apostar por un modelo de desarrollo claro. El tren de la industrialización lo perdimos hace muchos años y Extremadura no puede ser ahora lo que han sido muchos países africanos, aquello que contaminaba las grandes empresas europeas o americanas, o canadienses, lo trasladaban a los países africanos o asiáticos para explotar sus recursos naturales sin ningún tipo de control. Ese tren de la industria pesada lo perdimos hace mucho tiempo y nos ha hecho muy débiles, pero también nos ha hecho muy fuertes en determinadas materias. Tenemos que ser equilibrados y por ejemplo no creo que Valdecañas haga daño a nadie, existe una sentencia pero ese proyecto es beneficioso para Extremadura. Y Almaraz con las garantías que debe tener y si los propietarios quieren debe seguir porque de momento no hay otra alternativa energética que sea más barata y más segura. La refinería es un tema pasado y aquello no tenía sentido.
Extremadura tiene que apostar sobre todo por las energías renovables, por la agroindustria, por un turismo de calidad y por la explotación de nuestros recursos de una manera sostenida y sostenible. Y eso es lo mejor que podemos hacer.
Ahora, tampoco hay que primar, llegar a los extremos que estamos llegando, de una conservación a ultranza de determinadas cuestiones porque se está poniendo en riesgo al propio medio ambiente con esa defensa a ultranza. Es necesaria una postura equilibrada, hacer una transición ecológica tranquila y no de titulares o de opiniones personales como la ministra de ‘yo no quiero esto, a mí no me gusta lo otro’, porque al final lo único que se genera es malestar y desasosiego. Extremadura necesita un modelo de desarrollo propio que no lo ha tenido, hemos dado mucho bandazo y hay que apostar por determinadas cosas y convertirnos en una potencia en eso; invertir todo nuestro esfuerzo de recursos en agroindustria porque siguen saliendo animales de nuestra tierra para sacrificarse fuera y continúan transformándose productos de Extremadura fuera.
-¿Le ha sorprendido que Elena Nevado no sea candidata a la alcaldía de Cáceres?
Sí, evidentemente, la sorpresa se la ha llevado todo el mundo, no esperaba un cambio a esta altura de última hora, pero yo creo que cuando las cosas se hacen con normalidad y tranquilidad, y el cambio está hecho así… Rafael Mateos es un excepcional candidato, una persona íntegra, entregada y honesta, un trabajador incansable
-Pero qué ha pasado es el veto de Ciudadanos?
Entiendo que haya habido varias cuestiones, una de ellas puede ser el veto del Ciudadanos. Ella misma decía el otro día que sabe que es difícil conseguir la mayoría absoluta en Cáceres, y que va a necesitar otras fuerzas políticas pero ella es incapaz porque no quieren y la han vetado, cosa que me parece fatal. Un partido que presume de ser dialogante y tolerante como Ciudadanos pero que pone vetos me parece un tema bastante grave, pero ella ha entendido que podía ser un problema y ha decidido apartarse.