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El Estado toma posesión del Pazo de Meirás tras 82 años de ocupación franquista

Los abogados del Estado, Consuelo Castro Rey, Javier Suárez García y Adela Álvarez Caramés (d a i), durante el acto de entrega de las llaves del Pazo de Meirás al Estado.

Paola Obelleiro

10 de diciembre de 2020 14:14 h

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El Pazo de Meirás es ya patrimonio de todos. El Estado tomó este jueves posesión formalmente de la propiedad enclavada en Sada (A Coruña), que fue refugio literario de Emilia Pardo Bazán antes de convertirse en escenario estival de la dictadura y, luego, en dominio privado de la familia de Francisco Franco. Bajo custodia pública también quedarán, hasta que haya sentencia firme, todos los bienes, muchos de incalculable valor, que hay en el interior del singular castillo de tres torres y sus jardines. Tan indignados están los herederos del dictador que decidieron dar plantón a las administraciones públicas. No acudieron al acto de entrega. “Para no prestarse al circo, no nos iban a dejar retirar nada”, explicó en una emisora uno de los nietos, Francis Franco.

El plantón de los herederos del dictador no alteró la agenda oficial para entregar la mansión, por sentencia judicial y con carácter provisional, pero sí hubo una novedad en cuanto a los 697 bienes catalogados por orden judicial en el interior del pazo y sus jardines. La Abogacía del Estado decidió hacer constar que dos de esos bienes -la Casa de las Conchas y el pequeño hórreo anexo- “no forman parte de lo revindicado por la administración”. La jueza Marta Canales, autora del histórico fallo que otorga al Estado la emblemática propiedad con la que se había hecho el general golpista en plena Guerra Civil, decidió dar un plazo de 20 días a la administración para determinar qué bienes han de ser entregados a los Franco. Fue ella también la encargada de poner en manos de la abogada del Estado Consuelo Castro las llaves del recinto.

En la víspera de la entrega del Pazo, otro de los nietos de Franco, Jaime, se encargó de ir hasta Sada para “despedir a los criados”, el matrimonio de guardeses que habitan en la propiedad, y dejar las llaves en el juzgado número uno de A Coruña. Mientras las administraciones públicas estaban reunidas este miércoles en A Coruña para decidir el uso y gestión de las Torres de Meirás, el nieto de Franco las recorrió una última vez con un equipo del periódico ABC para hacer un amplio reportaje gráfico del interior del inmueble y relatar la “tristeza brutal” de la familia por tener que entregarlo tras ocuparlo 82 años.

Los herederos del dictador están muy enfadados porque dicen que ni siquiera han podido retirar sus pertenencias personales. “Ni la ropa interior ni unas raquetas de pádel, no vaya a ser que me metan en la cárcel”, protestó Jaime Franco. Ahora será la Administración, depositaria de esos bienes, quien deberá determinar en 20 días cuáles son esos objetos y muebles que tienen carácter personal y deberán ser devueltos a la familia. De momento, solo se sabe que puede recuperar la Casa de las Conchas, también llamada O Paciño, así como su hórreo diminuto. Se trata de la pequeña réplica en granito del pazo que, a modo de casa de muñecas, el dictador hizo construir en el jardín para Carmen, su única hija, ya fallecida.

Patrimonio Nacional asume desde este jueves la titularidad del Pazo de Meirás. Durante un mes, quedará cerrado para que los investigadores puedan hacer un exhaustivo informe sobre el estado de las instalaciones y de todo lo que allí hay. Antes de entregar las llaves, la Marta Canales encabezó la comitiva judicial que, con ayuda de los técnicos que realizaron el primer inventario de bienes, estuvo comprobando durante unas tres horas que todo estaba en el interior de la propiedad tal y como lo encontraron cuando la inspeccionaron el pasado 11 de noviembre.

Que la entrega del Pazo de Meirás al patrimonio público coincida con la celebración este jueves del Día Internacional de los Derechos Humanos “da una significación especial” al acto, remarcó la abogada general del Estado Consuelo Castro. “Es un día que deja la sensación de justicia histórica, que devuelve el Pazo a manos de las que nunca debió haber salido, que son las del Estado, por haber sido una residencia oficial. Vuelve a manos de los ciudadanos gallegos, todos lo hemos hecho”, afirmó. 

Fuera, bajo la lluvia, estuvo toda la mañana, además de un enjambre de periodistas y cámaras, una amplia representación del movimiento cívico que, como destacaba la sentencia que otorgo la propiedad al Estado, inició hace años el proceso para la recuperación de las Torres. Especialmente emotivo e histórico es el día para uno de los que más investigaron y lucharon por ello, Carlos Babío. Es nieto de una vecina de Meirás que en 1938 fue expulsada con sus tres hijos de su pequeña casa porque fue incorporada a la propiedad regalada al autoproclamado jefe del Estado.

Durante las próximas semanas también avanzarán las administraciones públicas (Estado, Xunta de Galicia, Diputación de A Coruña y los ayuntamientos de A Coruña y Sada) en el diseño del plan de usos y gestión del pazo hasta que haya una sentencia definitiva. Deberá trazar “la verdad del paso de Franco con perspectiva democrática” y reivindicar la figura de la escritora Emilia Pardo Bazán, indicó este miércoles la vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo. Fue en una primera reunión en la que se pusieron de manifiesto divergencias con el jefe del Ejecutivo gallego, Alberto Núñez Feijóo, quien reclama la cesión del edificio.

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