Los 15 años de gobierno de Feijóo y Rueda multiplicaron por dos el número de niños que no saben hablar gallego

Luís Pardo

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Uno de cada tres niños gallegos de entre 5 y 14 años no sabe hablar gallego. Es la generación que se ha educado con el Decreto del Plurilingüismo de 2010, la norma que impuso Alberto Núñez Feijóo poco después de llegar a la Xunta cabalgando sobre un supuesto “conflicto lingüístico”, y que, entre otras medidas, vetó la enseñanza en ese idioma de las asignaturas científicas, tal y como le ha reprochado recientemente el Consejo de Europa. La cifra es exactamente el doble de la que había en 2008, 16,36%, cuando la norma que se aplicaba era el Plan de Normalización Lingüística aprobado por unanimidad de todos los grupos durante el mandato de Manuel Fraga.

Ésta una de las principales conclusiones de la Encuesta Estructural de Hogares que cada cinco años realiza el Instituto Galego de Estatística (IGE), el organismo oficial de la Xunta. Según sus resultados, un 32,44% de los pequeños de esa edad dicen hablar “poco o nada” de gallego, una cifra que también duplica el promedio del total de gallegos, con independencia de la edad, que manifiestan ese conocimiento nulo o mínimo de su idioma, el 16,60%.

Los niños de 5 a 14 que saben hablar gallego “mucho” son el 27,14% mientras el 40% afirma ser capaz de hacerlo “bastante”. Como promedio, algo más de la mitad de los gallegos -51,28%- lo dominan “mucho” mientras un tercio -32,11%- lo hace “bastante”. El tramo de mayores de 65 es donde el desconocimiento es menor, el 11,73%. La incidencia del Decreto se hace más relevante al conocer que, para los menos de 30 años, la educación sigue siendo la principal fuente de conocimiento del gallego, con casi un 96%, seguido por la familia con un 64%.

Más de la mitad de los pequeños no usa nunca el gallego

El número de personas hablan únicamente en gallego se desplomó seis puntos en los últimos cinco años y apenas es uno de cada cuatro habitantes: un 24, 37 frente al 30,57 de 2018. En ese período, los castellanoparlantes monolingües han crecido en una proporción similar, cinco puntos, del 24,4 al 29,6%. Los que se manejan en ambos idiomas se mantienen estables: los que usan más el gallego crecen un exiguo 0,14 mientras que los que usan más el castellano aumentan otro punto (21,86 frente a 24,1).

El 30% de los encuestados habla siempre en castellano, una cifra que se vuelve a disparar en el período de 5 a 14 años, alcanzando el 53% frente al apenas 7% de niños que sólo usan el gallego. Entres los bilingües, sólo un 9% (frente al 21% de promedio) habla más gallego mientras que el 30% habla más castellano (6 puntos más que la media). De nuevo entre los mayores es donde se registra un mayor uso de la lengua propia: el 40% la usa siempre y menos del 17 es monolingüe en castellano.

Las diferencias se hacen aún más abismales si hablamos de la escritura. El 82% de las personas encuestadas aseguran hacerlo en castellano mientras los que escriben en gallego se quedan en un 15%. Más igualado está el idioma que dicen usar con los hijos: el 38% asegura dirigirse a ellos en gallego y el 35 en castellano; sumando a los bilingües, la situación se reparte entre ambas opciones prácticamente al 50%.

15 años después, la Xunta quiere volver al “consenso”

Menos de 48 horas antes de que el IGE publicase la encuesta, el conselleiro de Lingua, José López Campos, emplazaba a la oposición a reunirse el próximo día 24 para tratar sobre el “pacto por el gallego” que lleva anunciando desde que tomó posesión, el pasado 15 de abril. Su intención, “retomar el debate sobre el necesario consenso” que rompió el PP con su Decreto, el primer retroceso del gallego en la enseñanza desde la llegada de la democracia. Un movimiento que parecía destinado a amortiguar el impacto del informe, previsto inicialmente para el 13 de septiembre pero retrasado hasta este viernes, según fuentes de la Consellería de Facenda, porque la dirección del IGE necesitó más tiempo para analizar los datos recogidos en el “extenso trabajo de campo”.

ampos, uno de los rutilantes fichajes de Rueda esta legislatura, ha asumido Lingua junto a Cultura, que deja así de depender de Educación. El secretario xeral de su departamento, Valentín García -redactor del programa electoral del PP y al que las quinielas daban como conselleiro-, ha sido el primer cargo de la Xunta en reaccionar al informe. García eligió ver la botella casi llena y quedarse con que un 69,25% de la población se “relaciona” con el gallego, que continúa así siendo “la lengua cooficial más empleada” en el Estado y “la mayoritaria” en el territorio, ya que sólo un 29,2% manifiesta utilizar únicamente el castellano.

El dato más similar al utilizado por García, de todos los que aparecen en el informe, es el 29,66% de encuestados que dicen hablar en castellano siempre. Si se suma al 24,11 que afirma hablar más castellano que gallego, alcanzan un 53,77% que supera a la suma de los gallegoparlantes monolingües (24,37%) y a quienes lo utilizan más que el castellano (21,86).

La oposición: “Enmienda a la totalidad” de una política que “pone en riesgo la supervivencia de nuestro idioma”

Para la portavoz nacional Ana Pontón, la encuesta refleja la situación “crítica” del idioma y por eso ha reclamado al presidente de la Xunta que convoque “de urgencia” a los líderes de la oposición, comparezca en el Parlamento y suprima “inmediatamente” el decreto “de la vergüenza”. “La política de acoso y derribo del PP al gallego está poniendo en riesgo la supervivencia de nuestro propio idioma”*

Pontón destacó que sólo el 7% de los niños entre 5 e 14 años, educados “íntegramente bajo el decreto de la vergüenza, hablan gallego siempre, la mitad que en 2018”. En su opinión, el PP “logró convertir la escuela en un elemento de desgalleguización”, por lo que esta “sangría del gallego” es “resultado de las decisiones políticas” de los populares.

Desde el PSOE, la portavoz de Lingua señaló que la caída de galegoparlantes supone “una enmienda a la totalidad” de las políticas lingüísticas de la Xunta que han llevado al gallego a una “situación límite”. Silvia Longueira critica las que considera “políticas galegofóbicas” del gobierno gallego y añade: “Si un compañero mío fuese director xeral de Política Lingüísitica, le recomendaría que presentase de inmediato su dimisión”.

La Academia: “En veinte años, el desconocimiento del gallego se incrementó hasta porcentajes nunca vistos”

“Toca a cada uno reflexionar sobre sus responsabilidades en esta deriva hacia la extinción de la lengua del país, empezando, claro está, por el gobierno gallego. Nadie podrá acusar a la Real Academia Galega de haber advertido, de forma documentada, razonada y reiterada, de la urgencia de cambiar el rumbo. Es tiempo de hacerlo, ahora, o, probablemente, nunca”. Quien así escribe es el coordinador del Seminario de Sociolingüística de la Academia y vicesecretario de la institución, Henrique Monteagudo, quien destaca que, en veinte años, “el desconocimiento del gallego se incrementó de forma substantiva hasta porcentajes nunca vistos”.

Monteagudo destaca, además, cómo el gallego no es mayoritario como lengua hablada “por primera vez” y destaca que la “enorme pérdida de hablantes” es preocupante, sobre todo, de cara al futuro. Si hace dos décadas había más de 80.000 niños que eran galegoparlantes “habituales”, hoy, dice, son poco más de 30.000, lo que dibuja un “pronóstico sombrío” para el idioma. “Si no se toman decisiones ya, se acerca un momento en el que no se va a poder revertir esta deriva hacia la extinción de la lengua del país”.

A Mesa: los datos certifican la “emergencia lingüística extrema”

Por su parte, el presidente de la Mesa pola Normalización Lingüística, Marcos Maceira, consideró que los datos del IGE indican “un estado de emergencia lingüística extrema” y que la caída tanto del uso como del conocimiento del gallego “son la consecuencia lógica” de su exclusión “de la mayor parte de los ámbitos de la vida social”.

Maceira recordó que se trata “de la primera generación completa que padece las consecuencias” del decreto “contra el gallego” y relaciona el resultado “directamente” con una educación “que no garantiza la competencia lingüística”, incumple “hasta los máximo que permite de gallego” y donde la Xunta “no garantiza materiales didácticos en gallego”.

A esto, A Mesa suma la “desaparición” del gallego del ocio infantil y juvenil (0,4% en los juguetes, 1% en el audiovisual, ausente en las actividades deportivas); la “exclusión” de la administración de Justicia donde su uso es “inferior al 1%” o con límites “moi graves” en la oferta y el uso de consumidores y empresas. “Es imposible que los datos puedan mejorar significativamente”, advierte Maceira que también envía un mensaje a Campos: “Si el conselleiro de verdad quiere actuar para atajar esta situación no se entiende que no se reúna con una entidad como A Mesa que las instituciones europeas o incluso la ONU consideran interlocutora válida”.