Clamor unitario en A Coruña contra el cierre de Alcoa
Cuatro años después, A Coruña se ha vuelto a echar a la calle. Como en 2014, cuando Alcoa también había amenazado con el despido colectivo de sus alrededor de 700 trabajadores de A Coruña y Avilés como paso previo al desmantelamiento de las factorías, este sábado el centro coruñés se ha vuelto a llenar de miles de personas -unas 4.500, según datos de la Policía Local- para exigir a la multinacional estadounidense que mantenga las fábricas y los puestos de trabajo, pero también para reclamar del Gobierno de España un marco estable para el mercado eléctrico y sus precios, uno de los argumentos que la compañía esgrime para volver a decir que cierra las factorías de la antigua Inespal que el Gobierno Aznar privatizó en 1998.
En la manifestación coruñesa se ha dado una unidad poco habitual e imágenes inéditas desde hay muchos lustros, como la de líderes de fuerzas políticas y sindicales de diferente signos encabezando, cogidos del brazo, la comitiva reinvidicativa junto a miembros del comité de empresa de Alcoa en A Coruña, apoyados también este sábado por representantes del personal de San Cibrao y Avilés. “Energía, solución”, “Alcoa, escucha; A Coruña está en lucha” han sido algunas de las consignas más repetidas durante la movilización, secundada por los principales referentes de las fuerzas gobernantes y de la oposición tanto de la ciudad como en Galicia y en España.
“Vamos a andar hasta que esto aguante y vamos a aguantar porque estamos acostumbrados”, advirtió al final de la protesta, ante la Delegación del Gobierno en Galicia, el presidente del comité de empresa. “Vamos a por ellos y vamos a ganar”, proclamó Juan Carlos López Corbacho, para quien la “primera premisa” es la retirada del ERE. “Negociación” frente a “imposición” y también contra la “manipulación” de la propia empresa, ya que, advierte, la factoría coruñesa y también la asturiana son productivas y rentables. No obstante, los mensajes del personal también se dirigen hacia el Ejecutivo de Pedro Sánchez, que en la próxima semana se reunirá directamente con la empresa.
Subrayan también la necesidad de que todas las fuerzas políticas mantengan la unidad demostrada este sábado en las calles de A Coruña entre ecos de los alrededor de 1.000 millones de euros percibidos por la compañía en ayudas públicas durante los últimos años. Es necesaria firmeza frente a los “caprichos” de Alcoa y la movilización, advierten, no va a cesar. La de hoy ha sido sólo la primera.
La unidad política ha sido un hecho en cuanto a la presencia de dirigentes de todos los colores. Así, tanto el alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro (Marea Atlántica), como el portavoz de En Marea, Luís Villares y otros miembros de esta formación han instado tanto al Gobierno de España como a la Xunta a actuar para frenar el cierre y han puesto el acento en la unidad de la movilización. Igualmente lo ha hecho el secretario general del PSdeG, Gonzalo Caballero, quien apunta a la necesidad de un frente común hasta la resolución del conflicto. También la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, que como el secretario general de la CIG, Paulo Carril, ha apuntado a la necesidad de una tarifa eléctrica gallega.
“Siempre que un vecino o vecina han tenido problemas, la ciudad les ha tendido la mano” y ahora “no va a ser distinto con el personal de Alcoa”, afirmó Ferreiro en su discurso ante los manifestantes. “Desde hoy y hasta que esto se solucione -agregó el regidor coruñés-, todos somos trabajadores y trabajadoras de Alcoa, no vais a estar solos”.
A la unidad apelaron igualmente representantes del PP en la protesta como la exconselleira Beatriz Mato, líder del PP local, si bien casi a la misma hora el conselleiro de Industria, Francisco Conde, acusaba desde Santiago a Gobierno de Pedro Sánchez y a la empresa de haber metido en un “laberinto” al personal y, por extensión, a Galicia y Asturias, y aseguraba que “lo primero” para que Alcoa “recapacite” es que el Ejecutivo central fije las normas eléctricas para 2019.