Veintegenarios en Alburquerque, aquel disco en el que Albert Pla (Sabadell, 1966) reunió a Fermin Muguruza, Robe Iniesta o Manolo Kabezabolo, cumple 27 años. Es, por tanto, un álbum veintegenario al que el polifacético cantautor ha decidido insuflarle samplers y guitarras flamencas para combinarlo con su primer trabajo, íntegramente en catalán y aparecido en el lejano año 89. Rumbagenarios es el proyecto que lo ha puesto al frente de The Surprise Band y que este septiembre lo traerá a Santiago de Compostela como uno de los platos fuertes del festival de músicas y artes atlánticas Maré.
Pla atiende a elDiario.es desde su coche. La conversación lucha con el manos libres, las desconexiones del bluetooth y los pitidos de aviso del interior del vehículo. A Pla no parece importarle. De hecho, nada parece hacerlo.
¿Por qué ahora esta revisión de Ho sento molt y Veintegenarios?
Ya tenía ganas de hacer conciertos así, con la gente de pie, y esos dos discos van a ser la base. Hace unos años que venía haciendo espectáculos más teatrales, para que la gente estuviese sentada, escuchando, y me quería relajar un poco y bailar.
Bailar y también poner a bailar al público...
Tanto como eso no lo sé, pero algún bracito se levanta. Es bastante festivo
A esta hora el Gobierno está presentando el plan de regeneración que promete reformar el delito de injurias. Además del propietario de la corona, ¿qué ha cambiado desde que usted tuvo que convertir Carta al rey en Carta al rey Melchor para evitar una condena?
Yo creo que ahora insultas al Rey y te quedas sin sponsor. En eso ha cambiado el mundo para mí.
¿Ahora la censura es económica, entonces?
Siempre ha sido un poco así. Más que censura o no censura, te quedas excluido –gracias a dios– de sitios superdesagradables, pero excluido.
¿Qué sitios?
Todos los sitios esos donde suena música.
¿Se refiere a emisoras de radio, recintos, eventos...?
Esos, sí, sí... esos en los que cada uno puede poner su música y que la escuche quien quiera que la escuche.
A pesar de eso, durante estas tres décadas largas se ha hecho su propio espacio.
Nunca hemos pretendido tener más público que el que queríamos tener, que el que quiere venir a los teatros a vernos, el que está interesado en “a ver qué ultima tontería ha hecho el Albert”. Es la manera en la que lo enfocamos.
Pero con internet y las redes sociales, ahora es posible llegar al público sin tener que pasar por esos sitios y esas personas que deciden a quién excluir.
Tampoco me preocupo por esas cosas. Estoy muy preocupado en hacer canciones, tener ideas y poder hacerlas, que es lo divertido del asunto. Todo lo demás no sé cómo viene. Si me quieren hacer una entrevista digo, “ah, vale, qué bien”, pero yo estoy ahí, haciendo canciones o pensando cosas. Ni siquiera es una preocupación. Hay gente que sufre mucho haciendo canciones y preparando espectáculos, gente que tiene mucha disciplina, que suda y que llora (ríe y enfatiza), ¡que sangra! Pero yo no. Yo me lo paso de puta madre y no necesito ningún coach para sobrevivir en este mundo.
En esta gira anuncian temas inéditos.
Imagino. Depende mucho del sitio, pero supongo que durante este año iremos ya enseñando canciones nuevas
¿De qué está escribiendo ahora?
¿De qué? Pues de aquí, de allá...
¿Qué cosas tiene en la cabeza?
No te las sé explicar, porque para eso me paso horas intentando explicarlo de otra manera.
Ya, con las canciones.
Sí.
¿Y hay algo que esté pasando ahora sobre lo que le apetezca escribir?
No, me apetece hablar de mí. No quiero hablar de mí, pero yo, ¿sabes? Pues eso...
¿Se viene un Pla más íntimo? ¿Más personal?
Es que no lo sé. Hago tantas canciones y tantas cosas... Hablo de mí, de ti, de él, de ella, de nosotros... De verdad que no te lo sé resumir. Ni ahora ni nunca he tenido una intención a la hora de componer. Me sale. Salen 20 canciones y una dice “qué bien en este momento poder hacerlo”. Siempre ha sido así: piensas cosas y algunas de ellas son realizables justo ahora, en este momento. Y es lo que hago, sin más.
Suena a que está en un momento prolífico, ¿o es que ha sido siempre así?
Siempre ha sido así. A veces sales más por la tele y la gente se cree que trabajas. Ya está, no hay más.
No parece que deje de trabajar, aunque no salga por la tele.
Nunca lo he dejado. La medida de mis pensamientos y mis acciones están todas publicadas y los bolos ahí están: lo que he hecho en cada concierto que he tenido, en cada espectáculo que he presentado. Para mí, mi vida siempre ha sido así. Sigue siendo extraordinario –pero forma parte de una normalidad–, ver que viene gente, que te acoge y ¡jolines!, que hay gente que compra una entrada y estás encantado de que así sea.
¿Cómo ve este momento político?
Pues como todos los momentos políticos. No es bueno ni es malo, es mentira.
¿No le preocupa la presencia de corrientes que intentan llevarnos hacia el pasado, hacernos retroceder?
Esto me lo dicen desde que nací, esos siempre han existido. Igual el problema es que la gente que dice eso son los que no avanzan. No veo que quienes dicen que todos nos quieren llevar para atrás tiren mucho del carro para llevarnos para adelante.
¿Y cómo explica fenómenos como el de Alvise?
¿Quién?
Alvise. ¿No le suena?
No, la verdad es que no.
Un señor que ha construido su carrera a base de bulos y fake news en redes sociales. Su partido obtuvo 800.000 votos en las últimas elecciones europeas.
Eso es que debe de tener buenos maestros. Si se ha colocado con mentiras y bulos, no me parece raro.
¿No conocía al personaje?
La verdad es que no.
¿Cómo sigue usted la actualidad?
Miro en roll algún periódico por la mañana, intento ver si sale alguna noticia de antropología, o si ha muerto el rey... una cosa de estas gordas. Pero, como nunca pasa, pues ya no entro a leer detalles.
No escribimos mucho de antropología en los medios, ¿no?
No te creas, hay alguna. Sí, sí, sí...
Me imagino que será como encontrar una aguja en un pajar
Bueno, yo también soy una aguja en un pajar.