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Ana Pontón acusa al presidente de la Xunta de ejercer de “comercial de Altri” y le exige rectificar su apoyo a la pastera

El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, durante la sesión de control en el Parlamento

Daniel Salgado

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La resaca de la histórica manifestación del pasado domingo en Palas de Rei (Lugo) contra el proyecto de macrocelulosa de Altri tardará en disiparse. Tres días más tarde, protagonizó la sesión de control de la líder de la oposición, Ana Pontón, al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, en el Parlamento de Galicia. “Deje de hacer de comercial” de la multinacional portuguesa, le espetó Pontón a un Rueda que todavía en la última comparecencia posterior a la reunión semanal de su gabinete asumía como propios los datos de la propia empresa. “No nos cuelen como industrialización una bomba ambiental”, añadió la nacionalista. El presidente no se dio por aludido ante la exigencia de rectificación y se escudó en los técnicos de la Administración, “confío en ellos”.

El objeto de la discusión son los planes de Altri para instalar en Palas de Rei, en la comarca de A Ulloa, una pastera de 386 hectáreas que absorberá 46 millones de litros de agua diarios extraídos del río Ulla. Cuando se anunció el proyecto, Feijóo presidía el Gobierno gallego, Rueda era su segundo, y la idea era una fábrica de fibras vegetales y de economía circular. La compañía necesita 250 millones de euros que espera lograr de los fondos europeos. Alfonso Rueda se encargó de retorcer los hechos para acusar al BNG de cambiar de opinión por haber votado en la Cámara a favor de las fibras vegetales. Pontón se defendió: “Hasta el 20 de febrero, después de las elecciones [gallegas, en las que Rueda obtuvo su primera mayoría absoluta], no conocimos todo el proyecto y las grandes mentiras del PP”.

Fue entonces cuando la protesta de vecinos de la zona, organizaciones ecologistas o asociaciones de agricultores y ganaderos comenzó a tomar cuerpo hasta desembocar en la multitudinaria marcha del domingo, 20.000 personas según los promotores, la plataforma Ulloa Viva. Si Alfonso Rueda ha tomado nota de lo sucedido, no lo aclaró en el Parlamento. Porque más allá de remitir a los informe técnicos aún por emitirse y lo que denominó “incoherencias” del Bloque, apenas dijo nada más. Solo una obviedad que suele repetir: “La Xunta nunca autorizará nada que no cumpla con todos los criterios”. El resto fue su táctica habitual, en la que no faltó Bildu, que comparte papeleta a las europeas con la formación nacionalista gallega, ni la recriminación de manipular datos. “Yo le pregunto por Altri y usted responde que Bildu. Es Rueda el escapista”, criticó Pontón, “¿y sabe lo que delata eso? Que el proyecto es indefendible”.

Menos volumen con el PSdeG

El cruce con José Ramón Gómez Besteiro, portavoz del PSdeG, fue a mucho menor volumen. Pese a que hacer oposición al Gobierno central de PSOE y Sumar es una de las ocupaciones políticas preferentes de Alfonso Rueda, con su líder en Galicia ha rebajado decibelios. Besteiro preguntaba por la posición de la Xunta de Galicia en Europa y Rueda le agradeció el “tono institucional”. “Le acepto la recomendación”, dijo, en relación a la petición del socialista para que el jefe del Ejecutivo gallego este presente en la próxima reunión del Comité de las Regiones. Fue crítico con la gestión de los fondos Next Generation pero no se apartó del discurso oficialista del consenso comunitario. No es el camino que ha elegido su superior, Feijóo, que en los últimos días desliza andanadas análogas a las de la ultraderecha sobre la “burocracia” de Bruselas.

Gómez Besteiro insistió en la estrategia pactista y ofreció acuerdos “para abandonar la inacción” en las energías renovables, en la apuesta por el uso del gallego en el Europarlamento o en la mejora del uso del dinero de la UE. También en lo que denominó “proyectos estratégicos”. La sombra de Altri planeaba sobre el debate, y eso que las posturas del socialista y del popular al respecto mantienen cierta convergencia, lo que ha distanciado a Besteiro de alcaldes y ediles de las zonas afectadas por la hipotética construcción de la macrocelulosa. Eso sí, este advirtió al presidente de la Xunta contra las alianzas con partidos reaccionarios y ultras a las que se ha entregado Feijóo, primero al introducir a Vox en gobiernos locales y autonómicos del PP, ahora con sus loas a la italiana Meloni. Rueda le respondió con el “radicalismo” de sus socios, a empezar por el BNG que, recordó, se ausentaron de la recepción a Zelenski en el Congreso esta semana. Lo hicieron -Rueda no lo mencionó- en desacuerdo con el aumento del gasto militar destinado a Ucrania.

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