La audiencia de la TVG en las campanadas de entrada al 2025 cae a la mitad que hace un año
La audiencia de las campanadas en la Televisión de Galicia cayó a la mitad que hace un año. En el minuto de las uvas con el que se estrenó 2025 había 102.000 personas conectadas a la TVG, lo que supone una cuota del 10,5%. Un año antes la cuota era del 20,3%, con 174.000 espectadores siguiendo las campanadas en la televisión pública gallega.
La TVG arranca el año con este dato de audiencia después de meses de caídas en los datos de telespectadores del canal. Las campanadas 2024 - 2025 en la televisión pública gallega estuvieron marcadas por la protesta contra el proyecto de macrocelulosa de Altri -en alianza con el propietario de la gallega Greenalia- en Palas de Rei (Lugo). Los tres presentadores encargados de dar las campanadas, Xosé Ramón Gayoso, Rocío Delgado y Rocío Durán, despedían la retransmisión en directo desde la Praza do Obradoiro de Santiago de Compostela cuando se empezaron a escuchar gritos de “Altri non!”. Con el aviso de lo que estaba ocurriendo, se apresuraron a despedirse.
La Corporación Radio e Televisión de Galicia (CRTVG) encara en 2025 una renovación, con la aprobación de una nueva ley de medios que aumentará el control del PP sobre los medios públicos. El anteproyecto fue remitido por la Xunta al Parlamento a principios del mes de diciembre con una disposición que permite que, de no lograrse la mayoría cualificada exigida hasta ahora para elegir al director o directora xeral de la CRTVG, bastará con la mayoría absoluta. En la práctica, en un hemiciclo en el que el PP tiene 40 de los 75 escaños, significa que la formación conservadora podrá imponer a su candidato sin trabas.
El nuevo texto, que también abre la puerta a que se introduzcan lenguas distintas al gallego, ha recibido contestación desde la oposición en el Parlamento y desde dentro de los medios públicos, sumidos desde hace más de seis años en una protesta de su plantilla -los Venres negros- contra lo que consideran manipulación informativa. La externalización de algunos programas llevó a una huelga que ha marcado los últimos meses. El detonante fue el cambio del histórico espacio matinal propio A revista por O termómetro, una coproducción.
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