“Solo sabemos lo que encontramos en las playas”. Quien habla es Alfredo López, biólogo de la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (CEMMA) que tiene su sede en Nigrán. Desde hace en torno a una semana esta entidad y otras como la asociación ecologista Adega o el Grupo Naturalista Hábitat están recogiendo decenas de aves marinas muertas o dañadas, empapadas por una sustancia oleosa de origen desconocido, en prácticamente toda la costa gallega.
Los afectados por el vertido, del que se sabe muy poco, son fundamentalmente araos, pero también gaviotas. “Deducimos que es extendida porque los animales no aparecen en puntos localizados”, explica Alfredo López a Plaza.gal. Están documentados hallazgos de aves marinas afectadas por la misma sustancia desde Oia a Burela pasando por la Costa da Morte, el entorno de la Barbanza o la playa coruñesa del Orzán. Son más de cien.
María Canedo, de Adega, está trabajando estos días en la recogida de las aves afectadas por el vertido y en el traslado a centros de recuperación de aves -existe uno por provincia- en los casos en que aparecen vivas. En conversación con Plaza. gal, explica que por el momento la información con la que trabajan es escasa. Preguntaron en la Consellería de Medio Ambiente, pero por el momento sin respuesta, según han señalado en la tarde del jueves.
En Adega no tienen muchas dudas respecto a que el vertido es fruto de un “sentinazo”, es decir, de la salida intencionada al mar de sustancias contaminantes procedentes de un buque. Pero poco más, por el momento. “Aparentemente, apreciamos que no es fuel; no tiene color negro, sino naranja y textura pastosa”. Una de las hipótesis es que pueda ser parafina, pero nada es seguro “hasta que se hagan estudios técnicos”. Desde el Grupo Naturalista Hábitat no descartan la existencia de un segundo vertido que sí contendría fuel.
Aunque estas entidades muestran relativa sorpresa por la intensidad del vertido y desconcierto por no conocer su origen, sí aclaran que este tipo de prácticas no son, en absoluto, inusuales. “Ha ocurrido antes”, aclara Alfredo López y “suelen aparecer aves puntualmente” afectadas por vertidos, así como “manchas de petróleo” o “galletas de chapapote”. En este caso, además, “no sabemos si hay una mancha que sigue en el mar o está dispersa”, si bien “de momento, no nos consta que apareciera hidrocarburo en la costa”, explican desde CEMMA.
Consejos en el caso de encontrar un ave afectada
Mientras se espera a que se conozcan más datos -Praza.gal consultó este jueves a la Consellería de Medio Ambiente sin respuesta-, desde Adega hacen hincapié en los consejos a seguir en el caso de colaborar en la recuperación de aves afectadas, especialmente si continúan vivas. Lo más recomendable es usar guantes y poner una goma elástica en el pico para evitar que pique. “Si son grandes hay que tener más cuidado, porque podrían picarnos en los ojos”, advierte María Canedo.
La medida de precaución permite, además, que el ave “no siga ingiriendo la sustancia contaminante”. A continuación, hay que inmovilizarlos con un trapo viejo para que no pierdan calor e introducirlos en una caja, en la que no podrán mover las alas gracias a la protección. Lo indicado es llamar al 112 para avisar al centro de recuperación de fauna salvaje que corresponda, esperar al personal para la entrega o indicar, si procede, la calle para ir a recogerlas.