Las elecciones del 18 de febrero en Galicia han vuelto a demostrar que la derecha, centrada casi exclusivamente en el PP, es fuerte en las zonas más rurales, pero pierde peso en las ciudades. De las siete más pobladas, el bloque de las izquierdas ha sumado más votos en cinco, entre ellas Ferrol, la única en la que gobierna actualmente el PP. El escrutinio ha dejado incluso la fotografía de Vigo, bastión socialista en las municipales bajo el liderazgo de Abel Caballero, como la que da un resultado más contundente en favor de la izquierda (el 60,5% de los votos) pero con un cambio en cabeza: el BNG ha sido la fuerza más votada y se ha quedado con el 37% de los votos —en toda Galicia ha logrado el 31,57% de las papeletas, sin el voto del exterior, su máximo histórico—.
El vistazo general de esta nueva mayoría absoluta del PP en el Parlamento gallego deja claro que en los municipios por debajo de 15.000 habitantes, los populares arrasan y se bastan por sí mismos para alcanzar —e incluso superar— el 50% de los votos, pero las fuerzas dejan de inclinarse tanto a su favor a partir de ese nivel y terminan invirtiéndose por encima de 150.000, una barrera que solo rebasan en Galicia A Coruña y Vigo. Solo en esta última ciudad y en Pontevedra, de donde es su líder, Alfonso Rueda, el PP logró mejores resultados en estas elecciones que en las de 2020.
En Vigo es donde más claramente se ha plasmado el batacazo del PSdeG en estos comicios. Es uno de sus fuertes, que en las locales ha dado repetidas mayorías absolutas a Caballero, pero en estas autonómicas la formación vencedora ha sido la nacionalista, con 56.820 votos. Por detrás está el PP, con 54.010 y el 35,19% de los votos. Y, como tercera fuerza aparecen los socialistas, con 30.781, un 20,05% de las papeletas. Es un retroceso con respecto a los comicios de hace cuatro años, cuando el PSdeG fue segunda fuerza, pero casi igualada con el PP y con el casi el 32% de los votos.
En el resto de las principales ciudades, el partido más votado ha sido el PP, aunque solo en Lugo y Ourense el bloque de la derecha ha superado en votos al de la izquierda. En Ourense ha irrumpido una formación que hasta ahora no tenía representación en la Cámara autonómica, pero es la que gobierna en la ciudad, Democracia Ourensana. Es la tercera fuerza, por detrás de PP y BNG, y concentra en la capital provincial dos tercios de todos los votos logrados en los comicios. En el cuarto puesto aparece el PSdeG. En la ciudad el 58,5% de los votos han sido para las opciones de derechas.
En Lugo también la suma de las derechas, en este caso PP y Vox, se sitúa por encima de las papeletas que ha reunido la izquierda, con un 52,1% frente al 45,7%. De hecho, los populares en solitario ya superan ligeramente el 50% de los votos. Esta es la única ciudad, a pesar de ello, en la que han subido en votos y en porcentaje tanto BNG como PSOE. Los nacionalistas repiten el ascenso en el resto, pero no lo hacen los socialistas.
En Pontevedra, donde en el gobierno local está en manos del BNG -con respaldo del PSOE-, el bloque de la izquierda también ha superado en votos y porcentaje (el 50,9%) al de la derecha (47,2%) en estas autonómicas. En todas estas ciudades esta situación ya se había dibujado en las anteriores elecciones gallegas, pero en las dos restantes, A Coruña y Santiago, ha habido un cambio en esos bloques. En 2020 en las dos PP y Vox sumaban más votos, aunque con poca distancia sobre las opciones de izquierdas, pero este domingo se ha invertido la situación. En A Coruña, donde gobierna el PSOE, las izquierdas tienen el 50,8% de los votos y en Santiago de Compostela, con el BNG al frente del Ayuntamiento, el porcentaje es del 51%.