Samuel Luiz no tuvo “posibilidad alguna de defensa” durante el brutal linchamiento en grupo que acabaría con su vida la madrugada del 3 de julio de 2021 en el paseo marítimo de A Coruña. “Hubo circunstancias agravantes de alevosía y ensañamiento”, reseña el juez al cerrar la instrucción de un crimen que conmocionó a todo el país y provocó una oleada de manifestaciones contra las agresiones homófobas. Se decreta así la apertura de juicio oral. Cinco jóvenes de entre 19 y 28 años se sentarán en el banquillo de la Audiencia provincial coruñesa, antes de este verano, acusados de un delito de asesinato. Samuel era un joven auxiliar de enfermería de 24 años que murió con el cráneo hecho añicos por los golpes y patadas recibidas aquel fin de semana de julio de 2021, el primero en el que se reabría el ocio nocturno tras la pandemia.
El juez instructor de la causa considera que hubo “agravante de discriminación por condición sexual” en el caso de dos de los agresores, los dos miembros de la pareja que se dirigió en primer lugar a Samuel, y que, por lo tanto, tras la mortal paliza había una motivación homófoba. La joven victima fue agredida al grito de “maricón de mierda”. Era la semana de celebración del Orgullo.
Un jurado popular será el encargado de sentenciar este caso que desencadenó en las semanas siguientes masivas movilizaciones y actos de repulsa en toda España. La Fiscalía ha decidido pedir las penas máximas para los cinco acusados, en total hasta 121 años de cárcel. Tres llevan en prisión preventiva en el centro penitenciario provincial de Teixeiro (A Coruña) desde su detención en los días siguientes al brutal ataque. Otros dos jóvenes, menores de edad, ya fueron condenados por este crimen tras confesar su participación y llegar a un acuerdo. Cumplen una pena de tres años y medio en un centro de internamiento.
Todo ocurrió cuando Samuel y una amiga estaban en la calle, aquella madrugada de julio, relatando en una videollamada a una tercera joven su primera noche de diversión tras la reapertura del ocio nocturno después de la pandemia del coronavirus. Fue en ese momento cuando una pareja de veinteañeros, un hombre y una mujer, principales encausados y para los que se piden 25 años de prisión, la emprendieron con agresividad contra Samuel. El chico pensaba que les estaba grabando con su móvil. Para el juez instructor, desde ese primer momento la pareja agresora, Diego M.M. y Catherine S. B., conocida como ‘Katy’, tenía “el propósito de causar el fallecimiento” de la victima. “Eran conscientes de que sus actos podían causar el fatal desenlace o, admitiendo el riesgo que eso comportaba, le dieron patatas y golpes en la cara y la cabeza”, expone. Es en el caso de estas dos personas que el juez ve un agravante homófobo.
Poco después se unieron a la agresión otros dos jóvenes amigos de la pareja, Alejandro F.G., alias ‘Yumba’, también en prisión preventiva desde julio de 2021, y como Alejandro R.R., que salió de la cárcel al mes y medio de su detención. Ambos se enfrentan a una petición de condena de 22 años por asesinato. Un quinto joven, Kaio A.S.C., también se sentará en el banquillo, acusado del mismo delito y a mayores de otro por robo con violencia del móvil de la víctima. Para él se solicitan, además de los 22, otros cinco por el robo.
La policía que investigó el crimen llegó a calificar de “jauría humana” la brutal agresión que acabó con la vida de Samuel. El juez instructor subraya en su auto que los siete atacantes fueron feroces y no dejaron posibilidad alguna al joven de salvarse. “La victima se encontraba rodeada y golpeada, inerme, a la merced y voluntad de su grupo de agresores, en clara situación de inferioridad y desamparo, sin posibilidad de defensa”. En el auto que envía a juicio el caso, se reseña el papel de la única mujer acusada que, “en unidad de actuación del ataque”, impidió a la amiga de Samuel que lo auxiliase. Katy es la única implicada que no llegó a pisar la cárcel hasta el momento, pero lleva casi tres años obligada a comparecer periódicamente ante el juzgado.
Había mucha gente aquella noche de juerga veraniega en el paseo marítimo pero solo dos migrantes senegaleses llegaron a intervenir para intentar salvar, sin éxito, a la victima, que moriría horas después de la agresión en el hospital de A Coruña.
La instrucción de este asesinato resultó compleja aunque las detenciones se sucedieron a los pocos días. Las redes sociales, con la etiqueta de #JusticiaparaSamuel, se encendieron para denunciar el carácter homofóbico de la brutal paliza, que finalmente aprecian tanto la Fiscalía como el juez instructor. El joven sanitario, que trabajaba en la Residencia Padre Rubinos de A Coruña, fue linchado a grito de “maricón”, reseñan los autos judiciales.
Para la instrucción del caso fueron claves las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona, que evidenciaron el ensañamiento con el que fue apaleado Samuel. También importantes fueron las comisiones rogatorias que envió el juez a Estados Unidos para tener acceso a las cuentas de los sospechosos en redes sociales y en plataformas de mensajería. Los siete agresores son amigos y su identificación fue posible gracias a las medidas establecidas aquel verano para combatir posibles brotes de COVID. Todos habían facilitado su DNI para entrar en una discoteca cerca de donde Samuel fue linchado y en donde víctima y agresores habían coincidido, aunque sin interactuar.