Club Sinatra, la coctelería de Vigo con pasado agitado a la que los herederos del crooner obligan a cambiar el nombre

Hace pocos días, el rótulo del Club Sinatra, uno de los bares de moda de Vigo en los últimos años, ha desaparecido de la entrada principal del local. El rótulo y las fotos de Frank Sinatra que decoraban el interior del bar, entre ellas la que recibía al público: la de una ficha policial realizada en 1938 al entonces joven artista.

Los propietarios recibieron un requerimiento de la Frank Sinatra Foundation para que se borrase cualquier tipo de referencia al mítico crooner y actor, que grabó más de 1.300 canciones y fue galardonado con dos Óscar y hasta doce Grammys. Fueron invitados a cambiar la denominación de este local de pasado azaroso, que había nacido en los 80 con el nombre de Telmo´s. El negocio había sido impulsado por el controvertido empresario Telmo Domínguez, amigo personal de Julio Iglesias y promotor de shows rocambolescos como el de la actriz porno y política Cicciolina o el atracador reconvertido en cantante Dionisio Rodríguez, El Dioni.

Tras el cierre definitivo del Telmo´s, el local cambió varias veces de nombre, hasta que en 2016, entraron unos nuevos propietarios que optaron por bautizarlo como Sinatra, incluso reproduciendo la firma y la caligrafía del propio crooner en su rótulo de entrada. En siete años nunca recibieron ninguna notificación al respecto, hasta el requerimiento que llegó hace unos días. “Nos llegó un burofax desde un despacho de abogados español, en nombre de la Fundación Frank Sinatra, donde nos informaban que no podíamos usar el nombre de Sinatra asociado a nuestro bar”, explica Jose Argibay, uno de los copropietarios del local, entre los que también está Juanjo Figueroa, presidente de la Asociación Gallega de Sumilleres.

Además del nombre, en el burofax también les apremiaban a retirar la reproducción de la firma de Sinatra y las imágenes que decoraban el interior del bar, o bien llegar a un acuerdo económico a cambio de seguir usándolas. “En todo momento se han dirigido hacia nosotros en un tono amable. Nos comunicaron que podríamos mantener el nombre, pero pagando un canon a la Fundación Frank Sinatra. Ni preguntamos el precio porque podría ser una locura para nosotros”, afirma Argibay sobre el proceso.

En la web de la Frank Sinatra Foundation, su hija Tina Sinatra la presenta con un perfil benéfico y solicita donaciones “para ayudarnos a cumplir el sueño de mi padre de lograr una mejor educación y la erradicación de enfermedades”, explica sobre las ideas de su legendario padre, que comenzó siendo un declarado demócrata apoyando a John F. Kennedy e hizo un viraje conservador hasta acabar como acérrimo defensor del republicano Ronald Reagan.

En la misma web de la fundación hay numerosas publicaciones enfocadas a recuperar su archivo, visibilizar su obra y ensalzar la figura artística de Frank Sinatra, pero prácticamente ninguna a explicar qué tipo de obras benéficas realiza. En cualquier caso, siempre hay que tratar con tiento las sugerencias de los herederos de un personaje como Sinatra, acusado de tener una relación estrecha con la mafia, con un expediente en los archivos del FBI que ocupa más de 1.000 páginas y que contaba con admiradores como el capo mafioso Lucky Luciano.

Los socios del Club Sinatra debaten cómo gestionar el cambio de nombre del local. Por ahora ya han retirado todas las referencias visibles y en las redes lo han rebautizado como Sinattra, doblando la letra “t”. “Todavía no sabemos si vamos a mantener ese nombre o si van a reclamar de nuevo. El otro día un taxista me dio una idea original que me gustó: cambiar de nombre cada año”, avanza José Argibay sobre la denominación futura del local.

Argibay, un empresario de largo recorrido en la hostelería viguesa, decidió en su día con otros tres socios reabrir el local que en los años ochenta y noventa, bajo el nombre de Telmo´s, era un conocido “local de alterne”. Un eufemismo para calificar un espacio donde se ejercía la prostitución, contando entre su clientela con muchos famosos y miembros de las clases adineradas de la ciudad.

Telmo Domínguez, el impulsor y propietario del inmueble, se convirtió en una celebridad local, continuamente presente en las crónicas de sociedad de la época. Pero de los años 90 en adelante las noticias sobre él pasaron de la crónica social a la crónica de sucesos, con varias condenas por tráfico de drogas, estafa y prostitución. Domínguez falleció en 2021, a los 67 años. Desde unos años antes salía y entraba de la cárcel de A Lama, debido a diversos problemas de salud.

En esos años, en 2016, ante la inactividad del bajo del antiguo Telmo´s, es cuando José Argibay y sus socios deciden alquilárselo. “Con todas sus sombras, Telmo era un personaje fascinante, casi de novela”, rememora Argibay. Nada más alquilar el local, se encontraron con un álbum de fotos en el que Telmo presumía de celebridades: “estaban futbolistas como Hugo Sánchez o Stoichkov o periodistas como José María García”.

Y también una vieja agenda con los teléfonos de artistas de talla internacional, entre ellos el de su amigo Julio Iglesias, al que visitó en Miami y al que recibió varias veces en Vigo. “Telmo cogió la agenda y llamamos a un teléfono para probar. Llamamos al cantante José Luis Rodríguez, El Puma, y cogió el teléfono para saludarlo”, cuenta asombrado Jose Argibay.

El hostelero iba cada mes a pagar el alquiler del Sinatra a Domínguez, que en su oficina anclada en los 80 tenía un viejo solarium que le garantizaba un moreno permanente y una foto de una fiesta de fin de año, abrazado al doctor Iglesias Puga, padre de Julio Iglesias.

Telmo Domínguez promovió en su local shows difíciles de clasificar. En su bar actuaron desde el atracador de furgones blindados, Dionisio Martín, El Dioni, célebre por robar 300 millones de las antiguas pesetas y fugarse a Brasil, o la actriz porno y eurodiputada Ilona Staller, Cicciolina. Domínguez convirtió su visita a la ciudad en 1987 en un acontecimiento de tintes carnavalescos. Paseó a Cicciolina desde el aeropuerto al centro de la ciudad en un descapotable rojo, mientras la pornostar saludaba al público mostrando sus pechos y acariciando un muñeco de peluche, seguida de un cortejo de vehículos que tocaban el claxon enfervorizados.

Del pasado turbio del Telmo´s, a las noches alegres con música en directo del Sinatra, parece que la fiesta seguirá, sea con el nombre que sea. Hace unos días actuaron Os Resentidos, y en las próximas semanas habrá más actuaciones con monólogos y días de micro abierto. Igual no sería mal lema para inscribir en una pared del local el epitafio que Frank Sinatra mandó escribir en su tumba, título de una de sus canciones favoritas: “The best is yet to come” (Lo mejor todavía está por venir). Siempre que sus herederos lo consientan.