La gentrificación puede ser definida como “un proceso de transformación urbana que da lugar a la regeneración y rehabilitación de barrios degradados y abandonados, provocando el desplazamiento de la población original por otra de mayor poder adquisitivo”. El concepto se va instalando progresivamente en nuestro lenguaje, lo mismo que las prácticas que define se extienden en los cascos urbanos. Quien prefiera evitar esta (aún exótica) palabra puede optar por algunos de los conceptos que, sumados y en sucesión, le dan forma al proceso: abandono, estigmatización, especulación, expulsión y revalorización, como recuerda el colectivo Xentrificación Vigo.
A partir de este viernes se celebran en la ciudad olívica las primeras jornadas dedicadas a analizar los procesos especulación y gentrificación en el casco viejo de Vigo, que se van a desarrollar en el C.S. A Revolta do Berbês, organizadas por los colectivos Xentrificación Vigo, GAS, LAPSUS y ODS-Coia. Las sesiones se celebrarán el viernes 6 y sábado 7 y el viernes 13 y el sábado 14, con la participación de Juan Medela, del Grupo de Estudios Antropológicos La Corrala de Granada y una atención al caso de Barcelona, con las proyecciones de los documentales “Com un Gegant Invisible. Perro Batlló i les ciutats Imaginàries” y “Bye bye Barcelona”. Asimismo, se presentará el fanzine Xentrificación. Transformación e exclusión social no casco vello de Vigo y se realizará un Taller de mapeo colectivo.
El objetivo de las jornadas es ser un “punto de encuentro y de puesta en común para repensar, desde lo colectivo y de una manera crítica, los procesos de transformación social y urbana que están teniendo lugar en el casco histórico de nuestra ciudad”. Unos procesos “que están provocando la expulsión y marginación de colectivos sociales presentes en el barrio durante años, así como la subida de los precios de las viviendas y de los alquileres, además de la comercialización y turistificación de la mayor parte del barrio”, destacan los impulsores del colectivo Xentrificación Vigo, con quienes hablamos.
En los últimos meses asistimos en Vigo a varios ejemplos de actuaciones que podemos señalar con las etiquetas de gentrificación o de la construcción de un modelo capitalista de ciudad. ¿Podríais explicarlas?
En el caso del casco viejo se puede observar un proceso de gentrificación, pues existe por parte de las instituciones un claro interés en realizar un lavado de cara del barrio histórico de la ciudad. El fin último de esta nueva puesta en valor es hacer que resulte más atractivo el espacio urbano para el turismo y el comercio, y por ende, a la inversión inmobiliaria privada por la revalorización de las propiedades, al ponerse el barrio de moda. Así, vemos como a través de las instituciones (en este caso el Consorcio Casco Vello, formado en un 90% con capital de la Xunta y en un 10% del Ayuntamiento de Vigo) se actúa como primer actor en la rehabilitación del barrio, haciendo que resulte atractiva la inversión privada por parte de propietarios y promotoras inmobiliarias.
Junto a esto se aplican medidas de expulsión de colectivos sociales, tal como estamos viendo en estos últimos años: expulsión del colectivo gitano mediante la compra de sus viviendas, expulsión de las prostitutas de la Ferrería mediante la compra de prostíbulos, cierre en el barrio del local Sereos de atención a personas drogodependientes y sin techo, la expulsión de los colectivos de menor poder adquisitivo por culpa de la subida del alquiler o por la rehabilitación de las viviendas (inmigrantes, gente mayor, etc). Un proceso semejante, aunque con una escala mucho menor, se puede observar en el casco histórico de Bouzas, orientado más a la remodelación de viviendas y locales de hostelería.
En cuanto a la construcción de la ciudad siguiendo un modelo capitalista, podemos entender este proceso como todas esas actuaciones que sólo persiguen especular y sacar provecho a través de las promociones inmobiliarias, es decir, que la ciudad se piense siguiendo sólo criterios especulativos. Un buen ejemplo a nivel urbanístico es el actual proceso especulativo en el Barrio do Cura, más llamativo que otros tanto por la centralidad del espacio que ocupa como por su alto valor patrimonial. En estos casos son las promotoras inmobiliarias las que hacen ciudad con el fin de obtener el mayor beneficio posible, las cuales cuentan con todas las facilidades de la administración para llevar a cabo estos proyectos que no responden a necesidades sociales, ni están al servicio de la ciudadanía. En términos comerciales, son buenos ejemplos el proyecto de Porto Cabral, el centro comercial A Bandeira en el Calvario o los centros comerciales proyectados en el barrio del Cura o en la futura estación del AVE (parados ambos proyectos por culpa de la crisis). Otro ejemplo fue el proyecto de Abrir Vigo ao Mar, que remató con la construcción de un megacentro comercial en el mismo puerto de trasatlánticos, cerrando más si cabe Vigo al mar, con el fin de darle un servicio de consumo a los turistas que se acercan a la ciudad en barco.
Por otra parte, también son destacables otros proyectos, como el auditorio Mar de Vigo, una mole de hormigón junto a un hotel de congresos, que se encuentra al borde de la quiebra por parte de la concesionaria y cuyos gastos tendrán que ser respondidos por el erario público, o bien el proyecto de la estación del AVE, que además de elitizar un transporte público que se olvida de las conexiones de proximidad, dejará un buen terreno de las antiguas vías del tren en las que poder especular en años futuros.
¿Son una muestra, en conjunto, de que efectivamente se trata de la imposición de un modelo y no sólo de una o de varias actuaciones aisladas?
En el caso de la construcción de ciudad capitalista pensamos que más que una imposición de una estrategia, es una visión neoliberal de entender la urbe que se traduce en un modelo de hacer ciudad a través de múltiples actuaciones relacionadas, en las que se está convirtiendo el espacio urbano en un producto más del que obtener beneficio sin importar el bien común o facilitar otras prácticas comunitarias. En definitiva, se trata de la aplicación de un modelo centrado en la imagen y en el potencial turístico y comercial de la ciudad.
En el caso del casco viejo, donde está teniendo lugar el proceso de gentrificación evidente, sí que existe un modelo diseñado previamente, con un órgano central de actuación (el Consorcio) cuyos objetivos son claros: dinamizar la zona hacia el turismo y al comercio, creando una identidad de barrio basado en el consumo, en el ocio dirigido y en el turismo, expulsando a todos los colectivos no deseados y llevando a cabo procesos de especulación inmobiliaria para conseguir esos objetivos.
¿Percibís en los últimos tiempos una mayor sensibilidad en la sociedad viguesa hacia estas problemáticas? ¿O el discurso del embellecimiento de espacios, de la atracción turística y de la promoción económica sigue primando?
Con certeza en estos últimos tiempos tuvo lugar un aumento de concienciación, interés y sensibilización por parte de la sociedad de Vigo en relación con la manera en el que se están desarrollando las políticas urbanísticas, sobre todo en el tejido social más activista. Pero también es fruto de la labor hecha durante los últimos años por diversos colectivos e iniciativas. Así, cabe destacar a nivel de patrimonio y especulación el trabajo realizado por Precarias en Loita allá por el 2006-2009, la okupación del Barrio do Cura en el 2011, colectivos como Entremos na Panificadora o Tankcolektiv, la gente de VigoBlog, la campaña de Recuperemos os Barrios de Ecoar en el 2014, las jornadas de Dereito á cidade realizadas en el Bou Eva en el 2014 e incluso el trabajo del colectivo Xentrificación Vigo que estamos desarrollando en este ultimo año y medio. El trabajo de estos grupos ayudó a que hoy en día se tenga mayor sensibilidad.
También las políticas de humanización y embellecimiento de la ciudad fueron más evidentes en estos últimos años, llevándose una parte elevada de los presupuestos municipales, al mismo tiempo que los servicio sociales de la ciudad disminuyeron notablemente (llegando a manifestarse los propios trabajadores sociales del ayuntamiento). Puede que los cambios de aceras no colocaran el debate en un punto central, pero obras como las escaleras mecánicas de la Porta do Sol, el proyecto de Vigo Vertical o el barco de Coia sí que abrieron y crearon un discurso más crítico con una mayor trascendencia a nivel de la sociedad viguesa. Pero como siempre, estas disputas no hacen mas que bipolarizar el debate en la sociedad.
¿Hacia dónde se encamina el casco viejo de Vigo? ¿Qué alternativa inclusiva y que tenga en cuenta a sus actuales habitantes se podría oponer para la recuperación del barrio?
Desde nuestro punto de vista, el casco viejo de Vigo se encamina a un barrio orientado al sector servicios, como el turismo, el ocio y el consumo dirigido. Las medidas alternativas tendrían que pasar por el filtro de entender la ciudad desde lo colectivo. Una nueva praxis en la que la ciudad se entienda como un bien común en el que su construcción fuera un proceso participativo entre todos los actores y sectores sociales. Esto es un proceso que debe de ser construido y discurrido entre todas. Pero a nivel institucional se podrían establecer pisos de protección de alquiler social. Ahora son de promotoras privadas que buscan un beneficio, o bien Viviendas de Promoción Privada de Régimen Concertado, que son las que está construyendo el Consorcio Casco Vello. Las viviendas de régimen concertado son aquellas viviendas de protección oficial cuyo precio es el más elevado de todas las categorías existentes, siendo el promotor inmobiliario un ente privado.
Por otra parte, se podrían desarrollar programas de atención social por medio de trabajadores y educadores sociales a pie de calle, así como herramientas para facilitar el intercambio, el encuentro vecinal y prácticas propias de la economía social. También se podrían aplicar medidas orientadas a fijar los residentes actuales, así como partidas de ayudas para arreglar las viviendas actuales y no llegar al estado de abandono que presentan muchas de ellas en la actualidad, obligando a sus residentes a marcharse por la incapacidad de hacer frente a los arreglos (un ejemplo actual de esto es la fachada del Berbés) o favorecer por otra parte viviendas de construcción cooperativista.... En definitiva, se debería pensar el barrio para las residentes y no para los potenciales turistas y consumidores.
¿La instalación del barco en Coia es un elemento más de política que entiende la ciudad como escaparate, como espacio privado?
Por supuesto, además de ser un ejemplo más de las políticas caciquiles con las que se gobierna la ciudad. No deja de ser un ejemplo más que responde a un intento de embellecer la ciudad, orientada solamente hacia la galería y con claras intenciones electoralistas y populistas. Priman así las actuaciones de reforma (como las escaleras mecánicas, los ascensores de Vigo Vertical) que no responden a una necesidad ni demanda real por parte de la sociedad viguesa, existiendo otras soluciones ante los problemas de esta ciudad. Entretanto, por ejemplo, la ciudad carece de un transporte público eficaz y competente. La instalación del barco de Coia no responde tanto a una privatización del espacio de la ciudad, pues es la propia institución pública quien lleva a cabo la actuación, pero sí que se hace con la visión de ciudad escaparate, de embellecer la ciudad escondiendo las problemáticas que hay dentro de esta capa de maquillaje. Y más en un barrio como Coia, que cuenta con la suerte de tener un movimiento vecinal de base que supo dar una respuesta contestataria a la instalación del barco, cosa que no sucede en otros barrios por la desarticulación de los movimientos vecinales.
Además de las acciones urbanísticas o constructivas materiales, son importantes otras medidas de exclusión y privatización de espacios bajo la excusa de la creación de ciertas marcas ciudad ¿Está produciéndose esto en Vigo también?
Sí, son necesarias otras medidas y políticas con el fin de crear esta marca ciudad. Pueden ser ejemplo las políticas que apuestan por un modelo único de consumo dirigido, con el fin de tercializar la ciudad o el establecimiento de los centros comerciales abiertos. Esto responde a políticas previas que ayudan al lavado de cara del barrio más allá de su rehabilitación física, y por ende a la creación de una marca de ciudad. De hecho, la filosofía del Consorcio Casco Vello es la de remodelar el barrio físicamente a través de construcciones de nuevas viviendas, locales comerciales e infraestructuras varias (museos o edificios institucionales), para que a posteriori tenga lugar la regeneración social del barrio. ¿Pero qué pasa con toda esa población que vivía allí o hacía uso del barrio? Pues que son expulsados o desplazados durante el proceso de remodelación.
También es un factor importante el tema de la promoción turística, donde por ejemplo las islas Cíes juegan un papel principal. En los últimos vídeos promocionales de la ciudad, Vigo se vende como un espacio verde y natural, gracias a promoción de las islas Cíes, que son uno de los motores de atracción turística de la ciudad. En lo referente al proceso de marketing de la ciudad al exterior con megaeventos son ejemplos la Volvo Ocean Race o los intentos de hacer Vigo sede de la Universiada en el 2013, que se llevaron grandes presupuestos de dinero público con el fin de promover la ciudad y llevar a cabo procesos urbanísticos especulativos.
La experiencia de Barcelona tendrá una presencia destacada en las jornadas. ¿Qué podemos aprender -bueno y malo- de la experiencia barcelonesa?
Se escogió la experiencia de Barcelona por ser un buen ejemplo para entender estas dinámicas a gran escala y por tener una respuesta contestataria trabajada durante años (además de los numerosos documentos y materiales que se pueden encontrar sobre el modelo Barcelona). Entre las experiencias positivas que se pueden aprender, encontramos las luchas vecinales de oposición y reivindicación a diversos proyectos especulativos. Aprender de otras experiencias de trabajo en red es muy útil a la hora de dar una contestación, aunque sea desde otras realidades políticas y sociales, pero las problemáticas en cuestión están determinadas por la misma manera liberal de entender la ciudad.
Entre lo malo que podemos aprender están las consecuencias de aplicar un modelo neoliberal, donde todo pasa por el filtro del consumo y de la especulación, donde prima la limpieza y control social sobre el propio bien común y social. El caso 4F puede ser un ejemplo de gran trascendencia. Aquí podemos encontrar también esta represión a través de las identificaciones y redadas racistas a manteros o las denuncias a activistas durante la lucha del barco de Coia.
¿Qué importancia tienen los mapeos colectivos, de los que se realizará un taller en las jornadas?
Nos parece interesante emplear dinámicas de mapeo colectivo con el fin de identificar y sintetizar de una manera grupal las problemáticas de un territorio, ciudad o barrio. Podríamos considerarlo una herramienta más para la reflexión, que ayude a la participación y a la creación de un ideario colectivo de resistencia. De una manera sencilla se pueden realizar dinámicas que ayuden al entendimiento de los diferentes procesos de la actual manera de hacer ciudad y sus consecuencias. Por otra parte es una práctica que favorece los intercambios de saber y el aprendizaje mutuo entre todas las participantes, gracias a que los mapeos colectivos pretenden ser un espacio para la socialización y el debate, dejando una puerta abierta a futuras propuestas, colaboraciones e iniciativas. Además, el mapa pretende reflejar una cartografía social, ayudando a que sea otro medio de difusión mucho más visual que se puede complementar con otros más tradicionales como los textos, fanzines o charlas. Un buen ejemplo de lo positivas que pueden ser estas practicas lo encontramos en la página de las amigas de Iconoclasistas, que llevan trabajando en las cartografías sociales como herramientas contestatarias durante años.