¿Cuántas personas en paro caben en un polideportivo?

La pregunta puede parecer extravagante. Pero lo cierto es que este planteamiento estuvo sobre la mesa durante la campaña electoral gallega de 2009, que culminó con las elecciones que, hace el pasado domingo seis años, le dieron la mayoría absoluta al PPdeG de Alberto Núñez Feijóo. En el fragor de aquella dura carrera hacia las urnas irrumpieron unas nada favorables cifras de paro registrado que los conservadores arrojaron contra la coalición de PSdeG y BNG y, muy especialmente, contra Emilio Pérez Touriño. Coincidiendo con uno de los actos centrales de los socialistas, al jefe de campaña del PP y actual vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, le dio por medir los parados no en millares, sino en pabellones polideportivos.

El 21 de febrero, en plena campaña, Touriño aumentó levemente el ritmo de su notablemente relajada campaña para celebrar un mitin en el pabellón As Travesas de Vigo junto a José Luis Rodríguez Zapatero. Allí, el entonces presidente del Gobierno de España animó a votar por el PSdeG y, sobre todo, a no permitir que la abstención le facilitara la victoria a los de Feijóo y Rajoy. Casi inmediatamente después del final de aquel acto electoral, al que habían asistido unas 6.000 personas, Rueda salió a la palestra con la calculadora contra Touriño, a quien apodó como “virrey” por “derrochar” los “recursos pagados con impuestos de los contribuyentes” para pagar “sus excesos” mientras “el número de parados crece sin cesar”.

Según aquellos cálculos del número dos de Feijóo, “los más de 200.000 parados gallegos contabilizados por las estadísticas oficiales” y “los más de 90.000 desempleados” que, afirmaba, estaba “ocultando” la Encuesta de Población Activa, “podrían llenar 50 pabellones deportivos como el que acogió el acto electoral convocado por Touriño y Zapatero en Vigo”. El dato disponible a aquellas alturas de año indicaba que había en Galicia 201.316 personas anotadas en el Servicio Público de Empleo, que equivaldrían a 33 veces las asistentes al mitin en tela de juicio o a 57 veces y media la capacidad del pabellón vigués de As Travesas, si se tienen en cuenta solo los asientos y no la pista, repleta de sillas en aquella ocasión.

El desempleo en los años siguientes

En este contexto fue en el que se produjo el cambio de Gobierno tras una campaña en la que, al contrario de lo que se asentó en el imaginario popular y político, Feijóo nunca llegó a prometer que acabaría con el paro en 45 días. Promesas y ataques al margen, lo cierto es que el desempleo, que ya se había desbocadocon el Gobierno de coalición en la Xunta, continuó subiendo durante la media década siguiente, incluso cuando los socialistas fueron desalojados también del Gobierno de España y de buena parte de los ayuntamientos. Las cifras del paro registrado a las que se aferraba Rueda en aquellas declaraciones electorales eran 56.000 más, hasta superar las 267.000, cuando se celebraron las siguientes elecciones gallegas, en octubre de 2012. Este indicador siguió subiendo y tocó techo a comienzos de 2013, con más de 292.000 inscripciones, y el dato más reciente aún ronda las 260.000.

Desde inicios de la segunda legislatura consecutiva con el PP en el poder, se produjo además un fenómeno inverso al que Rueda mostraba en aquellas declaraciones. Factores como el efecto desánimo o la bajada de la tasa de cobertura de las prestaciones por desempleo, entre otros, hacen que la Encuesta de Población Activa (EPA) muestre unos niveles de desempleo más altos que el paro registrado, que mide únicamente las inscripciones como demandante de empleo. Cuando el bipartito accedió a la Xunta, la EPA indicaba que había en Galicia unas 130.000 personas en el paro y cuando abandonó el poder, unas 160.000. La cifra era de 277.000 cuando Feijóo ganó por segunda vez y el dato más reciente, el del cuarto trimestre de 2014, ronda las 264.000 personas sin trabajo.

Más allá de que en la actualidad harían falta más pabellones polideportivos para acoger a todas las personas sin trabajo, la EPA muestra también otro de los factores más preocupantes del ahora menguante mercado laboral gallego: la reducción de la población ocupada, la que tiene trabajo, y también del conjunto de la población activa, esto es, la suma de la que trabaja y de la que está buscando trabajo en Galicia. Al final del Gobierno Fraga había 1,12 millones de personas trabajando y al comienzo del mandato de Feijóo, ya con la crisis iniciada, 1,16 millones. Cuando se celebraron las elecciones de 2012 la EPA indicaba 1,03 millones de personas ocupadas y a finales de 2014, apenas 1 millón.

Estos datos, unidos a los de afiliaciones a la Seguridad Social, ratifican un panorama de fuerte destrucción de empleo en los últimos años, a lo que se añade otra circunstancia a tener en cuenta, como es la emigración. Así, las cifras de población activa de finales de 2014, 1,26 millones de personas, son más semejantes a las de mediados de 2005, cuando el bipartito comenzó a gobernar (1,25 millones de personas), que a las del inicio del primero gobierno de Feijóo, cuando la población activa gallega estaba formada por 1,31 millones de personas.