Alberto Núñez Feijóo decidió el pasado mes de abril darle a Inditex un puesto en la mesa de expertos que seleccionan los proyectos con los que Galicia opta a los fondos europeos para la reconstrucción poscovid. El director general de finanzas de la multinacional, Ignacio Fernández, explicó en esas reuniones que los productores textiles buscan por medio mundo un nuevo material cada vez más demandado: la viscosa. Se trata de una fibra vegetal que se produce transformando la madera y que las principales marcas de ropa utilizan para fabricar prendas a las que poder colgar etiquetas en las que se lean palabras como “verde” o “sostenible”.
Con la idea de Zara bajo el brazo, la Xunta ha presentado un proyecto al Gobierno central con una inversión prevista de 850 millones de euros. El plan consiste en la puesta en marcha de una gran fábrica de viscosa que se alimente de la madera que ofrecen los bosques gallegos. Mientras Pedro Sánchez decide si incluye ese proyecto en la lista de candidatos a los fondos Next Generation, el presidente de la Xunta pide más madera. Feijóo anuncia un nuevo plan forestal (2020-2040) que incrementa un 33,3% la tala de árboles y una nueva ley para recuperar los montes abandonados y ponerlos a producir bajo el amparo de un banco de tierras controladas por la administración.
Galicia aporta el 60% de la madera cortada que produce España. Son un total de 9 millones de metros cúbicos que a Feijóo le parecen pocos. El presidente de la Xunta quiere ampliar esa producción hasta los 12 millones. El anuncio de incremento se produce paralelamente a la puesta en marcha del proyecto para el que se pide dinero de Europa y que supone que el bosque encuentre en el sector textil una nueva línea de producción más allá de la acostumbrada conversión de eucaliptos en pasta de papel.
Durante un encuentro con el presidente de Asturias auspiciado por el diario La Voz de Galicia el pasado 18 de noviembre Feijóo aseguró lo siguiente: “El tema de la viscosa para nosotros tiene una importancia estratégica; nos va a obligar a ordenar mejor los montes, a certificar la madera, a disminuir los costes en extinción de incendios y a que los gallegos sepan que en el plan forestal tienen un plan de pensiones: cada 20 años tendrán una corta que generará un ingreso familiar de forma sucesiva”.
El plan con el que la Xunta quiere acceder a los fondos europeos es ambicioso. Según explican a elDiario.es fuentes de la Consellería de Economía, “el proyecto parte de la previsión de conseguir una capacidad productiva de 200.000 toneladas de fibra textil. Se estima que, de este modo, Galicia representaría alrededor del 3% de la producción mundial situándose al nivel de los principales productores con una capacidad media anual de entre 160.000 y 190.000 toneladas”. La Xunta calcula que su plan generaría 2.400 puestos de trabajo directos (entre la construcción de la fábrica y su puesta en funcionamiento) y un número no calculado de empleo indirecto.
Más allá de esas cifras generales apenas se sabe nada del proyecto: no se ha decidido la localización de la factoría ni quienes serán los socios inversores para su puesta en marcha. En Inditex aseguran que “se trata de un proyecto de la Xunta” y no aclaran si ellos mismos pueden jugar un papel como socios o receptores de ayudas europeas.
La misma semana que la Xunta ha lanzado su proyecto el gabinete de Feijóo ha decidido fichar para su equipo a un nuevo director xeral para el área de comercio. Se trata de Manuel Heredia (Madrid, 1976) a quien Feijóo ha tenido que ir a buscar a Suiza, en donde trabajaba en una importante empresa del sector textil. En el currículum distribuido por el Gobierno gallego con motivo de su nombramiento se destaca que Heredia se formó en la plantilla de Inditex con responsabilidades en el ámbito de compras internacionales. Desde la consellería de Industria aclarar que la llegada del nuevo alto cargo no tiene relación alguna con el plan de construir la gran factoría de viscosa que ha propuesto la compañía que preside Pablo Isla y que sus funciones se centrarán más en el desarrollo de herramientas de ecommerce que dinamicen al sector en Galicia.
Mientras tanto, la compañía fundada por Amancio Ortega mantiene una decidida apuesta por el uso de fibras vegetales como eje de su producción. Solo durante el año pasado fabricaron 13 millones de prendas tejidas con este tipo de materiales. En su página web la compañía asegura que “en 2023, el 100% de las fibras celulósicas que utilicemos será sostenible, apoyando el compromiso hacia una viscosa responsable”. Las fibras que valora el mercado son aquellas con un sello de garantía que certifique que no se han obtenido de bosques primarios o amenazados. En este punto, el eucalipto gallego se presenta como la solución perfecta.
En la conversación telemática con su homólogo asturiano referida anteriormente, Alberto Núñez Feijóo dejó varias frases que suenan a confesión: “Los paisajes no se compran. Eso se tiene o no se tiene. Otra cosa es que lo cuidemos”. La comunidad vecina ha gestionado el bosque con una posición más crítica respecto a la generalización del eucalipto como especie principal de la producción silvícola. Asturias también ha puesto freno a la implantación de una nueva variante más peligrosa (eucalipto nitens) que resiste las bajas temperaturas y ha llegado ya a lugares de la montaña de Lugo en donde hasta hace unos años nunca se había visto plantaciones de esta especie. Así las cosas, cuando La Voz de Galicia preguntó a Feijóo por la calidad del paisaje gallego el presidente de la Xunta sentenció: “Ahí Asturias nos ha ganado”. No en vano, Feijóo resume del siguiente modo su idea de Galicia a vista de pájaro: “De tres millones de hectáreas de territorio, dos tercios es madera”.