El pasado jueves los trabajadores del sector del metal de la provincia de A Coruña comenzaron un paro para reclamar que se renueve su convenio colectivo, sin actualizar desde 2014. El sector es tan amplio que entre los 20.000 trabajadores llamados a la huelga también se encuentran los mecánicos de talleres de automoción, por lo que su protesta contra su patronal se viene a unir a otras tres huelgas ya en marcha en Galicia contra la Xunta y el Gobierno central, las de los conductores de autobús, los estibadores y los examinadores de tráfico, estas dos últimas de ámbito estatal, que amenazan con un comienzo de verano conflictivo para el transporte en Galicia tanto de mercancías como de viajeros. Además, sobre el sector aún sobrevuela la amenaza de nuevas protestas de los taxistas en reclamación de mayor control por parte de las Administraciones de las plataformas Uber y Cabify.
La protesta de los trabajadores del metal de A Coruña, que el jueves paralizó los talleres de automoción, está convocada también para este martes día 27 de este mismo mes de junio y para el martes 4 y miércoles 5 de julio. Pero los paros relacionados con el transporte que más se están prolongando en el tiempo, de momento sin grandes efectos directos para la ciudadanía, pero sí para el movimiento de mercancías, en Galicia especialmente en el puerto de Vigo, son los de los estibadores portuarios de toda España.
Su huelga en contra de la intención del Gobierno de liberalizar el sector comenzó el pasado 5 de junio y sigue en vigor, pero al realizarse en días puntuales no se está registrando un efecto acumulativo y, además, algunas de las jornadas convocadas están siendo suspendidas cuando se retoman las conversaciones. El pasado jueves, por ejemplo, los estibadores desconvocaron las jornadas de paro que ya tenían convocadas para el viernes y para los lunes y martes próximos, a la espera de lo que pueda ocurrir en una nueva reunión con la ahora dividida patronal a celebrar el miércoles.
Unos días antes del inicio de las protestas de los estibadores, el 30 de mayo, los taxistas de toda España pararon durante doce horas en reclamación de un mayor control por parte de la Administración de las nuevas modalidades de transporte como Uber o Cabify, una protesta que se saldó con la promesa de los distintos gobiernos estatal, autonómicos y municipales de incrementar la vigilancia del sector. Sin embargo, los taxistas ya habían protestado de uno u otro modo en febrero y abril y no se descartan nuevas movilizaciones.
Contra el plan de autobuses de la Xunta
De momento, precisamente los taxistas están siendo de los más beneficiados por otra de las huelgas convocadas en el transporte, la de los conductores de autobús en Galicia en contra del nuevo plan de integración del transporte escolar y el regular de la Xunta, del que dicen que reducirá líneas y con ellas puestos de trabajo. Unos paros que están afectando de manera masiva a todo tipo de autobuses y que están convocados de manera indefinida para todos los martes y miércoles.
A pesar de que el curso escolar finaliza ahora, con lo que la incidencia de los paros en ese ámbito dejará de ser relevante, comienza ahora una de las épocas más importantes de servicios discrecionales, que también se verán afectados y en este caso sin servicios mínimos de ningún tipo, desde las excursiones académicas hasta los viajes turísticos. Las empresas de autobuses están teniendo que reubicar en taxis algunos de esos viajes discrecionales, especialmente los de turistas foráneos, que ya tenían contratados previamente.
Para completar este panorama, tras un primer paro el pasado 2 de junio, los examinadores de las distintas licencias de conducir de la Dirección General de Tráfico iniciaron el pasado lunes a nivel estatal una huelga convocada para todos los lunes, miércoles y viernes en reclamación de mejores condiciones laborales. El paro paraliza la obtención de cualquier tipo de licencia de conducir, también de las profesionales de conductores de autobuses y camiones.