Las enfermeras del sistema público gallego han iniciado protestas por lo que califican de “maltrato” de la Xunta. Tras los esfuerzos de la pandemia dicen que la sobrecarga, la falta de personal y la precariedad en los contratos no se han resuelto y los profesionales están al límite. “Esto reventó”, asegura una de las integrantes del colectivo Enfermeiras a por todas A Coruña, que prefiere que no se cite su nombre para que el mensaje se entienda como conjunto. La primera medida de presión a la que están llamadas desde el pasado 22 de mayo es la de dejar de duplicar su jornada o trabajar cuando no les corresponde para cubrir un hueco. Son las llamadas autocoberturas. Tanto en los hospitales de A Coruña, como en los de las áreas sanitarias de Ferrol, Lugo, Ourense o Pontevedra están negándose a ampliar su horario para solventar la insuficiencia de personal.
La propia existencia de las autocoberturas, recalcan, se deriva de que el sistema público gallego no tiene contratadas a todas las enfermeras que necesita. Y esta, la de que se aumente la plantilla, es la primera de sus reclamaciones. Las condiciones del Servizo Galego de Saúde (Sergas) está provocando, avisan, “una fuga” de profesionales a otros países y a la privada -“se han puesto las pilas y han subido los sueldos”, cuentan-, pero también directamente a otras profesiones.
Una enfermera que trabaja en A Coruña relata que ve a compañeras que llevan apenas un año en el hospital y se están planteando dejarlo y buscar otra forma de ganarse la vida. La pandemia y la presión a la que se vio sometido el sistema sanitario provocaron problemas de salud mental, pero asegura que ahora es testigo de más. Pide a la Xunta que se siente a negociar una mejora de las condiciones. De lo contrario, afirma que el conflicto escalará y se plantearán ir a la huelga. Describe situaciones como turnos de trabajo de 15 días seguidos para luego descansar uno y volver a trabajar 13 de forma continuada; personas a las que contratan por menos de seis meses para evitar tener que darles vacaciones o avisos sobre el servicio en el que tienen que trabajar con apenas unas horas de antelación. Recuerda también que en 2010 se aplicó un recorte en sus pagas extraordinarias del 27% y que no han vuelto a recuperar el nivel anterior a la crisis.
El colectivo critica, además, la medida más reciente de la Xunta, que anunció hace 10 días un plus de 1.365 euros al año para los profesionales de enfermería que hagan 105 horas o más de jornada complementaria. “Quieren hacernos quedar como peseteros”, protestan en Enfermeiras a por todas A Coruña. Señalan que, aunque parte de sus reclamaciones tienen carácter económico, lo fundamental es una reducción de la precariedad, contratos estables y más plantilla. “Una cosa es tener vocación y otra olvidar que esto es un trabajo”, señala una enfermera de A Coruña, que destaca que, si se prima que hagan horas extra, seguirá sin resolverse el problema de fondo de la falta de personal.
Por el momento hay grupos organizados en varias áreas sanitarias. El de A Coruña admite que, aunque hay profesionales negándose a hacer autocoberturas, quienes están más en precario sí continúan extendiendo su jornada laboral por miedo a represalias. Otras plataformas han dado su respaldo a las protestas. El colectivo Enfermeiras Eventuais en Loita, que organizó una gran protesta en 2019 asegura que apoya “sin fisuras” la medida de presión: “La solución no es pretender pagar más, sino ofrecer mejores condiciones”.
Hace cuatro años, las enfermeras eventuales tiñeron de negro la celebración de las oposiciones en protesta por la precariedad en el colectivo. Este año, con los exámenes convocados para el 25 de junio, van a repetir la protesta y han llamado a quienes acudan a vestirse de nuevo de negro y a concentrarse en las escaleras del Recinto Ferial de Silleda al terminar las pruebas.
También el sindicato Satse traslada que está de acuerdo con los motivos para las movilizaciones. Asunción Maus, la secretaria provincial en Ourense, recalca que hay una alta eventualidad en el colectivo, que ronda el 40%. E insiste en la insuficiencia del personal. Las listas de contratación están “vacías” en todas las áreas sanitarias a estas alturas de año “y aún no llegó lo fuerte de las vacaciones”. Maus señala que se da una concatenación de factores: el personal no llega y no hay profesionales en las listas para contratar, de modo que el Sergas recurre a las autocoberturas para cubrir los huecos. Apunta a otro motivo para la queja: la Xunta paga más las horas extra en atención primaria que en los hospitales, algo que considera “totalmente ilógico”.