“Cuando un presidente califica a toda esa gente [los miles de personas que se manifestaron contra la macrocelulosa de Altri en Palas de Rei] de satélites de nosequé, no está demostrando una anticuada cultura democrática, que también: está realizando una práctica política indecente”. El exdirector de la Escuela de Arquitectura de A Coruña, Plácido Lizancos, resumía así el argumento que, antes que él, habían pronunciado la media docena oradores convocados por la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago (FICS) en defensa del patrimonio de la ruta. Todos los representantes del movimiento jacobeo, las plataformas vecinales o los albergues privados coincidieron en desvincular su rechazo al proyecto de la afinidad con ningún partido, después de que Alfonso Rueda considerase a los opositores a la factoría “satélites del BNG”.
La FICS aprovechó el Día Mundial del Medio Ambiente para dar lectura a un manifiesto “En defensa del Patrimonio Material, Inmaterial y Natural del Camino de Santiago”, un acto que se convirtió en una rotunda negativa al llamado Proyecto GAMA. De forma presencial o a través de adhesión respaldaron su propuesta la veintena de asociaciones del Camino Francés, todas excepto la de Lugo, justo donde se pretende levantar la factoría. “Es fácil saber por qué pasa esto, no hay que dar muchas pistas”, ironizó uno de los portavoces de la FICS, el historiador y periodista Antón Pombo. También se sumaron siete entidades jacobeas de Brasil, además de los presentes en el Centro Internacional de Prensa de Santiago: las Plataformas Ulloa Viva y Mina Touro-O Pino NON, la Asociación de vecinos de Angueira de Castro y la Asociación de Albergues Privados de Galicia (AGALBER).
“Cada día somos más lo que estamos en contra de la macrofábrica de Altri”, comenzó Pombo. Además de los conocidos argumentos ambientales, se centró en la afección “gravísima” que supondrá para el Camino Francés, el más transitado, que se encuentra “a 2 kilómetros en línea recta, está todo medido”. El experto alertó de la “gran transformación futura del territorio” que provocaría la macrocelulosa con su “eucaliptización progresiva e irremediable de todo el entorno”.
Aún más contundente fue Xosé Manuel Pérez, el portavoz de Ulloa Viva, la entidad que convocó la marcha sobre Palas. “Esto es un torpedo a la línea de flotación del Camino de Santiago, un expolio no sólo de las propiedades de los que están produciendo riqueza en este país, albergues, tabernas, tiendas... en el Camino, que es el principal recurso cultural y económico de Galicia y eso se va a ir a tomar por el culo por una enfermedad que tiene esta sociedad que es la avaricia”.
Por parte de la Plataforma Mina Touro-O Pino Non, que lleva siete años de lucha contra un proyecto que, de momento, han parado “gracias a la movilización”, intervino Isabel García Vila. “El Camino peligra con la mina de Touro igual que lo hace peligrar Altri”, aseguró antes de añadir que “tan importante como decir que sí a las oportunidades es decir que no a las mentiras y las amenazas”. Por eso, lanzó una “llamada a toda la población” para que digan “que no”, o si no la Xunta seguirá “poniendo la alfombra” al proyecto.
La “mentira” de Rueda sobre Castro Lupario
El arquitecto Pedro de Llano, el mayor experto en arquitectura popular gallego, compareció en nombre de los vecinos de Angueira de Castro, el lugar a las puertas de Santiago donde se levantaba el legendario Castro Lupario, clave en el mito de la Traslatio, el que narra la llegada de los restos del Apóstol a Compostela. “Alfonso Rueda me reconoció que no sabe lo que es la leyenda de la Traslatio y yo le pregunté cómo podía ser presidente de la Xunta sin conocerla. No pareció afectarle”, relató sobre el jefe del ejecutivo gallego, quien ha basado desde hace años su apuesta turística en el Camino de Santiago y todo lo que lo rodea.
Recordó su encuentro con él, en la entrega de los premios de Arquitectura de Galicia -al que renunció por lo ocurrido posteriormente- donde le solicitó que se soterrasen 600 metros de la línea de alta tensión que afectaría al castro y a la aldea para proteger el conjunto. Rueda le pidió un informe y él, tres meses después, se lo entregó. “Al día siguiente, a primera hora de la mañana, estaban un montón de máquinas arrasando con el bosque de Angueira de Castro”.
“Es un mentiroso y un mentiroso nunca puede ser presidente de un Gobierno. Tiene una incultura deleznable que lo convierte en algo ajeno a lo que pueda ser su cargo”. De Llano, quien consideró “ya irreparable” el daño provocado, concluyó: “Hoy fue el Lupario, mañana será Palas”.
El presidente de AGALBER, Miguel Ángel Rodríguez, se centró en los argumentos económicos. Los 123 socios de la entidad coinciden en pensar que “las proporciones de este proyecto, que ocuparía más de 350 hectáreas, y su ubicación en las cercanías del Camino Francés, causará un grave perjuicio a la experiencia de los miles de peregrinos que transiten esta parte del camino”. Por eso, se suman “a todas las iniciativas que busquen proteger el Camino Francés, como Patrimonio de la Humanidad que es, frente al proyecto de una empresa privada que puede afectar gravemente al camino y por tanto a la economía de tantos albergues y demás negocios que se nutren de la gran riqueza económica y cultural que el camino aporta”.
Tras él, Lizancos reivindicó el derecho a disfrutar del medio ambiente y el patrimonio y lanzó una petición a Rueda: que detenga el proyecto de Altri “desde la convicción de estar en el lado bueno de la Historia”.
El encargado de cerrar el acto fue José Antonio de la Riera, vocal de la FICS, que tras recordar que el acto se estaba siguiendo por streaming “desde Estados Unidos, Canadá, Japón o Corea” manifestó su intención de que su lucha “salga de Galicia, que no se limite a un problema patrimonial gallego sino que pase a ser un problema de todo el mundo, ya que estamos hablando de un patrimonio mundial”. Pese a la amenaza que ve en Altri quiso ser “optimista” y lanzar un mensaje a las organizaciones opositoras: “nosotros no vamos a parar ni a consentir y nos vais a tener siempre a vuestro lado”.
Este lunes, los responsables de Altri negaron cualquier afección de la factoría al Camino que, según sus cálculos, está a 3 kilómetros de distancia. Sin embargo, de la Riera lo niega. “El Camino no es un fanal de 30 metros de ancho ni un túnel por el que pasan los peregrinos”. Apeló a la Convención de Venecia, “que firmó el Estado español” donde se habla de los “conceptos modernos: cuencas visuales y paisajes”. Recuerda que, en el caso de Touro, fue precisamente “apelar a la afección brutal al paisaje” lo que hizo que se paralizase el proyecto de polígono industrial. “Nadie viene a peregrinar por uno de ellos”.