La Facultad de Medicina de Santiago, en huelga: “luchamos hoy por la sanidad de mañana”

Los estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago mantienen desde este martes una huelga indefinida para protestar contra las “pésimas condiciones” que denuncian sufrir, comenzando por una “abusiva carga horaria” y “actitudes despectivas y faltas de respeto hacia el alumnado”. Además, critican una “situación de desventaja en la obtención de becas o de una plaza MIR frente a estudiantes de otras facultades”.

En los últimos días, las alumnas y alumnos han realizado concentaciones, asambleas y encierros en la facultad, vestidas con ropas negras y llenando el edificio de carteles y pancartas que recogen sus denuncias y reivindicaciones. En los últimos días, además, han recibido el apoyo de investigadores y docentes de diversos campos, así como la solidaridad de los estudiantes de otras facultades, así como de sindicatos y partidos políticos.

La Asamblea Aberta, organizadora de la protesta, denuncia que “los defectos del plan del grado en Medicina llevan al alumnado a considerar el abandono de la carrera” y critican “el caso omiso a lo largo de los años por parte de las autoridades de la facultad ante las críticas y peticiones del alumnado relacionadas con el caótico funcionamiento de la institución”.

Entre otras cosas, critican que tienen “una media de 40 horas de clase semanales, encontrándose con incompatibilidad para asistir a las lecciones de las diferentes materias”. Señalan que esto hace que les sea “imposible compatibilizar las horas de clase con la realización de otras actividades”, tanto formativas (estudio de lenguas, asistencia a conferencias, voluntariado...), como deportivas o familiares y de tipo social.

Asimismo, afirman sufrir “actitudes despectivas y faltas de respeto por parte del colectivo docente”, así como “la ausencia de los profesores en numerosas clases que luego se ven en el deber de aplazar, e incluso en exámenes oficiales”. Además, critican la exigencia de obtener un 7 para superar algunas pruebas, equivaliendo esta puntuación a un 5 en el expediente académico. Señalan que “esto supone un handicap en el momento de la adjudicación de plazas de la prueba MIR, así como para la consecución de una beca”.

Subrayan, igualmente, que el número de prácticas es “insuficiente” o que reciben una orientación deficiente en estas materias. Hablan también de equipación y materiales no idóneos (enchufes, banco de huesos...) para esas clases. Finalmente, alertan de la imposibilidad de realizar los exámenes en gallego en varias de las asignaturas.

Las y los estudiantes han llenado la Facultad de pancartas y carteles en los que se pueden leer algunas de sus demandas y denuncias. E, igualmente, mensajes como “Luchamos hoy por la sanidad de mañana”, “Un mecánico vale lo mismo que un médico”, “Más formación en medicina social” o “Si no miran por nosotros, ¿cómo vamos a cuidar de la gente?”.

La Asamblea Abierta realizó además una encuesta anónima entre el alumnado, llegando a 769 personas, y califica los números obtenidos cómo “preocupantes”. Según esa encuesta, apenas el 15,7% de los estudiantes afirma asistir a todas las horas de clase programadas en su horario. Entre los motivos de ausencia destaca el 75,2% que alega sensación de “poco aprovechamiento de la docencia”. Asimismo, el 49,5% del alumnado valoró el abandono de la carrera por agotamiento y el 68% refiere haber sufrido por lo menos un ataque de ansiedad desencadenado por los estudios.