El presidente de la Xunta y futuro líder del PP español, Alberto Núñez Feijóo, ha respaldado el discurso de Vox sobre la violencia intrafamiliar y, para argumentar su postura, ha recurrido a un ejemplo de violencia vicaria -que la legislación gallega reconoce como un tipo de violencia de género-: “Hace un tiempo sufrimos un asesinato producido por un padre que, por un problema con su pareja, asesinó a sus dos hijas. Eso no es violencia machista, eso es violencia intrafamiliar”. El caso al que se refiere es el de David Oubel, quien mató en 2015 a sus dos hijas, de nueve y cuatro años, en Moraña (Pontevedra) y que fue el primer condenado a prisión permanente revisable en España. Cuatro horas después, Feijóo recurrió a su cuenta de Twitter para intentar autoenmendarse. Citó la reforma de la ley para la prevención la violencia de género aprobada por unanimidad en el Parlamento gallego en julio de 2021 con el objetivo de incluir la vicaria: “Galicia sabe lo que es que un padre asesine a sus hijos para dañar a la madre y no estaba considerado violencia de género. Por eso cambió la ley”.
Feijóo contestó de esta manera a una pregunta sobre las declaraciones del consejero andaluz de Salud, Jesús Aguirre, que dijo que es mejor usar “violencia intrafamiliar” que violencia machista. La expresión de violencia intrafamiliar es la que defiende la ultraderecha y, de hecho, en su acuerdo para gobernar con el PP en Castilla y León, Vox introdujo la demanda de una ley con este nombre. El dirigente gallego ha profundizado en su postura: “Entiendo que estamos hablando de dos cosas distintas, reales y que existen”.
La violencia intrafamiliar, continuó, “no puede ocultar la machista”. Aseguró -y en este punto se separó del argumentario de la ultraderecha- que esta última “claro que existe” y se traduce en las decenas de mujeres asesinadas por sus parejas cada año en España. Expuso lo que entiende por cada una de estas violencias: “Son perfectamente compatibles la violencia machista y la intrafamiliar. Si un padre mata a un hijo o una madre mata a su hija, eso no es una violencia machista, es violencia intrafamiliar. Pero si un hombre, abusando de su fortaleza, mata a su pareja, eso es una violencia machista”. También recordó sus estudios de Derecho para indicar que “al menos” entonces estaba tipificado el parricidio como delito y esta es “evidentemente una violencia intrafamiliar”. “Tenemos bastantes problemas como para ahora tener más”, zanjó.
En sus declaraciones, Feijóo contradijo la reforma de la ley para la prevención y tratamiento integral de la violencia de género de Galicia aprobada hace menos de un año con los votos del PPdeG y de los dos grupos de la oposición. El motivo de aquella modificación era precisamente incluir la violencia vicaria. La exposición de motivos arranca de la siguiente manera: “Se define la violencia vicaria como aquella violencia que se ejerce sobre la mujer con el fin de causarle el mayor y más grave daño psicológico a través de terceras o interpositas personas y que consigue su grado más elevado de crueldad con el homicidio o asesinato de esas personas (hijos e hijas, madre, padre, pareja actual etc.)”. En el debate en la Cámara gallega, la portavoz del PPdeG fue Paula Prado, que destacó entonces la voluntad de su grupo de incluir el reconocimiento explícito de la violencia vicaria como violencia de género.
Pocas horas depués de sus polémicas declaraciones, Feijóo intentó corregir sus propias palabra con dos mensajes a través de su cuenta oficial de Twitter. En el primero hace referencia a esa modificación de la ley, cuyo contenido había obviado en sus afirmaciones previas y aseguró que Galicia es consciente de la existencia de la violencia vicaria y “por eso cambió la ley para reconocerla como violencia machista”. Sin embargo, a continuación publicó un segundo tuit en el que insiste en su postura sobre el uso de la expresión violencia intrafamiliar, que es la que ocurre, según el presidente gallego, “cuando un padre mata a un hijo que está pegando a su madre o una madre comete parricidio”. Asegura que no dará “un paso atrás en la lucha contra la violencia machista”.