Poco después de las doce y media del mediodía de este 3 de octubre de 2018 el embalaje que contenía A derradeira leición do mestre [La última lección del maestro] durante su transporte desde Buenos Aires fue abierta en las instalaciones del museo de la Cidade da Cultura, en Santiago de Compostela. Allí, ante una comitiva de autoridades y representantes públicos, fueron realizadas las primeras comprobaciones técnicas sobre este óleo de 2 metros de alto pintado por Alfonso Daniel Rodríguez Castelao en 1945 en Argentina. El espejo de la barbarie franquista en Galicia pintado por el político y artista de Rianxo veía por primera vez la luz en Galicia.
En el cuadro de Castelao, basado en la estampa número 6 de su álbum Galicia Mártir, dos niños lloran ante el cadáver de su maestro, asesinado por los golpistas. La cara del profesor masacrado no es anónima. Es la de Alexandre Bóveda, a quien los sublevados habían matado el 17 de agosto de 1936 tras un simulacro de juicio como venganza por su activa participación política y social. Bóveda había sido pieza clave en el Partido Galeguista y uno de los intelectuales de referencia en procesos políticos como la elaboración y plebiscito del primer Estatuto gallego. En el cuadro personifica a las personas perseguidas, reprimidas y asesinadas en aquellos años por su compromiso político y social. Entre ellos, muchos docentes. Es por eso que en diversas ocasiones ha sido comparado con el Guernica de Picasso. El 'Guernica gallego'.
No han sido pocas las ocasiones en los nueve años que Feijóo acumula como presidente de la Xunta en las que sus menciones a la trayectoria política y artística de Castelao, también ministro de la II República en el exilio, acaban en polémica. y la llegada de A derradeira lección do mestre para ser expuesto por primera vez fuera de Buenos Aires, donde Castelao lo pintó, no ha sido una excepción.
El presidente del Ejecutivo gallego pronunció un discurso breve, pero lo suficientemente prolongado como para indignar a algunos de los presentes, especialmente a los representantes de En Marea y BNG y, sobre todo, a la diputada Ánxeles Cuña Bóveda (En Marea), quien además de miembro del Parlamento es nieta de Alexandre Bóveda. Feijóo no mencionó a Bóveda, no habló de su asesinato y ni siquiera concretó el contexto de exilio y represión en Galicia que da sentido a la obra.
Feijóo elogió A derradeira leición do mestre como “un símbolo” por la “mano que lo pintó”, la de Castelao, “por su calidad” y también “por la lección histórica que representa y el homenaje que dedica a los maestros”. “La recuperamos -señaló- para homenajear la educación a través de los ojos y de los trazos de Castelao” y de su “poderosa carga simbólica” como defensa de la educación frente al fanatismo“ y ”de una enseñanza en libertad“ como ”medio de promoción de los valores democráticos“. Agregó, en el mismo discurso, menciones genéricas a la ”advertencia de lo que jamás debe volver a pasar“ o al alegato contra la ”injusticia“ que contiene la obra.
Como en otras ocasiones el presidente de la Xunta también ha interpretado que la Galicia de 2018 es, en gran medida, la deseada por Castelao. “Cuando pintó esta obra, en las guerras europeas en 1945, es posterior a la guerra civil española”, dijo, la Galicia que “quería” Castelao “sólo se podía soñar”. A juicio de Feijóo, “por fortuna, desde entonces el pueblo gallego ha logrado alcanzar el autogobierno del que hoy disfrutamos” y por eso, cree, “somos, en gran medida, la Galicia” que Castelao “soñaba”.
Indignación en En Marea y BNG
Las muestras de indignación por el tono del presidente gallego y por los aspectos obviados en su discurso no se hicieron esperar. La diputada Ánxeles Cuña, nieta de Bóveda, advirtió de que no se iba a situar en la foto del cuadro con las autoridades tras lo que acababa de escuchar y el portavoz de En Marea, Luís Villares, se dirigió a los medios presentes en la sala para condenar el olvido presidencial. “Este cuadro debe recordar que tenemos una cuenta pendiente con todos los gallegos y gallegas asesinados, humillados, violadas” por los golpistas, advirtió. No es posible, advierte, exponer la obra de Castelao y al tiempo “ocultar el pasado de manera tan clara”, con un “ejercicio de escapismo y de la realidad que vivió este país”. Ignorar lo que el cuadro representa, agrega, es tanto como “no querer reconocer la realidad de las víctimas del franquismo”.
Casi al mismo tiempo la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, visiblemente incómoda con las palabras de Feijóo, se dirigió al presidente para aclararle el significado completo de A derradeira leición do mestre. Después, también ante los medios, la líder del Bloque censuró que Feijóo se haya limitado a identificar la persona representada en el cuadro como “un maestro”. Castelao, subrayó, fue “un nacionalista gallego” y su obra tiene que ser expuesta “sin censuras”. “Este cuadro denuncia el asesinato de Bóveda y el intento de aniquilación del nacionalismo gallego por parte del fascismo; no hacer un reconocimiento a la realidad y al protagonista de este cuadro resulta ofensivo”, toda vez que Castelao, con esta obra y las estampas de Galicia mártir, “fue también el primer cronista de lo que hoy llamamos memoria histórica”.
También el portavoz parlamentario del PSdeG, presente en el acto, expresó que para su formación esta exposición debería reflejar un mayor “compromiso” del Gobierno gallego en la recuperación de la memoria histórica y en la atención a las víctimas de la dictadura. El cuadro de Castelao, subrayó el socialista Xoaquín Fernández Leiceaga, es “una obra simbólica contra el fascismo y la represión”.