El presidente de la Xunta y aspirante a liderar el PP español, Alberto Núñez Feijóo, defiende el acuerdo al que su partido ha llegado con Vox para gobernar en la Junta de Castilla y León: “Es perfectamente legítimo”. Estas son las palabras que utilizó en dos ocasiones para referirse al pacto. En los últimos días, dijo, ha hablado varias veces con Alfonso Fernández Mañueco, quien le trasladó que no valoraba la posibilidad de una repetición electoral. La decisión se la ha atribuido al presidente en funciones de la Junta, tomada “en el ejercicio de sus competencias como candidato, que entendía refrendadas por el comité ejecutivo nacional”.
Su argumentación es que el equipo del PP no tenía “otras opciones” para retener el Gobierno en Castilla y León distintas a cerrar un acuerdo con Vox e incluir por primera vez a la extrema derecha en un ejecutivo. Desde que se conoció el resultado electoral, Feijóo apostó por hablar con todas las fuerzas y lanzó al PSOE la petición de que facilitase la investidura. El barón gallego atacó a la organización que lidera Pedro Sánchez por lo que calificó de “soberbia” en la reunión con Mañueco -los acusa de no haber querido negociar, mientras que el PSOE asegura que los representantes del PP se levantaron al oír hablar de corrupción- y por su actitud “contumaz” de “dar a elegir a los ciudadanos de Castilla y León un pacto entre el PP y Vox o un adelanto electoral”. “En este contexto, Mañueco acaba de evitar un adelanto electoral y hacerlo en un momento de crisis internacional y nacional es perfectamente legítimo”, insistió y agregó que “respeta” la vía elegida.
Feijóo, que hizo estas declaraciones tras la reunión semanal de su Gobierno, construyó su discurso en torno a las posiciones de los socialistas para terminar intentando desplazar hacia esta formación la responsabilidad: “Se han tomado a broma la gobernabilidad de Castilla y León. Y, evidentemente, hay una responsabilidad. Lo que pasa es que cuando uno no quiere ejercer responsabilidades lo que intenta es responsabilizar a otros que sí las ejercen”.
A renglón seguido admitió que la decisión sobre si pactar o no con Vox estaba en manos del PP: “En el ejercicio de sus responsabilidades, que son suyas, indelegables, [Mañueco] ha adoptado la decisión de dar estabilidad al Gobierno de Castilla y León”. Esa estabilidad pasa por dar entrada por primera vez a un grupo de ultraderecha al poder ejecutivo -los pactos con Vox hasta ahora no habían implicado que asumiese cargos en gobiernos-. La formación de Santiago Abascal tendrá la presidencia de las Cortes y ocupará la vicepresidencia de la Junta y tres consejerías.
Feijóo contestó a varias preguntas sobre el acuerdo con Vox, que él ha evitado definir como ultraderecha, y volvió a defender un pacto para que gobierne la lista más votada tras una elecciones, algo que asegura que “el PSOE nunca aceptó”. Sobre las críticas que ha empezado a recibir, como candidato a presidir el PP que empieza a actuar ya como líder del partido, ha manifestado que considera que son “no ponderadas ni reflexivas”.
El presidente gallego continúa sin despejar la incógnita de la sucesión en Galicia y se ha limitado a repetir que la estabilidad está “garantizada” y que sus ocupaciones orgánicas -este viernes emprende una gira de 10 días por todos los territorios para hacer campaña interna- no le van a impedir seguir cumpliendo con sus obligaciones como presidente autonómico.