Feijóo ignoró durante semanas los avisos de las eléctricas sobre el vaciado de embalses en la escalada de precios
El Gobierno de Alberto Núñez Feijóo conoció con semanas de antelación el plan de Iberdrola para vaciar los embalses de Cenza y As Portas (Vilariño de Conso, Ourense) en plena escalada de precios de la electricidad. Dos e-mails remitidos por la compañía eléctrica al servicio de conservación de la naturaleza de la Xunta demuestran que la administración gallega tenía toda la información de la compañía eléctrica mucho antes de que dos de sus principales embalses en Galicia empezaran a quedarse sin agua. Tras la reunión de su Gobierno este jueves Feijóo lo ha negado: “Las compañías no nos comunicaron su decisión”. Los correos de Iberdrola, a los que ha tenido acceso elDiario.es y que se pueden consultar al pie de esta información, demuestran lo contrario. Feijóo lo sabía y no hizo nada por evitarlo.
Al igual que la Xunta, el Gobierno central también conoció de primera mano las intenciones de la compañía eléctrica por comunicaciones posteriores, remitidas por Iberdrola a la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica. Mientras la Xunta no hizo nada con la información, el Ejecutivo de Pedro Sánchez remitió los datos inmediatamente a los servicios de emergencias 112 de Galicia y Castilla y León. Según fuentes del ministerio que dirige Teresa Ribera, el Gobierno central “carece de competencias” para actuar contra las eléctricas, siempre y cuando cumplan con los términos de la concesión que les permite obtener electricidad de los ríos a través de vaciados. En el caso de la comunidad de Galicia la situación es distinta; una antigua ley de pesca dictada en 1992 y desarrollada normativamente en 1997 le permite a Feijóo frenar los desembalses, argumentando que estos pueden comprometer a las especies ictícolas (peces) que habitan las cuencas afectadas.
Según la legislación gallega (139/1997), Iberdrola está obligada a avisar a la Xunta cada vez que ponga en marcha un vaciado superior al 80% de la capacidad de un embalse en Galicia. Las empresas concesionarias tienen que dar el aviso con, al menos, un mes de antelación. Esa normativa faculta al Gobierno gallego para “vigilar y coordinar” la ejecución de los vaciados, así como “autorizar” o “anular” los desembalses con criterios de “protección y conservación de la fauna acuática”. Según la información en poder de este periódico, ni Iberdrola cumplió ni la Xunta le obligó a hacerlo.
Vaciados en menos de un mes
El correo electrónico en el que Iberdrola anunciaba que empezaba a vaciar Cenza se envió el 10 de junio y 25 días después el caudal de ese embalse estaba ya al 19,99% de su capacidad. Cuando la eléctrica empezó a vaciar agua el megavatio hora se pagaba a 83,34 euros; al acabar, el precio era ya de 93,85 euros, un 12,6% más caro.
En el caso del embalse de As Portas, Iberdrola repitió su estrategia: avisó al Gobierno de Feijóo el 12 de julio a las 14:55 horas y el 23 de ese mismo mes (12 días después) el nivel del agua estaba ya al 19,89%. Según los datos de caudal recogidos por la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, la empresa no cumplió el mes de preaviso que fija la legislación gallega para vaciados masivos. Un portavoz de la eléctrica ha trasladado a elDiario.es su versión de los hechos en los siguientes términos: “Iberdrola realizó las comunicaciones en el momento en el que se tuvieron expectativas de las bajadas a esos volúmenes. La compañía no gestiona el sistema eléctrico que es el que, a través del mercado, determina cuándo se requieren las producciones eléctricas y con qué tipo de tecnologías”.
En los correos remitidos por la eléctrica el 10 de junio y el 12 de julio se hace constar específicamente que las comunicaciones se realizan “cumpliendo con lo indicado en la ley de Pesca de Galicia”. La Xunta dice lo contrario: que la gestión de esos embalses no corresponde al Gobierno autonómico, al tratarse de una cuenca que pasa por varias comunidades autónomas. Dicho en otras palabras, Feijóo da a entender que lo que suceda en el río Sil no está bajo su mando ni tiene por qué cumplir los requisitos de la ley gallega, que sí tiene validez para el resto del territorio.
La consellería de Medio Ambiente confirma, en comunicación con esta redacción, que decidió ignorar el aviso realizado por Iberdrola. El argumento de la Xunta es que el remitente del aviso no era el correcto y que tendría que haber sido el Ministerio para la Transición Ecológica quien les advirtiera del plan para desaguar Cenza y As Portas. En un comunicado enviado a esta redacción, este departamento de la Xunta asegura: “La Xunta no recibió ninguna comunicación oficial por parte de la Confederación Hidrográfica, que es el organismo que debe notificar a la consellería de Medioambiente para dar traslado de las medidas oportunas”. A partir de ahí, el ejecutivo que dirige Alberto Núñez Feijóo optó por hacer oídos sordos mientras el Iberdrola liberaba el caudal de agua en el momento exacto en el que los precios de la energía comenzaban a dispararse.
A pesar de que Feijóo conoció el 10 de junio la estrategia de Iberdrola sus primeras declaraciones sobre el asunto no se produjeron hasta el 30 de agosto, 50 días después. Para entonces la polémica ya había trascendido a los medios de comunicación y en las portadas de los periódicos se informaba de que el precio del megavatio hora alcanzaba los 124,45 euros de media. Aquel día el presidente de la Xunta opinó por primera vez sobre la maniobra de la eléctrica: “No lo podemos aceptar, nos parece absolutamente impropio”. En el transcurso de aquellas declaraciones, el barón gallego argumentó que el vaciado acometido por Iberdrola se impulsó “sin conocimiento del Gobierno autonómico”. Los correos electrónicos, a los que ha tenido acceso esta redacción, demuestran lo contrario.
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