Las formas en las que la Xunta y el PP apoyan al exconselleiro investigado por agresión sexual y desprecian a la víctima

La denuncia de agresión sexual contra Alfonso Villares, hasta ayer conselleiro de la Xunta, se ha saldado por el momento con un cierre de filas institucional en apoyo del investigado y un clamoroso silencio sobre los derechos de la presunta víctima. El Gobierno gallego ha decidido escenificar su apoyo a su compañero del partido dando un paso al frente. Mensajes elogiosos, agradecimientos, aplausos y, sobre todo, el abrazo ante las cámaras que el presidente de la Xunta buscó este jueves para refrendar a su amigo, colaborador y compañero de salidas en bicicleta. Él y todos los conselleiros se han volcado en una única política al final de esta semana: salir al rescate del investigado y dar por hecha la falta de veracidad del delito por el que se ha presentado una denuncia que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia decidió admitir a trámite.
La administración gallega confirmaba ya este miércoles a quien se lo pidiese el nombre de la mujer que denunció a Villares, mientras el entorno del ya exconselleiro deslizaba que entre ambos hubo una relación de pareja, una cuestión que no afectaría a la posible comisión de un delito contra la libertad sexual. Ella, que, según han publicado medios como El Correo Gallego, ha rechazado hablar, se ha convertido igualmente en objeto de análisis e incluso de titulares machistas y revictimizadores que la cuestionan, como el del Diario de León, que asegura que ella “entierra la carrera política” de él.
La cronología pública del caso arranca con una inusual convocatoria de la Xunta de Galicia: a las 16.00 del miércoles envía a los medios una nota para informar de que el conselleiro do Mar va a comparecer de urgencia dos horas después. No ofrece datos sobre el asunto. La sala elegida es lo suficientemente amplia para acoger a los periodistas y también a los miembros de la Xunta que han querido arropar a Villares en el anuncio de su dimisión. Allí, al finalizar su declaración, es despedido con un aplauso de su equipo. Dos horas después, recibe el primer mensaje público de apoyo del presidente de la Xunta, Alfonso Rueda: “Aguardo que se haga justicia y se haga cuanto antes y ojalá que podamos recuperarlo para la vida pública”. Con la idea subyacente de que lo que se va a demostrar es su inocencia, Rueda lanza otro de los mensajes en los que van a insistir el resto de los miembros de su gabinete: ensalzar la decisión de Villares de dejar su cargo.
La cronología interna empieza antes. El propio Rueda relató que conocía la denuncia contra su conselleiro desde febrero. La denuncia se presentó en los primeros días del año por unos hechos que ocurrieron en los últimos días de diciembre de 2024, pero no fue hasta febrero que la policía llamó a Villares. Él se presentó en la comisaría y declaró ante los agentes. Y después le contó a Rueda cuál era su situación, según explicó el propio presidente de la Xunta, que explicó también cuál fue su reacción: “Y yo le dije: 'Muy bien, cualquier pronunciamiento a partir de ahora, cualquier nuevo movimiento, me informas'”. La siguiente novedad fue la comunicación del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) de que está siendo investigado, que se produjo en los últimos días. Estos cuatro meses en los que se mantuvo en el cargo –la oposición habla de “encubrimiento” y “ocultación”– fueron una primera muestra de apoyo a Villares, pero han seguido más.
“Compañero y amigo”
Villares forma parte del círculo cercano de Alfonso Rueda. Al ya exconselleiro y exalcalde de Cervo (Lugo) se le ha fotografiado en varias ocasiones practicando deporte con el presidente de la Xunta. No solo a él. También el conselleiro de Cultura, José López Campos, ha sido retratado en estas actividades. El mensaje publicado por López Campos en sus redes sociales tras hacerse públicas la dimisión y la acusación recalca precisamente que Villares es su “compañero y amigo”. Como ya había ocurrido en el caso de Rueda, el mensaje del responsable de Cultura se aleja de la víctima y pone el foco en que, renunciando como conselleiro, deja de ser aforado.
En cuestión de horas tras la comparecencia de Villares apareció en las redes sociales del propio presidente de la Xunta y de los conselleiros –salvo el de Facenda, Miguel Corgos, sin perfil en X o Instagram– un mensaje en el que trasladan, en mayor o menor grado, su respaldo. La responsable de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, escribió: “Confío en que pueda demostrar su inocencia lo antes posible”. El titular de Emprego, José González, consideró que renunciar al aforamiento “es de valorar”, pidió respeto a la presunción de inocencia y calificó de “adecuada” la decisión“.
También Román Rodríguez, conselleiro de Educación, se centra en el elogio: “Es un gesto que no abunda”. En el mismo sentido hay publicaciones de los responsables de Vivenda, María Martínez Allegue; de Presidencia, Diego Calvo; de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño; de Medio Rural, María José Gómez; y de Economía, María Jesús Lorenzana. También de la conselleira que se ocupa de las políticas de igualdad, Fabiola García, que publicó en su cuenta de Instagram que es la Justicia la que debe “aclarar lo que sucedió”. Añadió a continuación: “En lo que respecta al plano personal, yo solo puedo tener buenas palabras para Alfonso como compañero”. No hay, en ningún caso, mención a las víctimas de violencia sexual.
Todos los conselleiros estuvieron presentes en el último acto público de Villares, el de nombramiento de su sucesora en la Consellería do Mar, Marta Villaverde. Y ella aprovechó su intervención en la toma de posesión para agradecer a su antecesor la confianza. Y para volver a lanzar la idea de que lo que le ha ocurrido al exconselleiro es una cuestión privada: “Confío en que la situación personal se resuelva y cuanto antes puedas retomar tu vida pública”.
La cuestión “privada”
Él mismo, en su comparecencia, en la que no aclaró el motivo de la investigación –lo hicieron, una vez Villares había terminado de hablar, fuentes de la Xunta–, había tratado de colocar la situación en su “esfera estrictamente personal”. “Trasciende lo privado”, objetó la diputada del BNG Noa Presas en una rueda de prensa, en respuesta a las insistentes declaraciones de miembros de la Xunta tratando de restringir la denuncia por agresión sexual a la esfera íntima de Villares. Va más allá de lo personal, argumentó, por la gravedad de los hechos de los que se acusa al que hasta el miércoles era un cargo público.
También el portavoz del PP español, Borja Sémper, insistió en que el delito del que se acusa a Villares no tiene que ver con su cargo público: “Hay una denuncia y un político decide dimitir para perder su aforamiento y, por lo tanto, poder ser juzgado como cualquier ciudadano más, además, por un hecho que no tiene nada que ver con su actividad política, sino con su ámbito personal”. Y la secretaria xeral del PP gallego, Paula Prado, repitió el esquema de los conselleiros: “Dimitir es un gesto que le honra”.
Tanto el Bloque como el PSdeG han exigido explicaciones a Rueda por no haber actuado desde el momento que conoció la denuncia contra su entonces conselleiro do Mar. La diputada socialista Paloma Castro manifestó que “no se pueden permitir los silencios ni encubrimientos ni los discursos que pongan en duda el valor de las denuncias”. La dimisión, añadió, “no cierra nada”. También criticó que la reacción en la Xunta y en el PP haya sido abordar la salida de Villares como “un acto de heroísmo”. “Las declaraciones de estos días van a pasar a los anales de la historia como ejemplo de lo que nunca se debe de hacer en un caso así”, zanjó, después de trasladar a la víctima su solidaridad.
Presas, por su parte recordó que la violencia sexual contra la mujer es violencia machista y “debe ser tratada como tal, sin paliativos, sin miramientos y sin disculpas”. Cargó contra la Xunta por intentar “rebajar esa gravedad alegando algo estrictamente personal”. “Es un disparate querer convertir al acusado en víctima”, dijo. También se pronunció sobre el caso la eurodiputada de Podemos y exministra de Igualdad, Irene Montero, que cuestionó que Rueda haya reaccionado a la denuncia diciendo que espera poder recuperarlo para la vida política: “El pacto entre caballeros para protegerse es cultura de la violación”.
El abrazo del presidente
A todas las muestras públicas de apoyo que siguieron al anuncio de su dimisión le faltaba una más, que se produjo en la mañana del jueves. Apenas hora y media después de la dimisión de Villares, la Xunta anunciaba el nombre de la sustituta. Marta Villaverde, hasta ese momento la directora xeral de Desenvolmento Pesqueiro, era una de las personas que se sentaba en la sala en la que compareció el ya exconselleiro y una de las que le aplaudió al terminar. El Gobierno gallego indicaba, con el nombre de la nueva titular de Mar, que tomaría posesión a primera hora del jueves.
En ese acto estuvieron todos los conselleiros. Y también Villares, que charló con sus excompañeros y que fue despedido por Alfonso Rueda entre agradecimientos a su trabajo. Ambos cerraron el acto dándose un abrazo.
56