Continúa el pulso en la calle Padre Feijoo de A Coruña tras una jornada cargada de tensión. Aurelia Rey, la anciana de 85 años que está amenazada de desalojo por el retraso en el pago del alquiler, parece que no será desahuciada este lunes tras la fuerte presión ciudadana que impidió la entrada de la comisión judicial en su vivienda.
Después de cuatro horas de espera, y tras el anuncio por parte de fuentes judiciales de que no se llevaría a cabo el desalojo, la policía aprovechó la marcha de buena parte de los manifestantes y de la mayoría de los periodistas para intentar echarla de la casa. Fue alrededor de las dos de la tarde cuando seis furgones policiales aparecieron en la calle para llevar a cabo un desahucio que tan sólo unos minutos antes parecía suspendido y después también de que los agentes antidisturbios abandonaran la zona.
En ese momento, y en los primeros momentos de tensión, los portavoces de BNG e Izquierda Unida en el Ayuntamiento de A Coruña, Xosé Manuel Carril y César Santiso, fueron zarandeados y golpeados por la Policía.
Los manifestantes volvieron a hacer correr la voz para una nueva concentración y la calle se llenó de gente. Fueron capaces de colocar una cadena y un candado en el portal, de modo que la policía era incapaz de entrar en el edificio. Con el paso del tiempo, y con la vuelta de cientos de manifestantes, la calle permanecía cortada mientras unos veinte agentes antidisturbios intentaban facilitar el trabajo de la comisión judicial. El portal estaba cerrado con la cadena, pero el primer grupo de bomberos que habían sido llamados al lugar se negaron a romperla para facilitar el desahucio de la anciana.
Uno de ellos fue despedido entre aplausos mientras sostenía un cartel de Stop Desahucios y ahora se enfrenta a un posible expediente.
Después de que un bombero sí aceptara colaborar con la apertura de la puerta, varios de los manifestantes que observaban desde el fondo de la calle rompieron el cordón policial e intentaron evitar la entrada en la vivienda de Aurelia Rey. Fue entonces cuando volvió la tensión y de nuevo el concejal nacionalista Xosé Manuel Carril fue empujado y arrastrado por varios agentes.
Francisco Jorquera, portavoz del BNG en el Parlamento, y César Santiso sufrieron también los empellones de la Policía, al tiempo que algún periodista recibía algún golpe, al igual que varios vecinos, aunque los agentes no hicieron uso de las porras.
Paralización
Finalmente, el desahucio fue paralizado de nuevo. “Pensé que tenía algo, pero tengo mucho más”. Con estas palabras, Aurelia Rey agradecía el apoyo de cientos de ciudadanos que, con su presión, habían logrado paralizar el desalojo. “Estoy muy agradecida a todos; cualquier cosa que pueda hacer yo por ellos, lo haré”, aseguró la mujer desde su vivienda, minutos después de que la comisión judicial encargada del caso anunciara a la plataforma convocada ante el portal que el desahucio previsto había sido aplazado.
Entre gritos de “Aurelia queda, Aurelia no se va”, “desahuciar el Partido Popular” o “una ciudad para todas”, los 200 manifestantes –a los que se unieron varios viandantes que decidieron apoyar la convocatoria– consiguieron detener el desahucio. Es sólo temporal, pero da más tiempo y esperanza a Aurelia. Entre los apoyos, la anciana contó también con los de varios representantes políticos como Yolanda Díaz, viceportavoz de AGE en el Parlamento; Francisco Jorquera, portavoz del BNG; Xosé Manuel Carril, portavoz del Bloque en el Ayuntamiento de A Coruña; César Santiso, concejal de IU en el municipio; o la concejal del PSOE, Yoya Neira.
La paralización es una victoria temporal simplemente. Según portavoces de Stop Desahucios, Aurelia Rey tendrá un nuevo plazo de quince días para intentar evitar quedarse sin casa, aunque la plataforma advierte de que, en estos casos, el siguiente intento podría realizarse ya con la calle acordonada y un dispositivo policial mayor que impida el paso de manifestantes. Ante esta posibilidad, los colectivos que apoyan a la mujer de 85 años preparan ya “otras medidas de resistencia” que eviten que se consume un caso que consideran “vergonzoso”. En primer lugar, han comenzado a hacer guardia por turnos delante de la casa.
Una expulsión por 165 euros de deuda
Aurelia Rey lleva más de treinta años viviendo en esta casa de la calle Padre Feijóo de A Coruña. Paga 165 euros de alquiler gracias a un contrato de renta antigua, pero esto supone más de un tercio de su pensión de 375 euros. El retraso en dos pagos –uno de ellos en el año 1999 y otro en marzo de 2011– fue suficiente para que los dueños del inmueble reclamaran el desalojo de esta anciana, a pesar de que no mantiene deuda alguna con los caseros y después de denunciar continuas presiones por parte de la familia propietaria del piso para provocar su marcha de la vivienda. La última oferta implicaba el aplazamiento del desalojo dos meses con el único objetivo de convencer a la afectada para que abandonara el hogar.
Stop Desahucios critica la actitud del Ayuntamiento, al que consideran “cómplice” de la situación por inacción. El Gobierno municipal ofrece a Aurelia Rey el traslado a una residencia de ancianos, pero ella no quiere, entre otros motivos porque se vale por sí misma para realizar su vida diaria. “Que vayan ellos para una residencia; yo quiero vivir la vida porque ya trabajé de sobra para poder gobernarla como yo quiera”, aseguraba antes de agradecer el apoyo de los vecinos que aún quedaban concentrados a las puertas del edificio.