Todos los 14 de abril, de ahora en adelante, se conmemorará el Día Nacional del Exiliado Español. Será en la Argentina, después de que la Cámara de Diputados aprobara hace diez días y por amplia mayoría el proyecto del diputado socialista de origen gallego Jorge Rivas, hijo de padres naturales de Fisterra y reconocido defensor de la memoria de los represaliados por el franquismo. Este abogado fue reelegido en 2011 como candidato del Frente para la Victoria, partido que apoya a la presidenta Cristina Kirchner, y su figura es muy reconocida y admirada en el país. En 2007, siendo vicejefe del Gabinete de Ministros, sufrió un ataque en su vivienda que le provocó lesiones que lo dejaron tetrapléjico. A pesar de sus dificultades –es incapaz de moverse y habla a través de un sofisticado sistema desde su silla de ruedas– se reincorporó a su escaño menos de dos años después del suceso. Desde allí, como secretario de las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Derechos Humanos y Garantías, sigue defendiendo causas justas y mantiene una “muy buena relación” con la comunidad gallega, una colectividad que, como recuerda, “está sintiendo los efectos del largo tentáculo de la crisis española”.
¿Por qué se decidió a impulsar el homenaje a los exiliados españoles a través de la conmemoración el 14 de abril en la Argentina?
Para ser justo, he de reconocer que la idea surgió de la agrupación García Lorca y a mí me pareció una muy buena idea. Decidí transformarla en un proyecto de ley y elegir el 14 de abril, porque ese día de 1931 fue en el que la Segunda República reemplazó en España a la vieja y reaccionaria monarquía. Después de un gran triunfo electoral de los sectores más avanzados del Estado, el rey Alfonso XIII se vio forzado a reconocer el repudio mayoritario a su permanencia en el poder.
¿Por qué cree que se conmemora en la Argentina lo que en España continúa sin hacerse?
La primera respuesta que se me ocurre a eso es que en España no hay exiliados españoles, pero también me parece, con todo el respeto, que en España debería haber un día dedicado al recuerdo de las víctimas del franquismo.
Pero Argentina también es, a través de la jueza Servini, la que intenta juzgar los crímenes del franquismo que no juzga la propia España...
Por una parte creo que los jueces españoles son los jueces naturales para investigar los delitos cometidos por el franquismo, pero por otra parte creo también que se debe asumir que los crímenes de lesa humanidad, además de imprescriptibles, son de jurisdicción internacional.
¿Cómo entiende que en Argentina se derogue la ley de punto final y en España gobernaran algunas administraciones importantes cargos de la dictadura como Manuel Fraga?
Lamentable, porque convengamos en que esos hechos debilitan cualquier democracia.
¿Tiene hoy la sociedad argentina más reconocimiento hacia las víctimas de la dictadura y del fascismo?
En la Argentina, en esta última década, nuestro gobierno ha hecho de la política de derechos humanos una verdadera política de Estado, lo que sumado a la permanente acción de los organismos de derechos humanos genera un clima propicio no solo para reconocer a las víctimas de la última dictadura, sino también para juzgar a los responsables de ella.
¿Qué llevaría del sistema político español a Argentina? ¿Y del argentino a España?
No llevaría ni traería ninguna institución. No creo que estemos, en estos tiempos, ante un problema institucional, sino de pura decisión política.
En España, mayoritariamente, la prensa y buena parte de la clase política lanza duras críticas al Gobierno de Cristina Kirchner. ¿Qué les diría?
No les diría nada. Por lo general, en España, como en casi toda Europa, se analiza la situación política de la región latinoamericana con categorías de análisis incorrectas, por lo que se llega a conclusiones muy equivocadas. Por suerte, eso está empezando a cambiar.
Dígame: tras el conflicto con los fondos buitre, ¿está la Argentina en serio riesgo?
En la medida en que Argentina mantenga con firmeza la defensa de los intereses de la mayoría del pueblo argentino ante los fondos buitre, no dudo de que no correremos ningún riesgo serio.