Los Franco venden por 8 millones el Pazo de Meirás en una inmobiliaria de lujo como parte de la “historia de España”
Un “inmueble singular” ubicado “en un lugar de singular belleza natural”, “emblemático”, “muy conocido”, “lleno de historia” y plagado de “detalles” como “cuadros, recuerdos de todo tipo, una magnífica biblioteca”. Así presenta el Pazo de Meirás la inmobiliaria Mikeli, una empresa de Santander especializada en la venta de propiedades de lujo a la que la familia de Francisco Franco acaba de encomendar la venta del histórico edificio por un precio inicial de 8 millones de euros.
Después de que, cuando habían transcurrido apenas dos meses de la muerte de la hija del dictador, Carmen Franco, sus herederos manifestaran su intención de vender el pazo en plena intensificación de los movimientos a favor de su paso definitivo al patrimonio público, la inmobiliaria cántabra acaba de hacer pública la operación tras incorporar el pazo a su catálogo. La empresa muestra diversas imágenes del pazo, de su interior y de las fincas colindantes y, adicionalmente, ha divulgado un vídeo en el que combina el aspecto actual del recinto con imágenes del No-DO sobre las estancias de Franco en él.
Según publica El Diario Montañés, la elección de esta inmobiliaria se debe a la relación personal de sus propietarios con la nieta mayor del dictador, Carmen Martínez-Bordiú Franco, el responsable de la empresa, Antonio Avilés, se esfuerza en hacer ver que los 8 millones que piden por Meirás “son un buen precio” que atribuye a la voluntad de la familia de desprenderse de la propiedad que el general golpista consiguió gracias a donaciones forzosas de la población en 1938. La clientela a la que se dirigen, agregan, son “interesados en montar hoteles en propiedades de carácter histórico” que podrían dar una “salida muy buena” a “este edificio singular por su carácter de historia de España” . Así “podría ser visitado por todo el mundo”, resuelve, además de afirmar que ya “hay ofertas” que “la familia está valorando”.
En un comunicado difundido por la propia inmobiliaria, Mikeli presenta esta operación como todo un “hito” en su “selecta cartera de clientes”. Se congratulan, dicen, por poder vender “un lugar emblemático y muy conocido no solo en España, sino también fuera de nuestro país” por ser “residencia de la célebre escritora gallega Emilia Pardo Bazán y de Francisco Franco, jefe del Estado, y de su familia”.
Sin referencias 'incómodas'
Ni en su comunicado sobre la venta ni en las declaraciones ofrecidas a la prensa local la inmobiliaria Mikeli hace referencia alguna al modo en que Franco se hizo con el Pazo de Meirás durante los peores años de la represión tras el golpe de 1936, a su condición de Bien de Interés Cultural ni tampoco al hecho de que varias Administraciones públicas gallegas estén intentando que se quede en el patrimonio público sin pago adicional.
En este sentido, la pasada semana la vicepresidenta de la Diputación de A Coruña, Goretti Sanamrtín, advertía en el nombre de la Xunta pro Devolución del Pazo -que agrupa a la institución provincial coruñesa con el Ayuntamiento y una treintena de entidades- de que la voluntad de vender el pazo “no modifica la estrategia” a seguir por la entidad. Los Franco, resalta, intentan “verse libres de una propiedad que es resultado del saqueo al pueblo gallego” y también “centro de una demanda social” por la devolución.
Mientras, desde la Xunta, que legalmente tendría una posición preferente para comprar el pazo, se resaltó en declaraciones a Praza.gal que “la voluntad política” del Gobierno es la manifestada por el acuerdo parlamentario de septiembre del pasado año, centrado en “recuperar para el patrimonio público” el Pazo de Meirás “sin que esta incorporación implique un nuevo coste para el pueblo de Galicia, que ya lo asumió en 1938”. “Se trata de un acuerdo que refleja el sentir general de la sociedad gallega de no pagarle a la familia Franco por este inmueble”, se reiteró desde la Consellería de Cultura y Educación a este diario. Fuentes del Ministerio de Cultura han indicado a eldiario.es, por su parte, que desconocen los detalles del proceso de venta y si el Gobierno cuenta con instrumentos para evitarla.
