A pesar de las serias advertencias de la Comisión Europea, las medidas de fair play financiero impuestas por la UEFA y los mecanismos de control que comienza a aplicar la liga de Fútbol Profesional (LFP) y el Consejo Superior de Deportes (CSD), los números del balompié español siguen rojos y acumulando déficit. La deuda de los clubes con la Seguridad Social creció en un 60% en algo más que un año -al pasar de los 10,6 millones de febrero de 2012 a los 16,6 de la actualidad- y la deuda total de los equipos profesionales asciende a unos 3.600 millones, más de 750 de ellos a Hacienda.
Son cifras impresionantes que, no obstante, son puestas en contexto por numerosos expertos. Ángel Barajas, responsable del Máster en Gestión Empresarial del Deporte de la Universidad de Vigo, es uno de los nueve expertos que asesoran a la UEFA sobre el “juego limpio financiero” y uno de los mayores conocedores de esta burbuja futbolística creada en el Estado alrededor de este espectáculo de masas. Se reconoce “muy crítico” con la gestión que del balompié se hizo por parte de los clubes y está a favor de estas nuevas “medidas de control” que desde Europa y los propios estamentos futbolísticos de España están facilitando “un reajuste financiero” de la competición profesional.
No obstante, aclara también que el poder mediático del fútbol y las elevadísimas cantidades que cobran algunos jugadores -“no todos perciben esos salarios millonarios”, puntualiza- provocan que se pierda la perspectiva sobre su déficit económico. “Soy muy crítico con las cosas que se hicieron en el fútbol y claro que es necesario poner un control, pero si situamos la deuda de todo el fútbol profesional español, 42 clubes, entre los 3.000 y los 4.000 millones de euros, tengamos en cuenta también que es tan sólo una mínima parte de las ayudas que recibió una entidad como Bankia por su agujero acumulado”, asegura.
“Las cifras son espectaculares, pero pueden parecer mucho más de lo que son”, insiste Ángel Barajas, que recuerda que “la ayuda que se le dio la Novagalicia Banco es bastante más elevada que todos los millones que deben todos los clubes profesionales de España juntos”. Compara, por tanto, los 5.500 millones inyectados en la entidad gallega por el MEDE con los 3.600 de deuda que acumula el balompié.
“Las deudas con Hacienda o con la Seguridad Social, como se hace en cualquiera otra empresa, son negociadas y los clubes llegan a acuerdos para hacer aplazamientos; otra cosa bien distinta sería que no pagaran, pero la Administración Tributaria pide unos avales y asegura el cobro, lo que es una práctica empresarial habitual”, añade.
A pesar de todo, Ángel Barajas no duda de que las medidas de control que se están dando en el fútbol son más que necesarias para “imponer una mayor racionalidad financiera”, aunque “los clubes y la liga sean conscientes del precio que van a pagar”. “Los mejores jugadores se marcharán de la competición porque no se les puede pagar las cantidades que se les pagaban con lo que se está facturando”, recuerda. Para este profesor de la Universidad de Vigo, la masiva ley concursal a la que se vieron abocados la mayoría de los clubes está llevándolos “a una mejor situación, al reorganizar el negocio y sanear las cuentas”, y aunque sea “a costa de acreedores que van a perder dinero” y “de un riesgo deportivo evidente”.
La situación de Celta y Deportivo
Ángel Barajas reconoce que la ley concursal de hace unos años “fue un chollo” al eliminarse la posibilidad de descenso administrativo por irregularidades financieras, algo que ahora sí se contempla tras un nuevo cambio legislativo. “Se les dio una oportunidad a los clubes, pero estos nunca quieren ir a concurso porque los directivos no aceptan que haya quien les fiscalice las cuentas”, explica, tras recordar que “la mayoría lo hicieron cuando descendieron a Segunda División, pero sabiendo que no podrían descender administrativamente más abajo”.
Para este experto en gestión empresarial del deporte, el Celta está ahora “en una situación razonable” y es optimista. “Tendrá que vender a sus mejores jugadores y pelear mucho; apostó por futbolistas de cantera y eso siempre puede ser un riesgo deportivo si el resto sigue fichando, pero incluso bajando de categoría sabía que tenía un seguro de descendo y, en el plano económico, la consecuencia no era tan grave”, dice.
Muy diferente ve el caso del Deportivo, que esperó para solicitar la concursal “cuando no le quedaba otra y no tenía más remedio ante el embargo de los derechos de televisión”. “Su situación es muy delicada y complicada porque el nivel de deuda es muchísimo mayor que cuando el Celta optó por la concursal y porque lleva años conformando equipos de circunstancias”, resume, tras criticar también que sea un club “en el que es difícil conocer sus datos económicos”.
Así, tiene claro que su “peligro es mayor” y asegura que “el riesgo de desaparición” es evidente. De hecho, augura que “necesitará conseguir algún tipo de ayuda financiera del exterior” y recuerda que “en A Coruña hay empresas y empresarios que tienen recursos suficientes para echar una mano”. No obstante, también advierte de que esta posible ayuda de fuera “tendrá que vislumbrar un determinado proyecto deportivo y ver las cosas claras desde el punto de vista económico”. Además, Barajas recuerda también que “la estructura del club, con una gran dispersión del accionariado”, podría hacer más complicada esta salvación externa. Lo que sí destaca también es que el hecho de que “la afición siga respondiendo y renovando el abono masivamente” es un factor muy importante de cara a garantizar el futuro de la entidad. “Con la ayuda de los forofos, todas las soluciones son más fáciles”.
En cuanto al futuro de la competición en España, Ángel Barajas apuesta por “una negociación colectiva” de los derechos de televisión que permita un mejor reparto de los ingresos y disminuir la exagerada diferencia deportiva que existe ya entre Barcelona y Real Madrid y el resto de equipos. “Otra cosa es se las televisiones van a poder pagar las cantidades que comprometieron”, termina.