“El contexto gallego es diferente”, han coincidido en señalar varias veces durante las negociaciones muchos de sus protagonistas. Los eternos debates alrededor de la confluencia en Galicia han terminado por fin esta semana con la conformación de una candidatura liderada por Anova, EU, Podemos y las principales mareas municipalistas. Y con un espacio de unión atípico y único en el resto del Estado por diferentes razones.
Al contrario que en Catalunya (En Comú Podem) y el País Valencià (Compromís-Podem), la candidatura de confluencia gallega no llevará la marca Podemos en su denominación pese al mandato que sus bases habían dado en referendum en verano. 'En Marea' tendrá simbología propia y concederá a la formación morada la inclusíón de su logotipo en la papeleta, acompañada por los nombres de los partidos coaligados.
Pese a que parecía una condición irrenunciable, la presión de las mareas y Anova ha acabado por convencer a Podemos en Galicia, sabedor también de que su relevancia en las exitosas candidaturas municipalistas no ha sido ni parecida a la que tuvo en Ahora Madrid o Barcelona en Comú. De hecho, y pese a su apoyo clave, ninguna de las plataformas municipales que gobiernan en A Coruña, Compostela y Ferrol cuenta con concejales del partido morado. Y el nombre Marea -que también se había descartado por algunos actores en un principio- era una marca demasiado consolidada como para obviarla o diluirla junto a otra.
Sin embargo, Pablo Iglesias ha insistido este viernes en que el nombre de su formación irá en la denominación de la candidatura. “Estará en el nombre y en la papeleta”, dijo, algo que no figura en el documento acordado en Galicia, en el que se especifica que En Marea y su logotipo “serán los únicos a emplear en la comunicación política de campaña”. No obstante, una vez registrada la candidatura, se ha confirmado lo avanzado por Iglesias: “Podemos” figura en el interior del logotipo en la candidatura, y no lo hace en el resto de imagen gráfica de En Marea.
El grupo parlamentario y las primarias
En Marea tendrá personalidad jurídica propia y luchará por conseguir un grupo propio en el Congreso, un objetivo difícil que, de no lograrse, no implicaría automáticamente que sus diputados pasasen a formar parte del de Podemos, con quien se estudia la forma de garantizar una relación estable. Así, la decisión sería consensuada para “luego ser todos los agentes del sujeto político gallego los que tomen la decisión sobre la adscripción de los parlamentarios”.
En el grupo se situarán diputados gallegos que serán elegidos antes en primarias, una opción por la que Podemos tampoco apostaba al haber ya celebrado las suyas. Iglesias también ha recordado que los candidatos de su formación ya se han sometido a ese proceso. “Estamos convencidos de que el resto de socios con los que compartimos ese camino harán lo mismo que nosotros”, dijo. Pero no será exactamente así.
Será un sistema con listas cerradas en las que se integren miembros de varias de las formaciones -incluidos los de Podemos- y que tendrán que ser avaladas también por una mayoría de los agentes participantes. Votarán las bases de las formaciones de la coalición y en las candidaturas oficiales Podemos se ha reservado el número 1 de A Coruña, mientras que Anova se asegura el cabeza de lista en Pontevedra. EU, por su parte, tendría el segundo puesto en la circunscripción coruñesa.
Esquerda Unida y otras fuerzas
Porque la de EU esa es otra de las peculiaridades de la candidatura de confluencia en Galicia. Es la única comunidad donde ni se ha planteado presentarse en Ahora en Común, sino en este espacio más amplio que ya experimentó en AGE. Solo el acuerdo a última hora de EUiA con En Comú Podem impidió que Esquerda Unida fuese la única federación de IU en una confluencia diferente a la que lidera Alberto Garzón, tras el rechazo también al pacto con Podemos y Compromís en la Comunitat Valenciana.
Aquí, como en el resto de excepciones, influyen mucho aquellas experiencias de Alternativa Galega de Esquerda, un espacio de confluencia que irrumpió hace tres años en el Parlamento gallego con 9 escaños y más de 200.000 votos. La coalición de EU, Anova, Equo y Espazo Ecosocialista fue asesorada por Pablo Iglesias, que reconocería después que aquel trabajo lo había impulsado a formar Podemos. Ahora, desde la dirección del partido morado, asume ese “espacio nacional gallego”, pero único y sin federarse ni adjuntarlo con un guión a su marca. Galicia, como cantaban Os Resentidos, “sitio distinto”, también para las confluencias.
El resultado, como auguraba uno de las protagonistas de las negociaciones hace ya meses, “acabará por reproducir el esquema de las municipales en A Coruña o Santiago”. Y así fue: el BNG en la plataforma Nós junto a otros pequeños partidos nacionalistas y galleguistas. Y En Marea con los actores principales de las candidaturas municipalistas y el apoyo de Encontro Cidadán, colectivo que impulsó la confluencia. Equo-Galicia finalmente se ha “desmarcado” del acuerdo, aunque deja libertad a sus militantes para implicarse o apoyar la candidatura, al igual que Compromiso por Galicia, que ha decidido no presentarse ante la imposibilidad de una única lista del nacionalismo y la izquierda rupturista.