La portada de mañana
Acceder
16 grandes ciudades no están en el sistema VioGén
El Gobierno estudia excluir a los ultraderechistas de la acusación popular
OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

Análisis

El gallego en el Congreso, una concesión al independentismo catalán: así contó la TVG el día histórico para su idioma

Luís Pardo

Santiago de Compostela —
19 de septiembre de 2023 18:33 h

0

Es verdad que, de un tiempo a esta parte, todos los días son días históricos. Pero, si nos ceñimos a la literalidad del término, el de hoy en el Congreso sí que lo fue. Por primera vez se podían utilizar en el hemiciclo las lenguas cooficiales para algo más que el saludo, la despedida o esa cita literal que adorna un discurso florido. Un pequeño paso para nuestros diputados pero un gran paso para el catalán, el euskera y -sí, amigos, también- el galego.

Un espectador neutral, desprevenido o inexperto pensaría que un hecho así sería más que suficiente para abrir el Telexornal Mediodía, el informativo más visto del día en la comunidad (21,5% de audiencia ayer mismo). No sólo porque hablamos de un impulso para la “lengua propia de Galicia” (Estatuto de Autonomía, artículo 5.1) sino también porque la misma Lei de Creación da Radio-Televisión de Galicia asegura, ya en su artículo 1.1, que se le atribuye a la CRTVG “la misión de servicio público consistente en la promoción, difusión e impulso de la lengua gallega”. ¿Qué mejor ocasión para demostrarlo?

Todo esto que les acabo de contar forma parte del ordenamiento jurídico que los constitucionalistas de salón consideran sacrosanto. Pero resulta que el PP -que busca en los medios públicos su particular gabinete de comunicación- está en contra de esa posibilidad y nos ha dejado momentos tan surrealistas como ver a dos presidentes de la Xunta (uno en ejercicio y el otro a las puertas de una investidura “frustrada”) argumentando en contra del idioma que se comprometieron a defender al jurar su cargo. 

Con esos antecedentes, el producto que cada día dirige y presenta Marta Darriba prometía alcanzar una elasticidad sobre los hechos pocas veces superada… y ya les digo que lo consiguió. Cojan las palomitas y acompáñenme a la reconstrucción de los hechos. 

“Día de tensión”

“El Congreso de los Diputados estrena el uso del gallego, del catalán y del euskera en el pleno”, dice la voz de la presentadora sobre una imagen del hemiciclo. “La normativa se aprueba el jueves pero la presidenta lo autorizó ya hoy”, añade tras un plano de Armengol. Otro general y vamos a la tribuna de oradores. Ahí vemos -oh, sorpresa- a Gabriel Rufián. Tres diputados gallegos, ¡tres!, pasaron por ese estrado hoy empleando su idioma, pero la TVG se queda con el portavoz de Esquerra. Y, justo tras él, como si fuesen causa y consecuencia, el numerito de la ultraderecha. “Fue una sesión tensa, en la que los diputados de Vox abandonaron el hemiciclo, dejando sus auriculares en el escaño del presidente del Gobierno en funciones”.

La elección de Rufián se explica cuando el plano vuelve a plató y Darriba arranca. “Hola, buenas tardes. El empleo de las lenguas cooficiales en el Congreso era una de las exigencias de los independentistas catalanes para apoyar una investidura de Pedro Sánchez. Y Oriol Junqueras asegura que la segunda condición, la de la ley de amnistía, ya está pactada con el PSOE. La portavoz del Gobierno evitó desmentir las palabras del líder de Esquerra”, finalizaba dando paso al corresponsal en Madrid que reforzaba todo lo anterior. 

Así, un avance para la lengua propia de Galicia, para el idioma que la TVG debe “promover, difundir e impulsar” se quedaba reducido a un simple mercadeo entre el gobierno socialcomunista y los enemigos de España. Es decir, la tesis de cualquier argumentario del PP. El broche lo ponía un canutazo con el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, afirmando que ni a los socialistas ni al BNG les importaba que, con ese acuerdo, Galicia perdía mientras, para él, “que Galicia no pierda es lo fundamental”.

Vox y su kriptonita

Lo que de verdad pasó en el Congreso, lo hemos visto, fue muy diferente. El socialista José Ramón Gómez Besteiro subió a la tribuna a defender la reforma en nombre de su partido y se convirtió así en el primer diputado en hablar galego en la cámara sin restricciones legales. Sí las tuvo de otro tipo: las protestas de Vox que dieron paso al desfile de todos sus diputados hacia la puerta. La extrema derecha sólo se encuentra cómoda en el monocultivo lingüístico. Oír un idioma que no sea español los pone en fuga. Es su kriptonita. Quién sabe si también es lo que los mantiene fuera de parlamentos como el galego…

Pero volvamos al relato del Telexornal. Cualquiera que conozca las prácticas de esta CRTVG tenía claro que, aunque su intervención pueda tener hueco en los libros de historia, a Besteiro no le iban a conceder ni un minuto de gloria catódica. El diputado por Lugo es el candidato in pectore del PSdeG a la presidencia de la Xunta, por tanto su elección -nada casual- como ariete contra la actitud de la derecha pasará todo lo desapercibida que se pueda en los medios públicos (mañana veremos si sucede lo mismo en los concertados). 

Castigados al minuto 10

No es hasta el minuto 10 de informativo -después de una amplia cobertura sobre el supuesto acuerdo de amnistía- cuando unos fugaces Besteiro, Marta Lois (Sumar) y Néstor Rego (BNG) comparten un vídeo con Rufián, Agirretxea (PNV) o Borja Sémper. Una pieza que cierra el portavoz popular -el PP siempre cierra las noticias en TVG, da igual que gobierne o no- y un off que explica lo cara que nos va a resultar esta frivolidad multilingüe: “De la traducción se encargarán 12 profesionales autónomos que ya prestan sus servicios en el Senado y que cobran entre 80 y 100 euros por hora. El presupuesto hasta fin de año superará los 270 mil euros”.

Justo después nos cuentan que precisamente el coste, “el financiero y el administrativo”, es lo que ha hecho que Europa pise el freno a la oficialidad de estas tres lenguas. El corresponsal en Bruselas hace hincapié en la propuesta del Gobierno de comenzar por el catalán. Sobrevuela la posibilidad de una discriminación, de otro aldraxe como el del Estatuto. Casi se paladea la maldad de los separatistas convirtiéndonos en ciudadanos de segunda hasta que el periodista, como quien anuncia un scoop, aclara lo que le contestó el ministro Albares: han optado por proponer que se empiece por el idioma “cuyos representantes lo han solicitado con más insistencia”.

Y ése, por supuesto, no es el galego. Un simple vistazo a la TVG basta para entender por qué.