El alcalde de Ourense continúa la escalada del enfrentamiento que mantiene con el sector cultural de la ciudad. El último de los anuncios de Gonzalo Pérez Jácome, difundido este domingo a través de un comunicado publicado en la página web del ayuntamiento, es un cambio de nombre: en la tercera ciudad de Galicia, 105.000 habitantes, desaparecerá la Concellería de Cultura, que pasará a denominarse “de Artes e Festexos”. La justificación es abigarrada, pero a juicio de Pérez Jácome servirá sobre todo para evitar “dar rienda suelta a justificar cualquier dispendio de dinero público en el entretenimiento”.
El discurso de Jácome -del partido de derecha populista Democracia Ourensana- sobre la cultura es de raíz neoliberal. Su crítica de las ayudas públicas le ha servido para atacar a artistas e intelectuales que no apoyan su gestión. El colectivo Emerxencia Cultural agrupa a no pocos de ellos. En agosto reflexionaba sobre las políticas culturales del gabinete de Jácome: “Desmantelamiento cultural, políticas culturales desactivadoras, privatización de las calles y tasas para actividades no lucrativas, abandono de los barrios, visión de la cultura como showbusiness y el caciquismo”. Emerxencia Cultural fue una de las más de 70 entidades que el pasado noviembre secundaron la multitudinaria manifestación convocada por la plataforma SOS Ourense “contra la vergüenza, contra la mentira, contra la apatía y la parálisis inducidas por las administraciones”.
Es en este contexto que el alcalde ha decidido suprimir el sintagma cultura del organigrama municipal. “No se puede usar una sinécdoque (definir una parte con el todo) para confundir a los ciudadanos”, ha explicado, tras tirar de las definiciones de cultura recogidas en el diccionario de la Real Academia Española. “Un sector con intereses ha incorporado un tercer significado al vocabulario genérico de cultura para referirse al mundo artístico o de festejos”, añadió.
Según él, esto sirve a oscuros propósitos: “Una táctica para tener un salvoconducto, un escudo de proteccion, que parece blindar ante las críticas artísticas, y que da rienda suelta a justificar cualquier dispendio de dinero público en el entrenimiento”. Pérez Jácome, que además de primer edil es también encargado de las competencias en la mencionada área, entiende que el cambio de nombre del departamento le permitirá “cuestionar más fácilmente los gastos” al hablar de “show o entretenimiento” y no de “la palabra mágica y sagrada”, cultura.