Le preguntan tantas veces si va a ser el próximo candidato del PSOE a la presidencia de la Xunta que cualquiera diría que va a ser el próximo candidato del PSOE a la presidencia de la Xunta. Xosé Ramón Gómez Besteiro (Lugo, 1967) vio como su vida política se truncaba en 2016, tras recibir un puñado de imputaciones por corrupción que este año han quedado definitivamente archivadas. Con el historial impoluto, su partido corrió al rescate y Pedro Sánchez le nombró Delegado del Gobierno a finales de marzo. Duró apenas tres meses en el cargo porque pronto le encargaron una nueva misión: abrir la lista al Congreso por la provincia de Lugo para el 23J.
Amigo personal del líder del PSOE gallego, Valentín González Formoso, su nuevo camino le aleja físicamente de Galicia. Está por ver hasta cuando.
¿Qué tal se ve en Madrid?
Me veo perfecto. Estaré allí si los electores así lo deciden. Estamos en uno de esos momentos históricos en los que no se puede dar un paso atrás.
¿Qué plan de vida tiene después del 23J, vivirá en un hotel, piensa alquilar un piso...?
Algo digno y normal. Aún no lo sé.
Se lo pregunto por la rapidez con la que se suceden los cambios en su vida últimamente...
Ah, bueno. Ya estoy acostumbrado. No lo veo como un problema. Soy una persona que me adapto fácilmente. Haré la vida normal de un diputado.
Usted tuvo que hacer una carrera de fondo desde que abandonó la secretaría general del PSOE gallego con 10 imputaciones a la espalda. Han pasado siete años desde entonces y todo eso quedó en nada. ¿Cómo es una travesía así?
La decisión de irme fue voluntaria y responsable. Fue un ejercicio de dignidad con la conciencia tranquila de quien sabe que todo aquello de lo que le acusan es absolutamente falso. Y eso da una tremenda tranquilidad de espíritu que te permite afrontar los siguientes años con absoluta normalidad.
¿A qué dedicó todos esos años apartado de la política?
A mi profesión de abogado.
Si aquello fue una carrera de fondo, lenta, ahora parece que está en otro momento vital, parece que ahora va usted al esprint...
Cuando hay que correr, se corre, y cuando hay que trotar, se trota. Viví con calma esos siete años y ahora estoy esprintando. Pero hay una cosa que une una época y otra y es que la ilusión sigue ahí. Sigue hirviendo en mí la ilusión por la política.
Usted abre ahora la lista del PSOE por Lugo. ¿Cómo encara estas elecciones?
Espero que la gente haga un análisis sosegado de lo que pasó en los últimos cuatro años. Incluso, si me apura, de los últimos diez años, cuando gobernaba el Partido Popular. En ese periodo hubo dos grandes crisis y dos formas muy diferentes de salir de ellas. No es lo mismo que estén unos o estén otros. Sobre todo para la inmensa mayoría.
Le pido un pronóstico. ¿Qué cree que van a decir las urnas del 23J?
Creo que puede pasar algo parecido a lo que sucedió en el año 93 (aquel año el PSOE ganó unas elecciones a las que llegó lastrado por las encuestas). El Gobierno no hizo comunicación pública de todo lo bueno que hizo, se dedicó a solucionar problemas. Una vez se supere esa neblina que intentó situar la derecha sobre la vida de los ciudadanos yo creo que la gente va a valorar positivamente lo que se hizo. Y creo que va a haber un arreón final y el próximo presidente del Gobierno va a ser Pedro Sánchez.
¿Qué se juega Pedro Sánchez en estas elecciones: solo la presidencia o también la secretaría general del PSOE?
Quien se juega el futuro es España, no Pedro Sánchez. No creo que él esté pensando en qué va a pasar con su futuro.
Se lo pregunto de manera más directa: ¿si Sánchez no consigue mantener la presidencia del Gobierno cree que podría seguir al frente del PSOE?
Esa reflexión siempre se abre, pero esa reflexión no implica que él no pueda seguir. Lo primero sería saber si él quiere o no. Pero es un escenario que no imagino. No veo ninguna razón para que suceda eso.
¿Ha visto las últimas entrevistas de Sánchez y, sobre todo, ese anuncio de ir a territorios mediáticos considerados como hostiles?
Me parece bien.
¿Cómo explica usted el antisanchismo?
Es una práctica habitual de la derecha en los últimos 40 años. Todos recordamos el “váyase señor González”. Es el argumento que siempre tiene la derecha cuando es incapaz de trasladar argumentos lógicos al debate político.
¿Cómo le explica usted a sus compañeros de partido quién es Alberto Núñez Feijóo?
Lo primero de todo es que es un mal gestor. Segundo: carece de principios. No sé en el tema personal, pero desde el punto de vista político es una persona sin principios. Y creo que se dedicó en todos estos años a ser un experto en echarle la culpa a los demás.
Es el protagonista de sonoros fracasos como el de Pemex. Aquí se paró la vida para anunciar a través de la Televisión de Galicia que iba a haber una inversión brutal en los astilleros en Vigo y nunca sucedió. Es el responsable de parar la proyección de las renovables cuando éramos primera fuerza energética de España y de Europa. Es el responsable del fiasco en la reindustrialización de Galicia. Es el responsable de la devaluación de los servicios públicos que ahora se intenta enmascarar al culpar a otros de cómo van los servicios sanitarios y sociales. Es responsable de no saber afrontar el principal problema de Galicia, que es la despoblación, y no saber enfrentar eso con políticas activas durante 14 años. Ese es mi análisis de sus 14 años, que no estuvo dos días.
Ha dicho que Feijóo carece de principios. Explíqueme eso.
Es capaz de defender una cosa por la mañana y la contraria por la noche y luego decir que votó a Felipe González en 1982. Creo que es una persona poco de fiar.
¿Cuál es el riesgo de un político sin ideología?
El riesgo es total. Feijóo es una persona capaz de hacer cualquier cosa sin ruborizarse.
¿Tendremos elecciones autonómicas en octubre?
Depende de cuál sea el siguiente numerito de Alfonso Rueda. Cuando uno está seguro, no anda jugando con esas cosas. Si uno está seguro y si uno es serio.
¿Tiene usted un proyecto para Galicia?
El Partido Socialista tiene un proyecto para Galicia. Creo que esa es la mejor forma de contestarle porque es la cierta.
Sé que usted forma parte de una organización pero mi pregunta es sobre usted. Si fuera presidente de la Xunta, ¿qué sería lo primero, lo más urgente?
Lo primero sería una apuesta definitiva por los servicios públicos en Galicia e incluyo en eso a los medios de comunicación públicos. Segunda apuesta: una lucha decidida contra la despoblación y el envejecimiento poblacional. Tres: la reindustrialización de Galicia, de la mano de las energías renovables, pero también con los proyectos industriales. Y la cuestión relativa a la cultura también es un aspecto muy importante para nosotros.
¿Cuál es su postura sobre ENCE?
Estamos pendientes de la cuestión judicial.
¿Necesita una sentencia judicial para opinar sobre si Ence debe estar en la ría o no?
Si yo tuviera que elegir colocar una planta industrial en esa ría no lo haría.
La idea es sacarla, no ponerla...
Le contesto honestamente. Si la decisión fuera si el sitio para colocar Ence fuera la Ría de Pontevedra yo diría que no. Pero lo que está claro es que la resolución judicial borra cualquier tipo de debate.
¿Por qué será que tanta gente en Ferraz y también en Moncloa le consideran a usted la persona idónea para concurrir como candidato a la presidencia de la Xunta?
No lo sé. Yo creo que muchos compartimos el afán de que en Galicia se hagan las cosas de una manera distinta a estos 14 años apáticos del Partido Popular. Esa ansia por cambiar tiene muchos nombres.
Un cambio de Gobierno en Galicia pasa por un entendimiento entre PSOE y BNG. Pero esa relación parece que no acaba de trabar. En Santiago ustedes han decidido no entrar en el Gobierno de Goretti Sanmartín y en A Coruña ha sido el BNG el que ha decidido no entrar en el Gobierno de Inés Rey...
Son experiencias a vivir. No tienen por qué ser malas. En Santiago el PSdeG apoyó la investidura de la alcaldesa. No está mal probar esas experiencias. No todo tienen que ser gobiernos de coalición.
¿No cree usted que el Gobierno del BNG en Santiago va a ser más inestable porque no están ustedes apoyando desde dentro?
No, en absoluto. No tiene por qué serlo. En los ayuntamientos tenemos ejemplos de todo tipo. Odón Elorza en San Sebastián llevó el Ayuntamiento con poco más de tres concejales.
En Ourense, Jácome gobernó con poco más. Hábleme de Ourense.
Hay una realidad incontestable: Jácome tiene 10 concejales y es la fuerza más votada. Y hay una realidad también donde Jácome y el Partido Popular llegan a un acuerdo...
Ustedes también lo intentaron. Incluso hay fotos de aquel encuentro en un parking...
Sí, pero esto de los intentos. En la práctica el único acuerdo que se firmó fue con el Partido Popular. Esa es la realidad.
El Partido Socialista tuvo desacuerdo con Jácome antes de las elecciones, por sus actitudes. No sabemos si será verdad todo lo que hemos visto...
Esto, viniendo de usted...
No, no. Yo no hago presunción de culpabilidad. Acabará donde acabará. No lo sé.
¿Si usted tiene que elegir entre el baltarismo y Jácome con qué se queda?
Me resulta muy difícil responder a eso. Yo creo que tocar poder por tocar poder yo no lo comparto. Hay cosas con las que nosotros no podemos jugar. Yo no comparto la forma de hacer política de Jácome ni la del Partido Popular.
Antes le preguntaba por el futuro de Sánchez en caso de derrota electoral. Ahora le pregunto por su oponente. Si Feijóo pierde las elecciones dónde le ve, ¿volviendo a Galicia, entrando en un consejo de administración, descansando en casa y leyendo?
Ni la primera ni la última. Creo que en el medio está más la pomada. Le veo en un Consejo de Administración de una gran empresa. Si no gana las elecciones se acabó para él y la prueba es que Ayuso está muy callada.