Promover la “igualdad de oportunidades y la conciliación familia-trabajo, evitando la exclusión social de las mujeres en situaciones de posible vulnerabilidad”. “Cubrir las necesidades básicas y urgentes en materia de alimentación y gastos de farmacia y de las familias con mayores dificultades económicas”. “Atención integral a las usuarias y a sus hijos menores en un ámbito residencial”. “Mejora integral de la mujer y de sus hijos”. “Acoger mujeres que van a ser madres con dificultades de tipo familiar o económico”. Estos objetivos y propósitos bien hubieran podido ser parte de un programa social de un ayuntamiento o de la Consellería de Bienestar. No obstante, son parte de las memorias justificativas de subvenciones recibidas por entidades religiosas y antiabortistas a lo largo del año 2012.
Estas memorias, a cuyo contenido ha tenido acceso Praza Pública, están firmadas por organizaciones de elocuente nombre, a saber: Hijas del Divino Cielo, de Burela, Religiosas Siervas de la Pasión, de Vigo, Betania de Jesús Nazareno, en la Coruña, Rebaño de María Obra Social Sí a la Vida, de Lugo, Asociación Ayuda a la Vida, en Vigo, o la Red Madre en Pontevedra, Ourense y A Coruña. Estos colectivos, de marcado carácter antiabortista -la Red Madre fue creada por el Foro Español de la Familia- recibieron durante el pasado año subvenciones públicas por importe de al menos, 176.782 euros, según una respuesta parlamentaria de la Secretaría General de Igualdad al BNG.
En el caso concreto de la Red Madre, el dinero entregado a la asociación promovida por el Foro de la Familia no hace más que ahondar en la filosofía de la ley aprobada en solitario por el Parlamento en 2010, una ley que, dice la Red en su memoria, “afortunadamente” dio luz verde a la “creación de una red de apoyo a la mujer embarazada” que implicará más aportaciones de fondos de la Xunta a este colectivo. Pero “mientras esta nueva red se hace poco a poco realidad” estas asociaciones, en sus diversas sedes en diferentes ciudades, siguen siendo financiadas por el Gobierno gallego. Así, por ejemplo, en este caso concreto recibieron el máximo posible (llegaron al “tope de ayuda” en los tres casos) para financiar gastos de personal. Concretamente, en Vigo obtuvieron 22.800 euros, en A Coruña 24.400 y en Ourense, 8.700.
Este dinero, en parte procedente de fondos europeos, se corresponde con las subvenciones a “programas para mujeres y recursos integrales para gestantes y lactantes” y en ellas el Gobierno gallego fuerza, a efectos prácticos, que estos grupos, algunos de ellos protagonistas de las protestas contra la aún vigente ley de interrupción voluntaria del embarazo, sean puestos a la misma altura de otras organizaciones con una labor bien diferente, tales como un grupo de apoyo a personas con síndrome de down de Ferrol, la ONG Ecos do Sur, de A Coruña, Cáritas de Santiago o una federación de mujeres rurales de Verín. No obstante, los subsidios concedidos a la Red Madre en Pontevedra y A Coruña superan el dinero que reciben estos otros colectivos, no caracterizados por defender una posición antiabortista tan marcada. Así, por ejemplo, la asociación Síndrome de Down Teima quedó con 10.200 euros, Cáritas Santiago en 15.500 o la asociación Dignidad Ferrol, en 10.200.